Eva Perón, la dirigente política, ¿que podría ser santa?

Eva Perón, la dirigente política, ¿que podría ser santa?

En 2019, al cumplirse el 100º aniversario de su nacimiento, la CGT pidió al Vaticano que sea beatificada por su labor social. (Por Cintia Suárez, escritora santiagueña)

 

 

Eva Perón marcó un antes y un después en cuanto al rol público de la mujer en la Argentina a mediados del siglo XIX. Supo crearse su propio espacio al lado del presidente Perón y desde ese lugar conquistó derechos para las mujeres, además de dedicarse intensamente a los más necesitados. En 2019, al cumplirse el 100º aniversario de su nacimiento, la CGT pidió al Vaticano que sea beatificada.

Es sabido el fervor y la “devoción” que Eva Perón despertaba en los sectores más populares. El 27 de febrero de 1946, apenas transcurridos tres días de que Juan Domingo Perón fuera electo residente, “Evita” decidiría empezar la conquista de derechos para los sectores sociales ignorados y ya como primera dama pronunció un discurso exigiendo la igualdad de derechos para hombres y mujeres, y pidió que las mujeres tuvieran el derecho de votar. Un año después, el 9 de septiembre de 1947 se aprobó la ley del sufragio femenino. Eva lograba aquel sueño por el que lucharon a principios del siglo XIX mujeres como Elvira Dellepiane de Rawson, Cecilia Grierson y Alicia Moreau que iniciaron en el país la defensa de los derechos cívicos de la mujer.

La lucha de Eva Duarte por las mujeres no se detuvo y años más tarde logró la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida, la que fue sancionada en la Constitución de 1949.

En el sector donde Eva despertaría verdaderas pasiones sería entre los pobres y trabajadores, ella manifestó en su libro “La razón de mi vida” estar en contra de la limosna y la beneficencia para los más necesitados, y decidió trabajar por la dignidad de los más pobres. A través de la Fundación Eva Perón, “Evita” se ocupaba personalmente de atender las necesidades de personas de todo el país, creó escuelas, hospitales. También distribuía desde alimentos hasta máquinas de coser. La asistencia no se limitó a todo el país, sino que se extendió hasta Bolivia, Paraguay, Chile y llegó a Croacia e Isarel. Toda esta actividad despertó también el rechazo de los sectores más acomodados y de mejor condición social, que les molestaba el trabajo y el rol social de “Evita”. A Eva se le negó ser la presidenta honoraria de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, una tradición que había instaurado el presidente Rivadavia para todas las primeras damas, el argumento habría sido por su corta edad y falta de experiencia.

La tarea solidaria y la dedicación que tuvo Eva Perón para los sectores postergados fue uno de los argumentos sobre el que se basó la CGT para pedir la beatificación de Eva Perón. En noviembre de 2019, al cumplirse un centenario del nacimiento de Eva, la Confederación General del Trabajo le pidió al cardenal Poli que se iniciara el proceso en el Vaticano. Según públicas declaraciones en la carta enviada, se solicitaba al cardenal Poli que “la Iglesia acompañe el sentir popular y la coloque en los altares oficiales para felicidad de nuestros fieles y santos”. También los gremialistas aseguraron tener cientos de testimonios de personas que rezaron a Eva y decían haber recibido “gracias”.

El proceso de apertura de una causa de beatificación y canonización de un candidato a santo se inicia en la Diócesis donde murió. El proceso es largo y muy estricto, principalmente, comienza con una investigación minuciosa de la persona que en vida debe demostrar rasgos de santidad. Es fundamental que el candidato tenga una práctica religiosa.

El camino hacia los altares es verdaderamente largo, primero se tiene que declarar siervo de Dios, luego venerable al comprobarse sus virtudes heroicas. El candidato es beato una vez que se comprueba un milagro y finalmente santo cuando realiza otro milagro tras ser beatificado. En el caso de que la persona haya sufrido martirio, no es necesario el milagro.

Si bien Eva Duarte fue declarada por el Congreso como “jefa espiritual de la Nación”, y días después de su muerte, aquel 26 de julio de 1952, el Sindicato de los Canillitas solicitó al Vaticano que Eva sea considerada santa, cabe señalar que la Santa Sede no dio lugar al pedido en aquel entonces.

Tal vez Eva Perón, solamente, quedará consagrada popularmente como “santa Evita”, ya que no cumpliría con los requisitos exigidos por la Iglesia Católica para iniciar el proceso de beatificación y canonización. Mientras que en la literatura, el famoso escritor Tomás Eloy Martínez tituló una de sus novelas “Santa Evita”, con escenas reales y ficticias de esta mujer, política argentina.

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