Los temas ambientales ganaron espacio

La revisión de los contratos de recolección de residuos sería una medida auspiciosa. 

El 20 por ciento del discurso del intendente Llaryora estuvo referido a cuestiones ambientales. A las promesas se las puede llevar el viento. Igualmente, resulta auspicioso que haya expresado un diagnóstico ajustado a la realidad de una ciudad cabalmente degradada. En ese marco, planteó que, desde un punto de vista sanitario y ambiental, el principal problema de Córdoba son los desbordes cloacales y la contaminación que genera la planta de tratamiento de efluentes de Bajo Grande, la cual hace que, en los parámetros de contaminación de origen cloacal, el Suquía esté en un largo tramo peor que el Riachuelo.

No hubo referencias a la contaminación atmosférica, pero mencionó el propósito de bajar la cantidad de autos que circulan, lo cual es la fuente más importante; y refuncionalizar el Observatorio Ambiental, que mide la calidad del aire. Cabe agregar la imperiosa necesidad de coordinar la red de semáforos, cuya deficiencia produce un porcentaje importante de contaminación evitable, al incrementar el combustible gastado y el tiempo de permanencia vehicular en las calles.

También hizo alusión a la problemática de los residuos y las incumplidas acciones necesarias para bajar el porcentaje destinado a enterramiento. Una medida auspiciosa sería la revisión de los contratos de recolección de residuos, por los que se presta un servicio caro e ineficiente.

Hubo expresiones sobre espacios verdes. Una cuestión crucial es promover que los árboles que se planten sobrevivan, lo cual requiere participación y educación ambiental.

Luego de 20 años de políticas ambientales casi inexistentes, hay también un desafío cultural: cómo revertir que los cordobeses hayamos naturalizado vivir en una ciudad degradada. Las respuestas están en la educación, la participación y el liderazgo fundado en el ejemplo de una gestión eficaz.

*Presidente del Foro Ambiental Córdoba

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