“Quiero un lugar que sea hermoso, simbólico y atractivo para acoger a los turistas”, indicó el pasado día 18 de abril en CNews Mons. Chauvet, rector de la catedral de Notre Dame de París, con la mirada firmemente puesta en el futuro.

 

“Hay millones de turistas cada año, vendrá bien un lugar para recibirlos”, añadió al mencionar la construcción de un lugar efímero, una catedral de madera, abierta tanto a curiosos como a creyentes. “Podríamos hacer un lugar de bienvenida con sacerdotes para hablar, venta de postales… todo es posible, ¡hay que usar la imaginación!”.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha respaldado este proyecto y aceptado prestar “una parte del atrio” para la construcción de esta iglesia de madera. Un edificio que permanecerá en el lugar mientras duren las obras, es decir, cinco años, según anunció Emmanuel Macron. ¿De dónde sale la curiosa idea de esta catedral efímera? “¡La finalidad es que la catedral esté siempre viva!”, concluía el rector.

Víctima de un incendio del que se acaba de cumplir un año, la catedral de Notre Dame de París, el santuario más visitado de Europa, quedó parcialmente destruida, con la flecha que la coronaba y una gran parte de su techo desplomados por el efecto de las llamas.

La investigación que se abrió el mismo día por parte de la fiscalía de París sobre la “destrucción involuntaria por el incendio” sigue en curso.