El obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero pidió a los adultos ser conscientes de los peligros a los que se exponen nuestros jóvenes. "Poner límites y corregir son un modo concreto de amar a los hijos", dijo.
En referencia a la ley de veda alcohólica aprobada la semana pasada por la Cámara de Diputados de la provincia, el obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi aseguró que con ella "se ha dado un paso en orden a la protección de nuestros jóvenes", aunque advirtió que "todavía falta mucho por hacer". En esta línea, el prelado reclamó medidas regulatorias para el funcionamiento de los boliches, las "previas" y los "tercer tiempo" donde se multiplican las posibilidades de que los chicos cometan todo tipo de excesos, entre ellos el consumo de drogas y alcohol. "Gracias a Dios son muchos los jóvenes buenos que se sacrifican en el estudio y el trabajo. Ellos son una esperanza para la sociedad, pero aún queda mucho por hacer por tantos otros que se encuentran esclavizados por las drogas y el alcohol, y desprotegidos de la familia y la sociedad toda", analizó el religioso. "Con la aprobación de la ley que regula el horario del expendio de bebidas alcohólicas se ha dado un paso en orden a la protección de nuestros jóvenes. Ciertamente es un modo de dificultar el acceso ilimitado que existía hasta ahora a la compra de bebidas alcohólicas en horarios que favorecían el consumo indiscriminado. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer", consideró Torrado Mosconi. En este sentido, apuntó que "hay muchas medidas que deberían tomarse aún en orden a cuidar la vida de los jóvenes. En efecto, el hecho de que todavía no se haya regulado el horario de apertura y cierre de los boliches según criterios de prevención de las adicciones al alcohol y las drogas es preocupante". "Sabemos que la ?previa? que los chicos hacen esperando que se haga el horario para poder concurrir a los boliches es uno de los temas más acuciantes. Los jóvenes comienzan a beber en el ?tercer tiempo? después de los partidos de fútbol y siguen hasta las altas horas de la madrugada en que se asiste a los lugares bailables", analizó. Luego de lamentar la "aceptación social del consumo de alcohol cada vez a más temprana edad", señaló que "frecuentemente los padres no tomen consciencia de la gravedad de estos hábitos que pueden ser la puerta de entrada para conductas adictivas más graves, para la violencia y el descontrol de todo tipo". "Es necesario que los adultos seamos conscientes de los peligros de estos comportamientos y sepamos poner límites a nuestros adolescentes. Poner límites y corregir son un modo concreto de amar a los hijos. Nada es tan malo para los jóvenes como el ?permisivismo? que suelen experimentarlo como descuido, soledad y desinterés", consideró. Finalmente consideró que "es necesario que el estado dicte la normativa adecuada para prevención de estos hechos, que las entidades educativas promuevan la formación necesaria y especialmente que las familias cumplan con su función indelegable de cuidar y educar a sus hijos".
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