«No somos una empresa contaminante, más bien somos descontaminantes»

«No somos una empresa contaminante, más bien somos descontaminantes»

La firma tras la planta de tratamiento de residuos confía en acabar con el miedo que provoca «el desconocimiento» a su proyecto para Ortuella

La planta de tratamiento de residuos prevista en Ortuella encaja sobre los planos, pero todavía le falta casar con los temores de parte de la población, que tiene experiencia viviendo junto a industrias. El CEO de Agaleus, Xabier Caño, confía en que el proyecto ayude a disiparlas.

- ¿Qué supone la planta para el entorno?, ¿será contaminante?

 

- El impacto que genera es mínimo, prácticamente inexistente. No va a haber ningún problema de emisiones al aire porque nuestra planta no tiene ninguna chimenea de proceso, sólo un tubo para una caldera de vapor que se emplea para producir calor. No quemamos ningún residuo. Tampoco habrá impacto de olores. Los residuos entran a la planta en camiones cerrados, y entran por un circuito cerrado. Al ser en su mayoría un residuo industrial, no orgánico, no tienen un olor característico. En cuanto al ruido, ni siquiera los trabajadores tienen que llevar tapones. Nuestra actividad consiste en darle una segunda vida a los residuos, no en generarlos. No somos una empresa contaminante, más bien somos descontaminantes.

- ¿Qué diferencias tendría con las instalaciones de Zorroza?

- No hay ningún equipo, ningún proceso, ni una piedra que se traslade de Zorroza a Ortuella. El proceso es radicalmente diferente, porque toda la tecnología que se introduce en la planta es diferente. Ni se van a parecer. Ahora la normativa obliga a introducir las mejores tecnologías disponibles para cada tratamiento.

- ¿Por qué en Ortuella?

- Hay varios criterios necesarios para la actividad, y la parcela de La Barguilla los cumple todos, como la movilidad de nuestros trabajadores, porque está muy cerca de un apeadero de tren. También tiene superficie suficiente, 16.500 metros cuadrados, y una conexión directa con la autopista. No hay ni un kilómetro desde el punto de salida hasta la entrada a las instalaciones. Además, está la cercanía al cliente final, y un elemento fundamental, el colector que pasa por la parcela, conectado a la depuradora de Galindo. Nos da un elemento estratégico para las aguas del proceso que no son aprovechables.

- ¿Afectará a la depuradora?

- En términos de volumen y de caudal estamos hablando de una cantidad ínfima de todo lo que procesa. Y hay un control de características y límites máximos. Habrá un medidor desde nuestro punto de acceso al colector, monitorizado por el Consorcio.

- ¿Qué pasará con los camiones?

- Habrá dos camiones a la hora. Hay un acceso directo por la autopista que conecta con el polígono Abra, de manera que no pasarán por el casco urbano. La planta funciona de lunes a viernes, de 8.00 a 19.00 horas. No trabajamos el fin de semana.

- ¿A qué piensan que se debe la desconfianza de los vecinos?

- Al desconocimiento, eso genera incertidumbre. Tenemos que explicar qué es. Estamos convencidos de que tiene cabida en esa parcela, porque no genera impacto. De lo contrario no la hubiéramos elegido para una inversión de 18 millones de euros. No nos podemos equivocar.

Para el 2025

- ¿En qué fase está el proyecto?

- Estamos finalizando su redacción y se presentará para solicitar la Autorización Ambiental Integrada y la Evaluación de Impacto Ambiental. La previsión es que esté funcionando para enero de 2025. A finales del 23 o principios del 24 arrancarían las obras.

- ¿Lo que se construya ahora podría cambiar en el futuro?

- Hasta un estanco puede cambiar en diez años, pero cualquier modificación tendría que cumplir con los compromisos adquiridos con el Ayuntamiento de Ortuella de cero impacto ambiental. Cualquier modificación sustancial, por ejemplo para adaptarse a nuevas normativas, tendría que estar sometida de nuevo a un proceso de autorización.

Comentá la nota