Tensión entre La Cámpora, el massismo y los intendentes por los lugares en las listas de la Provincia

Tensión entre La Cámpora, el massismo y los intendentes por los lugares en las listas de la Provincia

Tras la incorporación de Sergio Massa quedan menos espacios para repartir. El rol de Máximo Kirchner.

 

A tres días del cierre de listas, el peronismo de la Provincia entra en tensiones internas. Los intendentes exigen lugares en la boleta de legisladores provinciales mientras, en sus territorios negocian listas únicas no solo con La Cámpora sino también con el massismo, su nuevo aliado. “Ahora hay más gente para la misma cantidad de lugares”, reconocen.

El anuncio vía Twitter de la fórmula Axel Kicillof - Verónica Magario para la gobernación fue un mal presagio para los jefes comunales, que no quieren enterarse por redes de las noticias, sino participar en su decisión.

Si bien dan por sentado que la lapicera para la lista de diputados nacionales por la Provincia la tienen Alberto Fernández y Cristina Kirchner, no quieren que el Instituto Patria arme la boleta de legisladores bonaerenses sin tenerlos en cuenta ni reservarles lugares.

 

“En la Legislatura se votan las leyes que después aplican en nuestros municipios. Tenemos que tener participación”, explica uno de ellos. Otros ya se resignan a que las van a armar desde el Patria y confían en que habrá representación de todos los sectores. De hecho, cuando Sergio Massa acordó su vuelta al kirchnerismo negoció legisladores en todas las secciones electorales.

Una de las premisas que los jefes comunales lograron instalar desde el inicio es que donde gobierna un intendente peronista no hay PASO y ese punto fue avalado por Máximo Kirchner, el delegado de los Fernández para articular en la Provincia.

Sin embargo, en algunos territorios hay problemas. El principal es Tigre, donde la pelea entre Sergio Massa y su sucesor, el actual intendente Julio Zamora -que dice no estar dispuesto a bajarse- escala. 

Otro ejemplo conflictivo es Moreno, donde se especula con que el propio kirchnerismo le arme una interna al intendente camporista Walter Festa con la referente local del Movimiento Evita, Mariel Fernández. En este caso puntual los demás jefes comunales abren un paraguas porque consideran que es un problema "interno" dado que la misma Cámpora "lo puso" a Festa y ahora lo quiere sacar.

En otros distritos las PASO también surgen como amenazas. En algunos casos los intendentes las detectan como una herramienta para la negociación e incluso, seguros de sus victorias, dicen no descartarlas. Sin embargo, todos coinciden en que sería un desgaste innecesario y que retrasaría la campaña. "Queremos pelear contra María Eugenia Vidal, no contra La Cámpora", asegura un jefe comunal del Norte.

Por eso, salvo excepciones, se especula con que se logre unidad en la mayoría de las localidades gobernadas por intendentes peronistas. A cambio, el kirchnerismo pide el primer candidato a concejal, un punto al que varios intendentes se niegan. Incluso hay quienes prefieren entregar más lugares en la lista a cambio de que quien encabece sea del mismo color que el intendente. 

La otra duda es "¿quién le pagará a Massa?". Es decir, quién cederá lugares propios para que ingresen representantes del Frente Renovador.

En los distritos donde el peronismo es oposición, la prioridad también es que haya boleta única.

En este contexto, las reuniones se precipitan. La Comisión de Acción Política (CAP) -integrada por nueve intendentes y referentes de La Cámpora- se reúne dos veces por semana y la junta electoral del PJ Bonaerense tiene encuentros diarios desde el viernes pasado. 

La confianza de la victoria -idea con la que se envalentona cada vez más la oposición bonaerense- terminará ayudando a acomodar todo a último momento, confían. 

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