Los siete puntos que el Círculo Rojo les llevó a Lula y a Fernández

Los siete puntos que el Círculo Rojo les llevó a Lula y a Fernández

El consejo empresarial binacional busca saltear la grieta y evitar que cambios políticos y macroeconómicos interfieran en los negocios. Demandas y prioridades.

 

Por Ariel Maciel 

El Círculo Rojo argentino-brasileño formuló este lunes una severa declaración conjunta con exigencias a los gobiernos de ambos países y que en siete puntos pone el foco en necesidades concretas para hacer efectivo el acuerdo al que arribaron los presidentes Alberto Fernández e Inácio Lula Da Silva. Con pedido de baja de impuestos y desburocratización en la relación comercial en ambas fronteras, el Consejo Empresarial Argentino Brasileño (Cembrar) -que integran la Unión Industrial Argentina (UIA) presidida por Daniel Funes de Rioja y la brasileña Confederación Nacional de la Industria (CNI) encabezada por Robson Braga de Andrade- reclama una estrategia unificada para saltear la grieta de los recambios ideológicos en la comandancia económica de la región.

Los empresarios requieren que se efectivice un "entendimiento entre Argentina y Brasil para diseñar -en forma inmediata y pragmática- una estrategia conjunta de acciones que revitalice la agenda de integración bilateral y regional con una visión de inserción global y desarrollo de la producción y la industria", al considerar que "solo así será posible el crecimiento sustentable de ambos países, generando empleo y mejorando la calidad de vida de nuestros pueblos".

 

Con este horizonte, el Círculo Rojo binacional puso en la mesa de los presidentes Lula y Fernández un documento -al que tuvo acceso Letra P- con "prioridades" de la agenda bilateral que incluye la "revitalización y fortalecimiento de la Comisión de Producción y Comercio Brasil-Argentina".

Como primer punto, la dirigencia empresarial de ambos países pide "establecer una estrategia común para impulsar la inversión productiva sobre la base de la estabilidad del crecimiento económico: la integración productiva requiere un contexto económico e institucional que favorezca las inversiones". Asimismo, se quejó de que "los desequilibrios macroeconómicos y el cambio en la orientación de políticas dificultan tener un horizonte de planificación, derivan en una baja de la inversión, la actividad económica, reducción del comercio, mayor desempleo y pobreza". "La ampliación del sistema de monedas locales (SML) en el comercio bilateral puede ser una herramienta de corto plazo que permita avanzar en esta dirección", precisa.

 

El Círculo Rojo reclama "inversiones para avanzar en el abastecimiento energético, la infraestructura y conectividad entre ambos países y en la región" e hizo foco en obras públicas que mejoren la infraestructura y conectividad, "donde la industria tiene un rol clave en la concreción de las obras que permitan el desarrollo energético y la agregación local de valor". También solicita "concentrar esfuerzos" para una "mayor integración logística y de capacidad de transporte que mejore la conectividad, la salida exportadora".

La baja de impuestos y barreras comerciales son otros de los puntos centrales de la declaración, con el objetivo -puntualiza- de "avanzar en la implementación de iniciativas de convergencia y cooperación regulatoria". El establishment productivo se queja porque "todavía persisten diversas medidas restrictivas y licenciamientos entre ambos países que no sólo perjudican el comercio bilateral y el acceso a bienes e insumos sino también inviabilizan la integración productiva entre nuestros países".

 

"En el área regulatoria, los productos y servicios se enfrentan a una creciente gama de reglamentaciones. Esa diversidad regulatoria es costosa, y las diferencias innecesarias en regulación son otro obstáculo para la integración económica de largo plazo. Es factible avanzar a partir de los compromisos regionales ya establecidos en un entendimiento bilateral de convergencia regulatoria en sectores específicos compatibilizando precauciones y requerimientos y generando marcos regulatorios comunes que colaboren en la real y efectiva integración de nuestras cadenas de valor y economías", estima el Cembrar, y adelanta que trabaja en una serie de propuestas de cooperación regulatoria con foco en algunos sectores industriales.

El consejo empresarial binacional demanda, además, "profundizar los compromisos de facilitación del comercio y desburocratización: la simplificación y reducción de burocracia en el comercio bilateral tiene espacio para mejorar", al considerar que los procedimientos formales para importar y exportar en ambos países "siguen siendo complejos cuando se los compara con las mejores prácticas internacionales".

En línea con la necesidad de aprovechar las condiciones de demanda del mercado mundial en materia alimenticia y de energía, el Círculo Rojo exige "acelerar la agenda de negociaciones externas, en bloque, con mercados estratégicos para la industria", y señala que "la integración internacional y la necesidad de ampliar la cobertura de acuerdos comerciales más allá del Mercosur son un punto donde existe consenso". Aunque aclara que "la estrategia debe darse de manera conjunta dentro del bloque regional, priorizando mercados donde existan ganancias tangibles en materia de expansión y diversificación del comercio, considerando la sensibilidad de los sectores productivos y garantizando transparencia y consultas con el sector privado".

Los referentes empresariales de ambos país también piden "avanzar en la cooperación hacia una economía baja en carbono que incluya la transición energética, el mercado de carbono, la economía circular y la conservación de los bosques", a fin de consensuar "una agenda conjunta entre ambas naciones, que abogue por la implementación de normas y estándares de manera temprana y de alcance regional, que permitan dar un horizonte de transición común con normas que se adapten a la realidad productiva y del entorno en el que operan las empresas".

 

El séptimo punto plantea que la promoción de programas conjuntos sobre digitalización e Industria 4.0: "Los cambios tecnológicos se han acelerado en los últimos tiempos y se convirtieron en un desafío para poder acceder e implementar nuevas tecnologías, especialmente a los fines de identificar sus necesidades y avanzar en el camino correcto de digitalización y mejora de la productividad", sostiene.

 

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