El sacerdote Pessuto calificó de preocupante el consumo de drogas en el Circuito Cinco

 El cura considera central el trabajo articulado entre los padres, los docentes, sacerdotes y agentes de pastoral para contener y acompañar a los niños y jóvenes para que no caigan en los vicios

El sacerdote Miguel Pessuto hizo un crudo relato de la problemática de las drogas en los barrios del Circuito Cinco y remarcó la necesidad de encarar un trabajo conjunto que incluya el esfuerzo de la familia, la escuela y la Iglesia. 

Durante una entrevista en el programa La Mañana En Vivo, de la FM VIVA 102.3, el cura que desarrolla su tarea pastoral en la parroquia Sagrada Familia, en especial en los barrios 20 de Julio, 6 de Enero y 8 de Marzo, consideró central el aporte que deben realizar los padres, los docentes, los sacerdotes y los agentes de pastoral para obtener mejores resultados en la lucha contra el flagelo de las adicciones en Formosa. 

LM: ¿Cuáles son los temas que más le preocupan desde el punto de vista social?

MP: La causa de todo problema social, familiar y humano está ligada a la falta de trabajo, y como se suele decir: el ocio es el padre de todos los vicios. Por eso cuando uno no tiene ocupación, la mente sigue trabajando y no siempre para cosas buenas. En cuanto a la droga, hace mucho tiempo que deseo conformar un equipo para realizar un estudio estadístico para determinar cuántas personas están con problemas de adicción. Nunca se logrará un estudio perfecto porque el tema es oscuro. Por lo general, el que está en la droga no lo quiere contar y se maneja más de noche. 

LM: ¿Usted suele ver adolescentes y jóvenes con problemas de adicción en ese sector de la ciudad?

MP: Sí, sí, sí. Sobre todo durante la noche y la madrugada. Durante el día la mayoría duerme, cuando en realidad tendrían que estar trabajando o estudiando. La gente dice que la droga ya está muy metida en la comunidad.

LM: ¿Conoce madres que tengan hijos con esta problemática?

MP: Sí. Hay madres que me hablaron. Algunas son muy allegadas a la iglesia. Tenemos casos de catequistas con hijos que se metieron en las drogas. Me dicen que algunas se dieron cuenta de que sus hijos son adictos después de consumir durante dos o tres años; y el tema es grave porque resulta difícil que estos chicos salgan de las drogas. Conozco un caso terrible de un muchacho que está muy consumido por su adicción y es muy peligroso. Incluso ya tiene intentos de homicidio y otros delitos.

LM: ¿Algún adicto fue a pedirle ayuda?

MP: Lastimosamente no. Debe ser porque el que está en la droga tiene vergüenza de manifestarlo o reconocer su problema. Más que esperar que vengan, hay que salir a buscarlos y acercarnos a ellos. Yo no tengo problemas de hablar de cualquier tema con los adolescentes y los jóvenes, pero primero hay que establecer una confianza para que ellos cuenten sus cosas. En este tiempo estamos trabajando en reuniones con los padres de la catequesis de los niños y jóvenes que se preparan para la Primera Comunión y la Confirmación; y en estas instancias hay participación. Entonces hay que ganar confianza con los padres para desarrollar diferentes temas, algunos de los cuales pueden no gustar, pero debemos hablar de los problemas sociales como las drogas y el alcohol en nuestras comunidades. 

LM: ¿Cómo calificaría la problemática de las adicciones en la zona Norte de la ciudad?

MP: Es preocupante. Lo que se ve claramente es que hay niños de entre 10 a 13 años que ya viven en la calle, seguramente porque sus padres no están en sus casas. Estos niños pasan gran parte del tiempo fuera de sus hogares y algunos ni siquiera van a la escuela. Por eso, el problema es preocupante porque en cuatro o cinco años, ¿qué será de estos menores? 

LM: ¿Qué se puede hacer ante esta situación?

MP: El primer paso es preocuparnos y ocuparnos de la realidad que viven estos menores. 

LM: En ese caso, el que falla es la propia familia. En medio de estas realidades, ¿cómo ve la presencia del Estado?

MP: Del Estado no veo a nadie, salvo a los efectivos policiales. Tengo que agradecer a la Policía porque los uniformados andan día y noche con la camioneta de aquí para allá. Entiendo que tienen como las manos atadas por las leyes actuales y no pueden actuar. 

LM: ¿Los casos de violencia e inseguridad que se registran a menudo en el Circuito Cinco están relacionados con la drogadicción?

MP: Creo que sí, porque los adictos no miden el nivel de agresividad y violencia. Cuando uno está dominado por el alcohol o las drogas, no actúa según su conciencia.

LM: ¿Qué hacer entonces en medio de este escenario? 

MP: Considero que hay tres instituciones educativas fundamentales en la vida de las personas, que son la familia, la escuela y la Iglesia. Si los responsables de estas tres instituciones, los padres, los docentes, los sacerdotes y los agentes de pastoral, se unieran para enfrentar este problema, tendríamos un resultado más positivo. Hay que salir por los medios de comunicación a hablar sobre estos temas para generar conciencia y motivar a la gente, darles esperanza y decirles que todos juntos podemos enfrentar esta dificultad y salir adelante. 

Comentá la nota