Luis Casalá, sm nació en Buenos Aires. Estudió Sociología (USAL) y Teología (UCA). Fue ordenado en la Compañía de María (Marianistas). Ha sido Superior Mayor en Argentina y Maestro del Noviciado Latinoamericano. Es autor de varios libros, entre ellos: ¿Tendremos la audacia? y Habitar el silencio, y numerosos artículos sobre la Vida Consagrada.
CR: ¿Qué mundo crees que le toca al Papa Francisco, a la Iglesia?
LC, sm: ¿Qué mundo le toca? Buena pregunta. La respuesta es simple. Les toca éste, porque no hay otro. A veces soñamos con escenarios ideales, pero lo único que tenemos es este mundo con sus fortalezas, logros, debilidades, fracasos y heridas. No es un mundo simple, para nada. Al contrario es un mundo complejo, nuevo, por eso se habla de un “cambio de época”. Frente a esta situación y este mundo desafiante y apasionante no hay respuestas prefabricadas. El Papa tampoco las tiene.
CR: En Habitar el silencio hablás de vacío existencial… ¿cómo se llegó a esta situación? ¿Qué pasó en el medio?
LC, sm: El tema del “vacío existencial”, que es como una “peste” entre nuestros contemporáneos, tiene mucho que ver con este cambio de época al que me refería. Primeramente permitime que te diga que esta expresión (“vacío existencial”) puede referir a diversas situaciones, sobre todo de orden psíquico. Pero para simplificar digamos que es la pérdida del sentido de la vida. Hoy no hay proyectos de futuro que focalicen las energías de la gente, propongan motivación, sentido para vivir, para postergar la gratificación. Vivimos sumergidos en un presente que muchas veces nos asfixia. Está muy bueno vivir el presente, pero cuando un presente no tiene futuro estamos en un problema. Parece que la consigna hoy vuelve a ser “pan y circo”, o sea, nada nuevo bajo el sol. Hoy es “consumismo y diversión”. Esta es la propuesta de la cultura hegemónica, de la cual es difícil escapar. Y esto produce, necesariamente, a la larga, “vacío existencial”.
CR: En ¿Tendremos la audacia? sostenés que la gente se aleja de la Iglesia, Luis. ¿Por qué crees que pasa esto?
LC, sm: Creo que hay muchas razones. Como sabés nunca se puede hablar de una causalidad única. Yo creo en la pluricausalidad. Desde luego que la Iglesia está atravesando un momento muy difícil y necesita conversión, purificación, reordenamiento, etc. La trama existente en el Vaticano, los juegos de poder, los escándalos sexuales, el fraude económico deben ser necesariamente enfrentados, superados, con medidas drásticas. Benedicto fue un Papa que tuvo la valentía de poner los problemas sobre la mesa. Y sobre todo la tremenda valentía de decir “yo no puedo solucionarlo”, estas cuestiones me superan.
Pero la razón fundamental está en un tema cultural. La Iglesia no tiene capacidad de respuesta frente al surgimiento de las nuevas subjetividades, los desafíos de la sociedad tecnocrática, los cuestionamientos de todo tipo que surgen de la postmodernidad, los cambios en la familia y la conciencia de la humanidad (me refiero sobre todo al occidente que conocemos más) que no aceptar, no entiende, se burla, de un mensaje evangélico que todavía viene envuelto en un relato con fuerte acentos mágicos y míticos. O sea, para ser más claro: la propuesta de la Iglesia no llega a satisfacer las necesidades de las personas. Es lógico que busquen en otro lado.
CR: ¿Cómo crees que se podría revertir esto, Luis? ¿Con una reforma alcanza?
LC, sm: Claro, esto es lo que justamente quería aclarar. No basta una reforma que toque la moral de la Iglesia. Esto desde luego es necesario. Pero se trata de un cambio mayor. Por eso hablo de “Transfigurar” la Iglesia. Deben explicitarse las creencias con otro lenguaje, deben cambiar los ritos, debe repensarse la fundamentación de la ética, debe transparentarse la organización de la Iglesia (yo diría que la Iglesia debe democratizarse), esto por señalar algunos temas fundamentales. Pero hay que añadir el papel de la mujer en la Iglesia, el celibato sacerdotal, al elección de obispos, y un largo etcétera.
CR: Teniendo en cuenta esto que analizas… ¿cuáles son los desafíos de la pastoral hoy?
LC, sm: La pastoral enfrenta como gran desafío superar el clericalismo. Una pastoral nueva, ya lo dijo en el Jubileo del 2000 el Papa Juan Pablo II, él hablaba de “nueva evangelización”, y decía que sería llevada adelante por los laicos. Pero esto no puede ser posible si persiste el clericalismo. El clericalismo no es solamente la concentración del poder en el clero. Es una mentalidad, que también impregna a los laicos y que mientras no se cambie no habrá posibilidad de crear una pastoral nueva. La pastoral tiene desafíos en todos los campos. En la pastoral familiar, con las nuevas familias; la pastoral juvenil, porque los jóvenes están muy lejos de la Iglesia; la pastoral social, asumir decididamente la causa de los pobres; generar una reflexión profunda, valiente y con gran libertad, sobre muchos temas de bioética. Te diré que para cualquier lado que mires encontrarás inmensos desafíos. Creo que se debe comenzar generando espacios donde las comunidades eclesiales puedan encontrarse y discernir los nuevos caminos. Los cambios siempre vienen desde abajo, “desde el pie”, como dice la canción. Muchas gracias.
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