La vergonzosa grieta creada en la AMIA

La vergonzosa grieta creada en la AMIA

Este domingo deberían haberse realizado elecciones de autoridades en una institución centenaria como lo es la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Estas no podrán concretarse por una suspensión de la misma dictada por la Jueza María Isabel Di Filippo a raíz de una presentación judicial de la agrupación Juntos por Amia (que no presentó lista de candidatos) contra el partido Bloque Unido Religioso, única lista a la cual se podría haber votado, lo que ya refleja una anormalidad solo factible en países comunistas y teocráticos donde la lista única obtiene el 99% de los votos.

Pero más grave aún es que los irreflexivos e imprudentes conductores de ambas agrupaciones que han creado esta grieta dentro de la comunidad judía son Rabinos; el Rabino ultraortodoxo Samuel Levin y el Rabino ultrareformista Sergio Bergman, quienes no han tenido reparos en aplastar la voluntad de la gran mayoría laica, tradicionalista, conservadora y ortodoxa moderna que exige en su conducción una AMIA pluralista e integrada de pared a pared.

Un Rabino honorable es solo un “maestro espiritual”, no un líder político y, si quiere entrar en la política (comunitaria o nacional), debe dejar de llamarse Rabino y dedicar todos sus esfuerzos a ser un buen Funcionario, como es el caso de Sergio Bergman.

En el otro extremo, un Rabino digno no debería asociar a la AMIA a un ejército de fanáticos que acatan órdenes robóticas y permiten que otros paguen sus cuotas irracionales, estableciendo domicilios ficticios que no corresponden a los reales. 

Da pena y vergüenza ajena que el Rabino Levin no haya aprendido nada de quien fuera el 1er. Gran Rabino del Hogar Nacional Judío en Palestina (1921) Abraham Isaak Kook quien dedicó toda su vida a lograr la unidad de la población judía de aquella época, fuera cual fuese su pensamiento e ideario.

Es triste ver también que el así llamado Rabino Bergman tampoco haya tomado nada del gran conductor espiritual que fuera el Rabino Marshall Meyer quien no solo nunca entró en la política sino, por el contrario, se enfrentó al poder de la dictadura militar para liberar a los detenidos, sin especular con las ideologías de cada uno de ellos.

La Comunidad Judía de Buenos Aires-Argentina debería conocer, emular y aplicar la notable experiencia de la Comunidad Judía de Bogotá-Colombia donde todas las tendencias religiosas, ortodoxas, conservadoras y liberales, están y actúan juntas respetándose mutuamente. 

Profesor Victor Zajdenberg

Socio AMIA 69403

DNI 4.269.823

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