Quedaron en las calles unas 3.000 toneladas de basura

Quedaron en las calles unas 3.000 toneladas de basura

Durante ocho turnos laborales, el Surrbac dejó cerca de la mitad de los residuos sin recoger. La conciliación se acató con demoras. Tardará toda la jornada de hoy normalizar la situación.Contra todas las evidencias, el gremio sostiene que no hizo medidas de fuerza.

Durante tres jornadas completas y pese a que en todo momento negó la existencia de un conflicto, el gremio de los recolectores de basura de Córdoba (Surrbac) dejó que se acumulen en las calles de la Capital más de tres mil toneladas de residuos.

Esa cantidad de basura casi equivale a lo que en condiciones normales ingresa al enterramiento sanitario durante un día y medio.

Esa fue la respuesta del Surrbac a la suspensión de un empleado jerárquico del Ente de Servicios y Obras Públicas (Esop) que se negó a entregar a las nuevas autoridades de ese ente las claves de acceso al liquidador de haberes, el sistema informático que determina cuánto cobra cada uno de los más de 1.100 recolectores que se desempeñan en el organismo municipal. Desde la creación del Esop y hasta ahora, esa operatoria propia del empleador está en manos del gremio.

 

Los contenedores del hospital Infantil, completos. (Facundo Luque)

El servicio comenzó a restituirse lentamente desde la madrugada de ayer –luego de que Trabajo dictara la conciliación obligatoria– y al cierre de esta edición se prestaba con normalidad en las zonas correspondientes a las empresas Urbacor y LAM, mientras que era algo más lenta la regularización de la prestación en la zona sur, a cargo de Lusa.

El municipio admite que es tal la cantidad de basura en las calles, que recién al final de la jornada de hoy la situación comenzará a estar controlada, siempre que las empresas cumplan con la prestación de servicios adicionales.

Jorge Folloni, secretario de Ambiente del municipio, indicó que en ningún momento del conflicto el gremio hizo un reconocimiento de las medidas de fuerza. El funcionario informó que desde la tarde de ayer el ingreso de basura al predio de Piedra Blanca corresponde al 100 por ciento de la cantidad de basura habitual.

En cambio, desde las 20 del viernes pasado –día en que Victoria Flores, titular del Esop, determinó la suspensión del empleado vinculado al Surrbac– y la madrugada de ayer, Piedra Blanca recibió apenas la mitad de la basura habitual (lo normal es que se recolecten cada día unas 2.500 toneladas). Todo el resto quedó en las calles de la ciudad.

Fueron ocho turnos completos de cumplimiento irregular del servicio. La atípica modalidad de protesta del Surrbac consistió en negar la existencia de medidas de fuerza y adjudicar a la falta de camiones o de insumos la presencia de basura en las calles. Al no decretar un paro, no se aplican descuentos salariales a los recolectores.

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Mientras tanto, durante tres jornadas completas, los vecinos observaron a los camiones pasar sin recoger los residuos, o detenerse durante horas en la vía pública. En muchas zonas, también se reportó que la recolección era aleatoria: en una casa sí y en las siguientes no.

 

El panorama en el Centro de la ciudad fue de desborde durante toda la jornada. Con bolsas que se acumularon por tres días y calores extremos, el olor era nauseabundo. (Pedro Castillo)

El municipio recurrió al Ministerio de Trabajo de la Provincia el lunes. Pese a que para entonces la ciudad estaba tapada de basura, el gremio negó ante la autoridad laboral que estuviera realizando una medida de fuerza. Finalmente, el lunes por la tarde la cartera a cargo de Omar Sereno dictó la conciliación obligatoria y el Surrbac acató esa medida: la constatación de su incumplimiento puede conllevar a que se declare ilegal la medida, condición que libera a las empresas a efectuar despidos.

Además, esa situación de ilegalidad podría haber incidido en el otro frente que preocupa al gremio que lideran los detenidos Mauricio Saillén y Pascual Catrambone: la posible intervención de la entidad sindical, que ya fue solicitada por la Justicia federal al Ministerio de Trabajo de la Nación, en el marco de la causa por asociación ilícita, usura, estafa y lavado de dinero que complica a toda la cúpula gremial.

El trasfondo de la medida del Surrbac es un intento por mantener en la gestión de Martín Llaryora las mismas potestades que el gremio ejerció durante la gestión de Ramón Mestre en el manejo del Esop. Todo indica que la reacción es fruto de la designación de un equipo directivo que supone gerencias para las principales áreas del ente. El Surrbac denunció que se trata de una veintena de funcionarios: todas esas funciones hasta el momento eran ejercidas por personal designado por la conducción del gremio.

El Ministerio de Trabajo mantiene el monitoreo de la situación –la conciliación obligatoria rige por 15 días y puede extenderse otros 10– y citó a todas las partes para el lunes próximo: el objetivo es encauzar a través de una mesa de diálogo la delicada situación del poderoso gremio que ahora quedó en manos de Franco y Juan Saillén, los hijos del secretario general detenido.

Un gremio al filo de la intervención

La Justicia federal solicitó esa medida a la Nación.

El Surrbac negó en todo momento medidas de fuerza. Pero levantó la protesta tras una conciliación obligatoria antes de que se dictara la ilegalidad de la medida.

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