Pizzaballa: el Sínodo, camino de escucha iluminado por la Palabra de Dios

Pizzaballa: el Sínodo, camino de escucha iluminado por la Palabra de Dios

"Sería un gran resultado que el Sínodo marcara el inicio de una nueva forma de encontrarnos como comunidad, donde todos nos sintamos parte de la vida de los demás, unidos en la persona de Jesús, corazón de nuestra fe": palabras del Patriarca latino de Jerusalén, el card. Pierbattista Pizzaballa, en vistas de la apertura diocesana del proceso sinodal, el próximo 30 de octubre.

 

Promover la participación de todos los organismos eclesiales para que cada uno pueda expresar libremente su propio pensamiento, como pide el Papa Francisco. Esta es la invitación dirigida a los sacerdotes por el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, en vista de la apertura de la fase diocesana del proceso sinodal que en Tierra Santa comenzará el 30 de octubre, en lugar del 17 de octubre.

En una carta dirigida a los sacerdotes, religiosos y fieles laicos del Patriarcado, el cardenal ilustra el desarrollo, pero sobre todo el sentido de este proceso que conducirá al Sínodo de los Obispos de 2023 en Roma. "El tema propuesto para nuestra reflexión, "Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión", expresa claramente la intención del Santo Padre de que la vida de la Iglesia sea cada vez menos centrada exclusivamente en el clero y cada vez más fruto de una implicación general de todos sus miembros. En definitiva, su deseo es que haya una plena participación en la vida de la Iglesia", explica el cardenal Pizzaballa.  "No se nos pide que preparemos documentos largos y articulados, sino una síntesis de este camino" juntos, especifica además la carta, recordando las palabras del Papa Francisco en el documento preparatorio.

En este camino, subraya el patriarca, los sacerdotes tendrán "un papel crucial", como "mediadores" entre los obispos y las peticiones de los fieles. De ahí la invitación a los párrocos "a ser protagonistas y a promover lo que el Santo Padre nos ha pedido haciendo que nuestras comunidades se involucren de verdad", junto con el deseo de que "las demás realidades diocesanas se dejen involucrar a su vez: parroquias, religiosos y religiosas, monasterios contemplativos, seminarios, jóvenes, grupos, movimientos, asociaciones, migrantes, trabajadores extranjeros".

"Todos los que sientan que tienen una palabra que decir deben poder hacerlo", ya sea para expresar su gratitud, sus incomprensiones o sus decepciones.  Pero, advierte el Patriarca Pizzaballa, es importante que esta fase del camino sinodal no se limite a hablar sólo de los problemas, porque esto "haría todo estéril y sin perspectiva". En cambio, debe ser un camino de escucha "iluminado por la Palabra de Dios". 

De ahí la decisión de adoptar el método del "Evangelio de Emaús". En concreto, explica la carta, se trata de ir "incluso físicamente" a los lugares donde apareció Cristo y "hablar de lo que va mal". En efecto, es importante "conectar nuestra experiencia vital con las Escrituras y ver cómo éstas pueden iluminar los hechos más destacados de la vida y darles una perspectiva diferente".

Para ayudar a la reflexión, el Patriarcado de Jerusalén enviará próximamente un texto de referencia con ayudas y cuestionarios. El método ilustrado por el Patriarca Pizzaballa prevé, por tanto, encuentros "a todos los niveles": jóvenes con sus familias, visitas a los ancianos en los hospicios, en las casas, fieles locales con trabajadores extranjeros, en definitiva, encuentro con realidades no conocidas hasta ahora. "Más que hacer discursos teóricos, de hecho, es útil escuchar y conocer experiencias, de las que aprender".

En conclusión, el cardenal advierte que no hay que esperar "cambios dramáticos" ni "frutos extraordinarios" de este camino. Estos llegan después de mucho tiempo y "si se ha trabajado en el campo". "Ya sería un gran resultado que el Sínodo marcara el inicio de una nueva forma de encontrarnos como comunidad, donde todos nos sintamos parte de la vida de los demás, unidos en la persona de Jesús, el corazón de nuestra fe, que da sentido a nuestro estar aquí en Tierra Santa y que alimenta e ilumina el amor que sostiene nuestras vidas", concluye la carta.

La fase diocesana del Sínodo en Tierra Santa se abrirá simultáneamente el 30 de octubre en todos los territorios bajo la jurisdicción del Patriarcado: Galilea y Palestina, Jordania y Chipre. Los coordinadores locales son: el padre jesuita David Neuhaus para Palestina y Galilea, el sacerdote melquita Mody Al-Hindalya para Jordania y el sacerdote maronita Ibrahim Khita para Chipre.  

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