Ushuaia, también enferma de violencia: golpearon a un sacerdote

El presbítero Marcelo Maciel, administrador parroquial de la Sagrada Familia de Ushuaia, fue víctima de una golpiza propinada por un grupo de violentos cuando salió en defensa de un joven al que intentaban golpear a la salida de misa.

El presbítero Marcelo Maciel, administrador parroquial de la Sagrada Familia de Ushuaia, fue víctima de una golpiza propinada por un grupo de violentos cuando salió en defensa de un joven al que intentaban golpear a la salida de misa. El obispo de Río Gallegos, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, repudió los hechos y reiteró, junto con los obispos argentinos que firmaron el documento Felices los que trabajan por la paz, que la sociedad está “enferma de violencia”.

El presbítero Marcelo Maciel, administrador parroquial de la Sagrada Familia de Ushuaia, fue víctima de una golpiza propinada por un grupo de violentos cuando salió en defensa de un joven al que intentaban golpear a la salida de misa. El sacerdote dio a conocer lo sucedido por medio de una carta dirigida a la comunidad, poco después que los obispos argentinos reunidos en asamblea difundieron un documento en el que alertaban que la sociedad “está enferma de violencia”.

“Tres jóvenes aparentemente fuera de su sano juicio entraron el domingo a la iglesia para golpear a un joven de la catequesis, con insultos y humillaciones. Mientras yo despedía a la gente, ingresaron detrás de mí con la intención de golpear a este joven. Me ubiqué en medio de los agresores y la violencia cambió de dirección, primero con insultos hacia mi persona, y luego con golpes en la cara”, declaró el sacerdote.

El padre Maciel recordó en su carta que minutos antes había predicado sobre el buen pastor que da la vida por sus ovejas, y había reconocido entonces que lejos se sentía de la santidad de Dios. “Gracias Señor por permitirme accidentalmente experimentar tu entrega. Te alabo por darme la gracia de permanecer en medio de tu pueblo, de no huir… es mérito tuyo. Siento mucha compasión por mis agresores, siento compasión por mi comunidad que tuvo que sufrir por mí, y rezo por aquellos que todos los días tienen que vivir tal situación de violencia”, sostuvo.

Por su parte, el obispo de Río Gallegos, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, expresó sus sentimientos de solidaridad con el padre Maciel y la comunidad parroquial y repudió los hechos de violencia: “Como obispo de Santa Cruz y Tierra del Fuego, repudio y rechazo esta conducta que pone de manifiesto lo que el episcopado argentino acaba de decir en el documento Felices los que trabajan por la paz”.

“Hechos tan dolorosos como los que sufrió el padre Marcelo –agregó- nos invitan a reflexionar y a desterrar de nuestra sociedad todo tipo de violencia y elegir una vez más el camino del diálogo y el encuentro entre los argentinos. Agradezco en nombre de la Iglesia diocesana todas las muestras de afecto y cercanía para con el padre Marcelo y la comunidad de Sagrada Familia de Ushuaia, y pido oraciones por los jóvenes que tuvieron esta actitud equivocada para que de aquí en adelante cambien su proceder, a fin de poder convivir como hermanos en estas hermosas tierras patagónicas”.

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