¿Sirve bajar la edad de imputabilidad en la lucha contra el delito?

¿Sirve bajar la edad de imputabilidad en la lucha contra el delito?

Ante este panorama es que desde La Mañana consultamos a distintas voces que están relacionadas con la educación.

El debate por la edad de imputabilidad de los menores resurgió en los últimos días luego del crimen de Brian Aguinaco, de 14 años, asesinado por otro chico, de 15 años, en el barrio de Flores (Buenos Aires) y ya generó diferencias entre las posturas de figuras conocidas en el ámbito político nacional y provincial. 

Ante este panorama es que desde La Mañana consultamos a distintas voces que están relacionadas con la educación, analizando esta temática desde ese ángulo. En resumen, los entrevistados coincidieron en que la mejor política de seguridad posible es brindar educación, dignidad y oportunidades a tiempo, y que el resto es “parche”. 

Beatriz Patiño

Una de las voces consultadas fue la de Beatriz Patiño, docente y secretaria del Gremio de Docentes Autoconvocados.

LM: Como docente y representante de sus pares a nivel gremial, ¿qué análisis realiza ante la presentación de este proyecto?

BP: Desde la comisión directiva de Autoconvocados no compartimos la idea de la baja de la edad de imputabilidad, sabiendo cuál es la situación de contexto, trabajando habitualmente con menores y sabiendo nuestra responsabilidad como adultos. Parece que es mucho más fácil culpar al menor, decir “hicimos algo, porque bajamos la edad y porque los llevamos presos”; pero con esto no se soluciona el problema de la inseguridad. Lo que reclamamos en forma diaria son políticas públicas para ese menor y que vayan mucho antes de los 14 o de los 11 años, como ahora alguien propone hacerlo.

LM: ¿Cuáles serían esas políticas públicas que señala?

BP: Creemos que debe haber escuelas de calidad, escuelas que ofrezcan al niño la posibilidad de desarrollarse, trabajo para los padres de esos niños; trabajos dignos que les permitan a los padres recuperar la autoridad en la casa. 

Debe haber asistencia a la situación social, como el flagelo de la droga. 

No que se diga una cosa y se haga otra, porque la televisión promueve el consumo en todo sentido: “comprá”, “tené”, “vas a ser exitoso o famoso si tenés esto”; y por otro lado, está el niño que es pobre, que no tiene acceso, que es marginado porque es morochito, porque es pobre, porque es gay, porque es villero… Ese pobre niño, en su cuerpo pequeño y a su corta edad, tiene todas las contradicciones de esta sociedad loca. Por ello insistimos: se trata de cargar la culpa en él y no asumir nuestra responsabilidad como adultos. 

Mario Olmedo

El licenciado Mario Olmedo, al ser consultado por La Mañana sobre este proyecto que plantea modificaciones al régimen penal juvenil, fue tajante al marcar que “es compleja la situación en cuanto a los problemas y a los síntomas que se ven. Pero es claro que el camino no es punitivo. Jamás vamos a solucionar esos problemas creando instituciones y cárceles. La única forma es que el bien común se encamine por el buen camino, y el buen camino se llama educación pública”.

Para el reconocido profesional de la Educación, “el problema de fondo es educativo. Si la educación no da proyectos de vida para quienes están en su seno, no tiene sentido. Si la educación no entusiasma por la vida y por las buenas acciones, deja de ser educación. Por lo tanto, la educación se impone como posibilidad cultural de rescatar a todos sin límites de edad ni distinción. Y si la educación pública es responsabilidad absoluta del Estado, no hay otra más que educar a todos”.

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