Territorio Joven saludó al Papa en Copacabana

Territorio Joven saludó al Papa en Copacabana
Junto a un millón de fieles de todo el mundo y bajo la lluvia, los chicos de Territorio Joven pudieron ver al Papa Francisco en el trayecto entre el aeropuerto y el punto donde habló en la playa de Copacabana.
El mal tiempo, la impresionante cantidad de gente y las grandes distancias que en los puntos donde se presenta el Papa en Río de Janeiro hace que para muchos fieles, entre los que se encuentran las 16 personas de Territorio Joven de Olavarría, no sea tan fácil acceder a Francisco.

Este jueves, por ejemplo, sólo 5 mil personas pudieron acceder a la Iglesia donde el Papa argentino saludó a sus compatriotas, y fueron otros miles los que se quedaron afuera.

Los mismo sucedió en la playa de Copacabana, donde según diferentes medios hubo más de un millón de fieles saludando, ovacionando y acompañando a Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud.

"Realmente ha sido un día complicado porque siguió la lluvia, ayer (por el miércoles) llovió todo el día y hoy también, el transporte es muy difícil viajar porque se tarda mucho, tenés que decidir ir a un lugar u a otro porque no hacés tiempo", indicó Carlos Ramírez, enviado especial a la Jornada de EL POPULAR.

Este jueves "no pudimos ir a la misa de los argentinos, porque en la Catedral entran sólo 5 mil personas, y ya anoche había más de 5000 personas afuera", agregó en diálogo con Canal Local.

En la noche de este jueves se encontraban en Copacabana, donde "el Papa vino y el camino del aerpuerto hasta donde fue el acto había una multitud, ni hablar en el lugar del acto", pero afortunadamente parte de la delegación local lo pudo ver. "Se nota que es muy querido, y hay muchísimos argentinos presentes;" relató Ramírez.

Entre las próximas actividades importantes, "el sábado va a ser la noche de vigilia y la caminata de 13 kilómetros el domingo", explicó finalmente sobre el cronograma de los chicos de Territorio en Brasil.

"Es feo un obispo triste"

"Vine a contagiarme su entusiasmo, es feo un obispo triste", dijo Francisco en español, ante una multitud de jóvenes que lo ovacionó con aplausos, saludos y cartas, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.

El papa Francisco llegó esta tarde en el papamóvil a la playa carioca de Copacabana, donde más de un millón de jóvenes de 180 países lo esperaron con globos, banderas y carteles, y quienes lo ovacionaron con cánticos, aplausos y saludos. Allí, el Pontífice ?a quien se notó emocionado y alegre- arrancó su discurso (en español) con un "queridos jóvenes, buenas tardes".

"Siempre oí decir que a los cariocas no les gusta ni la lluvia ni el frío, pero ustedes están mostrando que su fe es más fuerte que el frío y la lluvia. Ustedes son verdaderos misioneros. Veo en ustedes la belleza del rostro joven de Cristo y mi corazón se llena de alegría", dijo Francisco en medio de aplausos y ovaciones de fieles con pilotos.

Y continuó: "En primer lugar, quiero agradecerles por el testimonio de fe que están dándole al mundo. Recuerdo la primera jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en 1987 en Argentina, en mi ciudad de Buenos Aires. Guardo vivas en mi memoria estas palabras de Juan Pablo II a los jóvenes: ´Tengo mucha esperanza en ustedes, pero espero que renueven la seriedad que tiene con Jesucristo y su Redentor´. Y pidió un instante de "silencio y oración" por el trágico accidente en la Guyana francesa donde falleció una joven que se dirigía a la jornada.

"Este año la jornada vuelve por segunda vez en América Latina y ustedes han respondido en gran número a la invitación de Benedicto XVI que ha convocado a celebrar y le enviamos un saludo y un fuerte aplauso. Ustedes saben que antes de venir a Brasil estuve charlando con él y le pedí que me acompañe en el viaje con la oración. ´Estaré junto al televisor´, me contestó, así que ahora nos está viendo. Le mando un saludo enorme".

No obstante, el público presente estalló de emoción cuando Francisco lanzó: "Mi mirada se extiende sobre esta gran muchedumbre. Son tantos, de todos los continentes. En la vida de un obispo hay tantos problemas que piden ser solucionados y la fe del obispo puede entristecerse. ¡Qué feo es un obispo triste! Por eso he venido aquí para contagiarme con el entusiasmo de ustedes. Los saludo con cariño, a ustedes venidos de los 5 continentes y saludo a todos los jóvenes del mundo, a aquellos que no han podido venir y que nos siguen por la TV e Internet. A todos les digo ´Bienvenidos a esta fiesta de la fe´". Y finalizó: "Esta semana, Río se convierte en el centro de la Iglesia. El Cristo Redentor nos abraza, nos bendice viendo este mar y la playa. Los cariocas saben recibir bien".

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