Preocupa al NOA el proyecto de etiquetado de alimentos

Preocupa al NOA el proyecto de etiquetado de alimentos

 El sector azucarero cree que la norma podría perjudicarlo y no aportaría al objetivo de salud al que apunta.

Con el avance en comisiones de Diputados del proyecto sobre etiquetado de alimentos, que podría obligar a la industria alimenticia a incluirlo en la parte frontal de los productos con advertencia sobre azúcares, sodio, grasas saturadas, el sector sucroalcoholero y azucarero del NOA está preocupado. Considera demonizar al azúcar, no aportaría a bajar la obesidad a la que se asocia, ya que en 2019 el consumo bajó un 19% en el país.

Un etiquetado frontal con octógonos negros que se viene debatiendo en comisiones de la Cámara de Diputados por el proyecto de ley que propone obligar a la industria de la alimentación a incluirlo al frente de los envases de sus productos, lo que preocupa al sector productivo del NOA, incluido Jujuy que también produce azúcar.

"Desde el sector azucarero y desde Ledesma estamos totalmente de acuerdo en que al consumidor se le brinde toda la información necesaria para que tenga el mayor conocimiento cuando adquiere un producto. Estamos de acuerdo en que se vote una ley y que los productos sean etiquetados en cuanto a sodio, sales y azúcares. No creemos que haya que demonizar al azúcar como lo demonizan en este proyecto de un senador chileno", expresó el administrador de la empresa Ledesma, Federico Gatti, en conferencia.

Explicó que ese etiquetado frontal con rótulos negros que se propone, es "bastante agresivo".

"En los últimos seis años el consumo de azúcar en Argentina cayó un 19%, mientras que las estadísticas de salud año a año indican que la obesidad sigue aumentando, con lo cual no es una relación directa que por el consumo de azúcar crezca la obesidad, porque baja el consumo e igual sigue aumentando", planteó.

Explicó lo de Argentina sucede en todos los países, y que la obesidad no tiene una sola causa. Estimó que si bien es importante que la gente sepa qué está consumiendo, hace falta una dieta mucho más variada.

Detalló que Argentina es miembro del Mercosur y destacó que Brasil, principal socio comercial del país, sacó otro etiquetado más ágil que brinda toda la información necesaria pero que no demoniza el azúcar. Por ello consideró que se debería uniformar sus normas con el resto de los miembros del Mercosur.

Precisó que si Argentina hace un sistema distinto al que usa Brasil y que utilizará el Mercosur, incidirá en que "se van a encarecer los productos" porque tendrá doble etiquetado, doble auditoría y evaluación de los productos comestibles que después se exportan a Brasil.

Recordó que el sector azucarero no solo de Jujuy sino de otras provincias, está en conversación con los diputados del Norte porque apoyan la ley de etiquetado pero no como se la plantea, porque será perjudicial. Entiende que la norma "no va a resolver el problema de la obesidad como lo marcan los números y las estadísticas, y además eso va a dañar a todo el sector alimenticio de Argentina", afirmó Gatti.

A nivel regional la Declaración del III Encuentro del Año del Sector Sucroalcoholero Argentino, integrado por 20 ingenios y 8.100 productores cañeros independientes, advirtieron que el proyecto de ley de etiquetado de envases vaticina "graves consecuencias para el azúcar, porque busca demonizar al azúcar, un alimento natural que, como todos, debe consumirse adecuadamente".

Sostuvieron industrias y cañeros la necesidad y obligación de informar con veracidad al consumidor, pero advirtieron que no corresponde poner en riesgo la producción y el trabajo al adoptar modelos que, quizás inspirados en la protección de la salud, parten de prejuicios. La firmaron la Unión Cañeros Independientes de Tucumán, Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán, Cañeros Unidos del Este, Unión Cañeros Independientes de Jujuy y Salta y Centro Azucarero Argentino.

