Un mensaje pascual que apuesta a derribar los muros que separan a los seres humanos. De este modo anticipó el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, los conceptos que formarán parte de la homilía del domingo de Pascua.
El prelado sostuvo que “en esta semana santa hay que prepararse con el corazón para la oración y la reflexión. El lunes tenemos que estar con un corazón nuevo y más alegres”.
Mientras que en relación a la clase dirigente, manifestó que “la sociedad necesita reconciliación y pacificación, porque estamos en un año de tensiones políticas y hacen falta más gestos de magnanimidad”.
En cuanto al mensaje pascual, enfatizó que “la homilía llamará a derribar los muros que separan a los hombres, para que esa reconciliación que tanto anhelamos se prolongue a todos”.
Monseñor Zecca afirmó que “hay mucha gente que vive sin un sentido de la vida. Ese vacío se llena con alcohol, con droga, con ruido, o sea con cosas que no nos satisfacen pero la vuelta está en descubrir el norte de nuestra vida y vivirla con un sentido moral acorde, un sentido de familia, comunión, fraternidad y fidelidad ligadas a la fe y a la construcción del bien común”.
En tanto que sobre esta celebración religiosa, monseñor Zecca expuso que “durante la Semana Santa celebramosel acontecimiento fundamentral de la salvación, el misterio de la cruz por el cual el señor nos redimió, porque muriendo venció a la muerte y restauró la vida”.
Destacó que hoy tendrá lugar la llamada Misa Crismal, que presidirá junto con los sacerdotes que forman el presbiterio. “En ella se fortalece la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Los sacerdotes renuevan su vocación, se bendicen los óleos con los cuales se alivia a los enfermos y el crisma que se aplica en algunos sacramentos”, explicó el arzobispo de Tucumán.
Por la tarde de hoy jueves será la Misa de la Cena del Señor, en donde se recreará el lavatorio de los pies, que “representa el mandamiento de la caridad y el amor. Con ese gesto Jesús anticipa la celebración de la Eucaristía que se concretará en la cruz”.
En tanto que mañana viernes no habrá misa, sino que se procederá a la llamada “Adoración de la Cruz”.
Explicó que “el sábado santo es un día de recogimiento, hasta la noche en que se celebra la resurrección del Señor y la alegría de la Pascua”.
El arzobispo sostuvo que se debe privilegiar la oración y la meditación en contraposición con la banalidad de tomar estos días como un descanso y para la distracción. Por último, también destacó el rol de los religiosos como pastores de la comunidad, además del apoyo que representan los laicos.
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