El arzobispado de Buenos Aires y la Asociación Amigos de la Avenida de Mayo invitan a participar del Viacrucis de la Ciudad que se realizará el viernes 3 de abril.
En su décimocuarta edición, la tradicional recreación de la vía dolorosa de Jesucristo –de la que supo participar el hoy papa Francisco- se iniciará a las 20.30 desde la Plaza Lorea (Avenida de Mayo y Luis Sáenz Peña), donde un obispo auxiliar impartirá la bendición inicial, para luego recorrer la conocida arteria porteña hasta llegar a Plaza de Mayo. El cardenal Mario Aurelio Poli tendrá a su cargo la meditación final.
“En un año donde los argentinos debemos estar más unidos que nunca, invitamos a todos los fieles a asistir con su familia, amigos, y por sobre todo esperamos a gran cantidad de jóvenes y niños. Este es un encuentro de oración, de esperanza, que promueve la unidad y acompañamiento, y que servirá para fortalecernos como hermanos y compañeros, buscando la tolerancia y respeto que tanto nos hace falta”, destacó Manuel Pérez Amigo, presidente de la Asociación de Amigos de la Avenida de Mayo.
Tras recordar que “durante diez años, el papa Francisco presidió este Vía Crucis, y su palabra hacia los jóvenes fue muy importante para acercarlos y apasionarlos en este camino”, pidió a todos los que puedan que “traigan sus velas para encenderlas durante la ceremonia”.
Colaboran con esta iniciativa el Ministerio de Cultura porteño, la Dirección General de Cultos porteño, el Banco Ciudad, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba).
Cómo será el viacrucis
La manifestación de fe será presidida por el Cristo del Buen Amor y la imagen de la Virgen Dolorosa, realizada en 1870. Como es tradicional, el pueblo llevará en andas una cruz penitencial de 15 metros de largo, y un peso de 130 kilogramos, como una expresión de solidaridad a Jesús y muestra de sacrificio.
Al igual que el año anterior y teniendo en cuenta la concurrencia de jóvenes, se sumará otra cruz de iguales características con 140 luces, que será transportada por ellos, simbolizando su papel en la construcción del futuro, ya que según el Papa, los jóvenes “son la ventana a través de la cual entra la luz en el tejido social, imponiendo grandes desafíos”.
Este año, además de la cruz que llevan los adultos y los jóvenes, se incorpora a la procesión la cruz penitencial para los niños, como símbolo de esperanza y unión para el país que viene”.
Durante todo el camino de Cristo hacia el entierro, se contará con el acompañamiento de un coro y músicos.
Una vez arribados a Plaza de Mayo, los fieles presentes serán testigos de la representación de la crucifixión de Jesús, teatralizada por un grupo de actores en el marco de una escenografía desarrollada especialmente para el encuentro.
“Terminado el Vía Crucis, desde el altar de Bolívar y Avenida de Mayo, la imagen del Cristo yacente, será acompañada por los representantes de colectividades extranjeras hasta la escalinata de la Catedral, donde será recibida por la máxima jerarquía de la Iglesia Católica, y quedará expuesto para la veneración de los fieles hasta pasada la medianoche sabiendo que Francisco estará rogando, llevando juntamente con el pueblo del mundo la pesada cruz penitencial, que representa el sacrificio de Jesús, y su encuentro con la humanidad”, concluyó Perez Amigo.
Por último, se desarrollará la ceremonia del entierro de Jesús y será recibido en la escalinata de la Catedral para quedar expuesto para veneración de los fieles en el altar mayor.
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