“Renovar el anuncio” es el lema del mensaje cuaresmal de Mons. Carlos Tissera

“Renovar el anuncio” es el lema del mensaje cuaresmal de Mons. Carlos Tissera

Con la frase “La misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio”, tomada de la bula Misericordiae vultus (El rostro de la Misericordia), con la que el papa Francisco convocó el Año Santo de la Misericordia, el obispo de Quilmes, Mons. Carlos José Tissera, encabeza su mensaje de Cuaresma 2016, dirigido a la comunidad diocesana que se extiende por los partidos de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui en la provincia de Buenos Aires.

“Iniciamos la Cuaresma -comienza diciendo monseñor Tissera- en el marco del Año Santo de la Misericordia y la celebración de los 40 años de la diócesis de Quilmes. El lema que nos acompaña es ‘Renovar el anuncio’. Particularmente estos cuarenta días son para renovarnos de corazón. Revestirnos del hombre nuevo, animados por la palabra del Salmo 51,12 que reza: “Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu”. El papa Francisco al convocar este Año de la Misericordia nos dice: “La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona”. 

Continúa el obispo: “Renovar el anuncio, celebrando los cuarenta años de esta diócesis. Lo haremos desde la esencia de lo que somos como familia diocesana, marcada desde el inicio por la acción pastoral del primer pastor, el Padre Obispo Jorge Novak, que testimonió la misericordia del Padre evangelizando a los pobres, abogando por los derechos humanos y trabajando por la unidad de los cristianos. Todo un pueblo lo acompañó en ese derrotero”. 

Al iniciar este tiempo cuaresmal, añade, “todos estamos invitados a peregrinar a los lugares designados en la diócesis para renovar nuestra vida cristiana con el regalo que la Iglesia nos hace concediéndonos las indulgencias. Los sacerdotes de toda la diócesis se han organizado para estar en lugares públicos para escuchar a los fieles en el sacramento de la reconciliación y, acompañados de diáconos y fieles, recibirlos y bendecirlos en el nombre de Dios”. 

Tras citar partes de la Misericordiae vultus, monseñor Tissera expresa: “La cuaresma es el tiempo apropiado para ‘renovar el anuncio’, examinando nuestra propia vida a la luz de la misericordia del Padre, y ser misericordiosos como Él. Es la invitación que Dios me hace como pastor de ustedes. Es el Señor resucitado que, como a Pedro, me pregunta: ¿me amas? Los invito que cada uno, con la misión que Dios le regaló, se ponga en la presencia de Jesús, para dejarse abrazar por su amor misericordioso y se deje perdonar por Él. Así, todos reconciliados por él, podamos renovar el anuncio de su Reino”, porque “renovar el anuncio es no olvidar la enseñanza de otro gran obispo, Enrique Angelelli: “Con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio”, y lo rubricó con su sangre. Este año celebraremos los 40 años de su pascua”. 

Recurriendo nuevamente a la bula convocante, el obispo de Quilmes recuerda que Francisco nos invita a vivir intensamente el año de la misericordia, porque “¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo”. 

Tras recordar que seremos juzgados por “si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento, si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo, si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero, si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad, si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza, si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido, si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia, si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros”, el pastor quilmeño comparte algunas propuestas para vivir en esta Cuaresma: 

“Unirnos a las ‘24 horas para el Señor’, los días 4 y 5 de marzo. Un signo comunitario de la necesidad de la oración. Las parroquias y capillas, los movimientos, las comunidades religiosas, decidirán de qué modo llevarán a cabo esta iniciativa del papa Francisco. 

“Unirnos activamente a la ‘Campaña Diocesana de Fraternidad–Cuaresma 2016’ con el lema ‘Compartiendo, hacer visible la misericordia de Dios’. De esta manera seguimos adelante con el Proyecto Diocesano, continuando con la construcción del refugio para que nuestros hermanos en situación de calle tengan un lugar donde sentirse más dignos. Este año se dedicará un porcentaje para ayudar a seis emprendimientos del área ECOSOL (Economía social y solidaria de Cáritas) en los tres distritos. 

“Otro gesto comunitario, conmemorando al querido beato Cura Brochero, será la Peregrinación brocheriana a pie, el domingo 13 de marzo, desde la catedral a la casa de retiros Beato Cura Brochero. El lema es una frase suya: ‘Yo confío en la Misericordia de Dios’. Participemos e invitemos a muchos. 

“En este camino cuaresmal hacia la celebración gozosa de la Pascua -concluye su mensaje cuaresmal monseñor Tissera- los invito a participar de las celebraciones que se les propone desde las parroquias o demás organismos eclesiales, invitando también a otras personas, sean cercanas o alejadas de las prácticas religiosas. Es un modo de ser instrumentos de la acción misericordiosa de Dios en el pueblo. Así, seguramente, la Pascua tendrá mejor sabor a Evangelio vivo”.

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