Es un acercamiento de las familias y para que los niños comiencen su vida parroquial.
En este tiempo Pascual desde hace varios años, la mayoría de las parroquias de nuestra ciudad dedican la primera Comunión, ritual sacramental de la Iglesia católica, por medio del cual el niño, participa por primera vez del sacramento de la Eucaristía recibiendo la Comunión, cuerpo y sangre de Jesucristo, para que comiencen su vida parroquial, sumándose a grupos apostolados y que no sean grupos golondrinas.
En la jornada de ayer, se realizó una ceremonia en la capilla San José Obrero, donde trece niños tomaron su primera comunión.
Ellos son Brisa Gratia Moreno, Giuliana Gesualdi, Camilo Cela, Lourdes Lacasañe, Mateo Liuzzi, Milagros Herrera, Leonardo Martines Mazza, Sofía Balbuena, Lucía Zazali, Santiago González, Ignacio Laterza, Ramiro Zapata y Santino Lucero Trujillo.
En el marco de la celebración eucarística, oficiada por el cura párroco José Luis Serre destacó que "lo lindo que se genera es el acercamiento de la familia, es un momento que llegan a la Iglesia tal vez después de no venir durante largo tiempo y les recuerda a los padres el momento cuando tomaron la comunión y su propio compromiso con Cristo”.
El sacerdote aseguró que no es un diploma que recibe y termina, sino que reciben el sacramento para vivir la vida cristiana.Si bien, el núcleo familiar tiene muchas actividades, hay que hacerse el tiempo para ir a misa.
"A los niños les comparo alimentarse de Cristo con la carga del celular, es decir, así como cargamos el celular para que no se nos apague, lo mismo sucede con la fe, hay que alimentarla para que la vida cristiana no se apague”, señaló.
Experiencia
Tanto las familias como los niños lo viven de manera especial. En diálogo con Ecos Diarios, Brisa Gratia expresó que "yo espere mucho para tomar la comunión y me llamó mucho la atención la palabra y quería tomarla para tener a Jesús en el corazón”.
En tanto, Mateo Liuzzi y Santiago González coincidieron en que lo vivieron muy bien en familia, "fuimos durante dos años, conocimos la vida de Jesús y nos gustó la experiencia”.
Por su parte, Angie Ocampo, es catequista, hace 11 años que trabaja en la Parroquia de Lourdes y 2 en la Capilla San José Obrero.
Al respecto opinó que "muchas familias practican la fe pero hay que reconocer que en algunos casos lo toman como en evento social, porque desde el bautismo hasta la comunión pasaron 9 años”.
La catequesis familiar es un camino con encuentros semanales, con la familia y los niños. La familia es la primera educadora de la fe.
El tercer encuentro lo tienen con el sacerdote en la misa y luego durante dos años van conociendo la historia del pueblo de Dios, hasta llegar a Jesús.
Angie expresó que "ellos conocen este gran amigo que es para toda la vida y se van preparando con este primer encuentro con Jesús”.
Los pequeños comenzaron cuando tenían 7 años, dado que el Obispo hace cuatro años bajo la edad de inscripción, confiando en que la gracia del espíritu actué en ellos aún cuando son chicos.
La catequista señaló que tenemos una guía que nos manda la Diócesis para guiarnos a un nivel que ellos lo pueden entender con juegos e imágenes.Un momento muy especial para los niños fue cuando tuvieron su primera confesión el año pasado.
"Creo que les costó porque nos cuesta a nosotros ver a Jesús en el sacerdote y cuando terminaron lo abrazaron a José Luis, fue muy lindo. Luego depende de que las familias acompañen lo que es la Navidad y la Cuaresma”, detalló Angie.
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