Waldo Wolff, tras las elecciones: «No puedo coincidir con los que se abrazan con quienes nos pusieron dos bombas»

Waldo Wolff, tras las elecciones: «No puedo coincidir con los que se abrazan con quienes nos pusieron dos bombas»

El diputado nacional reelecto por la provincia de Buenos Aires por Juntos por el Cambio, Waldo Wolff, dialogó en exclusiva con Vis á Vis en el día posterior a las elecciones nacionales y se refirió a cómo cree que será el nuevo escenario ante el cambio de gobierno, tanto para la comunidad judía como para la relación Argentina-Israel. Además, expresó sus sensaciones por los resultados y habló sobre cómo cree que continuarán tanto la Causa Nisman como la del encubrimiento del atentado a la AMIA.

 

¿Cuáles son tus primeras sensaciones de las elecciones en general y de tu renovación como diputado electo?

Nunca se cuestiona el voto. Es la primera regla de un demócrata. Triste por haber perdido el ejecutivo y satisfecho con saber que 4 de cada 10 Argentinos priorizaron valores compartidos como la verdad, la libertad y la no validación de la impunidad por sobre una gestión con muchas dificultades económicas. En lo personal, conmovido por el lugar que me han dado en mi espacio. Yo llegué acá sin aparato, sin caja y sin estructura. Con mi impronta me gané un lugar. Ser hijo de un inmigrante y ya ser un actor formal de las instituciones me llena de orgullo

¿Cuál es el escenario que visualizás en esta nueva etapa nacional para la comunidad judía?

Soy de los que cree que la dirigencia de la comunidad judía debe tener identidad propia por encima del gobierno de turno, con quien debe tener una relación equilibrada. Los valores no deben negociarse. Espero que no lo hagan.

En el gobierno que encabeza Mauricio Macri y que dejará el poder, se habían profundizado las relaciones con Israel. ¿Creés que ahora comienza una nueva etapa de una relación diferente?

Lamentablemente sí. Espero equivocarme. La línea ideológica del espacio que ganó es proclive a mantener relaciones cercanas a quienes se abrazan a Hezbollah, y nosotros ponemos a nuestros jóvenes, a nuestras instituciones y sus asistentes a cuidar de ese grupo terrorista. Uno puede tomar decisiones, tiene que saber que tienen un costo. Ojalá también me equivoque.

¿Creés que se pueden modificar las decisiones tomadas por el actual gobierno con respecto a Hezbollah como organización terrorista y que no avancen las causas Nisman y la del encubrimiento del atentado a la AMIA?

La Causa Nisman está en la Justicia. Si la dirigencia actual la abandona después de haberla sostenido dos años pierde toda legitimidad. En política hay formas, fondo y tiempos. Ninguna de las interpretaciones posibles a un cambio de posturas actual es digna. Y yo apuesto a confiar en la dignidad de la dirigencia.

¿Pensás que la famosa grieta nacional también se extendió a la comunidad y dirigencia judía?

La sociedad tiende a simplificar la grieta. En una democracia las diferencias son necesarias. Yo no puedo coincidir con los que se abrazan con quienes nos pusieron dos bombas. Debo convivir política y civilizadamente, pero no puedo ir a un acto donde esté alguien que promueve abiertamente la aniquilación de los judíos. A los que les dé el estómago que lo hagan.

¿Cambiará radicalmente, en los tiempos que vienen, el acercamiento de Argentina al mundo virando para otro sector diferente al que está hoy?

Supongo que sí. Pero nos vamos del ejecutivo con un volumen político inusitado y también desde nuestro espacio haremos los contrapesos necesarios.

¿Por qué perdió el gobierno de Cambiemos, teniendo en cuenta que arrasó en Córdoba y Capital y ganó en otros puntos claves del país?

Porque se unió el Peronismo y nosotros no sumamos al ala independiente a tiempo. Y no hicimos una buena gestión económica. Sacamos 7% más que en 2015 y (34) ellos sumados 11% menos (Scioli 37-Massa 21). Es conmovedora la mitad del vaso lleno, que 4 de cada 10 argentinos prioricen la República por sobre amnistiar la impunidad en nombre de la economía.

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