“La cuestión es la información”

Sobre el proyecto de ley de etiquetado se expresó la presidenta del Colegio de Graduados Nutricionistas de Jujuy, Karina Salinas. “Muchísimos países de Latinoamérica y otras regiones están utilizando este sistema de alerta de etiquetado, no persigue el fin que la gente deje de comprar, que intenta imponer la industria. Sabíamos que la industria iba a ser el principal opositor, sino que la idea es que el consumidor se informe de lo que va a comprar”, aseguró. Explicó que “la población no está acostumbrada a leer las etiquetas, la información nutricional de los rótulos de los alimentos, que esto sí está reglamentado en el Código Alimentario Argentino (CAA) y que el consumidor no hace”.

Por eso planteó que el proyecto apunta a advertir la composición de sodio, grasas saturadas, azúcares y calorías de algunos alimentos y que esté a simple vista. Reiteró que la gente no acostumbra leer etiquetas, valoración nutricional ni saber los ingredientes, pese a que están puestos por reglamentación (CAA), y por eso el proyecto es importante como medida de salud. Consultada sobre la tendencia previa vigente de la clasificación “light” que para muchos productos resulta engañoso, explicó: “Lo que tiene lo light o el producto dietético es la disminución de algunos de sus componentes.

En el caso de la sal puede ser una disminución de sodio que puede ser del 65%, pero no es que no tenga sodio”. Por ello planteó que como consumidores “no tenemos ojo crítico”. Sobre la tendencia de mayor consumo de productos “light” por el solo hecho de tener tal etiqueta, dijo: ”Tiene que ver con una falla del ente regulador, que lo que tiene que hacer si no le corresponde porque no cumple con las condiciones que fija el Código Alimentario Argentino, no debería llevar el rótulo light”. Expresó que si hubiera acceso a la información de otra manera y que el consumidor quisiera informarse, la realidad sería diferente y es a donde apunta la ley. De hecho, reconoció que hay conceptos erróneos. “Creen que las gaseosas sin gas, aguas saborizadas, no tienen azúcar, y tienen más azúcar que una gaseosa de primera marca. Esto deja ver la falta de información que tenemos, de concientización a la hora de ser consumidores”, dijo.

Agregó que hay otra moda de “libre de harinas” que la establecen influencers, que desconocen y publicitan, según aseguró, y advirtió que no la puede seguir cualquiera. “La cuestión es la información. Yo manejo la información como yo creo, pero dejenmé que la tenga disponible”, dijo al explicar la ley. Reconoció que se puso advertencia en atados de cigarrillos y no disminuyó el consumo. “Va a pasar los mismo, esto tiene que venir con un trabajo de muchos años”, dijo y estimó que la educación debe venir de la escuela y se debe promover.

Cómo leer etiquetas

Los ingredientes y la información nutricional son los dos principales datos a tener en cuenta a la hora de elegir un producto en el supermercado, aunque muchas veces entender la información de la parte de atrás del envase no es tarea fácil y en general las personas no las revisan. Hay algunos alimentos que incorporan reclamos, como “bajo en azúcar” o “light”, que hacen que algunos productos parezcan más sanos de lo que realmente son.

Hay que interpretar correctamente estas etiquetas y poder elegir los alimentos más sanos, y el truco es esquivar todos los reclamos de marketing que señalan que un producto es “artesano” o “natural” y distinguir cuáles son realmente saludables. Si tiene más de cinco ingredientes, lo más probable es que sea un ultraprocesado, que se debe evitar. No es raro que productos muy calóricos, como las papas fritas o las galletas, tengan versión “light “ y puede llevar a pensar que hay una versión más sana. Según la norma, para que un producto pueda ser etiquetado como “light” debe reducir un 30% uno o más nutrientes con respecto al original.

Es decir, puede llevar esta etiqueta si ha reducido un 30% la grasa o la energía, por ejemplo, pero seguir siendo poco saludable. Además, pensar que todo azúcar es malo es un error. Las frutas, verduras y leche tienen azúcares naturales, que no son considerados libres y por tanto, son recomendados. Por otro lado, están los azúcares añadidos o azúcares libres, y los presentes de forma natural en miel y zum.

Comentá la nota