XIX PEREGRINACIÓN NACIONAL DE JÓVENES A CAACUPÉ

XIX PEREGRINACIÓN NACIONAL DE JÓVENES A CAACUPÉ

Cerca de 15.000 jóvenes de todo el país peregrinaron el sábado 3 de diciembre desde el Seminario Mayor de Caacupé hasta la Basílica Menor de Caacupé, para participar de la apertura oficial del Trienio de la Juventud con la Santa Misa a cargo de Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo responsable de Pastoral de Juventud, y Monseñor Pierre Jubinville, obispo responsable de la comisión del Trienio.


 

“Abrazarse a Cristo Jesús (Juan 15, 1-17)”

Amigos, jóvenes de cada rincón del Paraguay, jóvenes que han surcados los caminos de esta bendita tierra para estar aqui, jóvenes de está iglesia joven, muy buenas noches. Hoy ante la atenta mirada de nuestra Madre, la Inmaculada Virgen María, ante nuestros pastores, ante nuestros padres, familiares y amigos que nos acompañan, ante el pueblo fiel presente aquí y quienes nos ven y escuchan a través de los medios de comunicación, venimos a manifestar nuestras inquietudes, dudas y esperanzas, así como también a reafirmar nuestro compromiso cómo jóvenes cristianos y paraguayos, cómo jóvenes de fe.

Las palabras del Papa Francisco en la Costanera de Asunción la recordamos una vez más como fuente inspiradora del camino a seguir. Él nos decía en aquel memorable domingo 12 de julio del 2015: “Y eso es lo que necesitamos de los jóvenes hoy: jóvenes con esperanza y jóvenes con fortaleza. No queremos jóvenes “debiluchos”, jóvenes que están ahí no más, ni sí ni no. No queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes. Queremos jóvenes con esperanza y con fortaleza. ¿Por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios. Porque tienen un corazón libre”.

Como jóvenes protagonistas, fortalecidos en la fe, y fieles a una larga tradición de cristianos que en diversas etapas de la vida de esta nación y de otras latitudes, lucharon por la dignificación de la persona humana y de las comunidades, como San Roque González, el Padre Ortellado, la venerada Chiquitunga, aquellos catequistas y líderes de las ligas agrarias que fueron perseguidos por la dictadura a causa de su fe y su compromiso con la comunidad y tantos otros, anónimos jóvenes, venimos a manifestarnos y proclamar nuestra voz de esperanza y de coraje, para decir que no tenemos miedo y ya no callaremos lo que creemos que debe cambiar y sabemos que está en contra de la Civilización del Amor, que tantas generaciones de jóvenes han abrazado como ideal de proyecto personal, comunitario y nacional.

Proclamamos nuestra esperanza en la Civilización del Amor, que no es un proyecto político, pero implica un cambio en el modo de hacer la política y de enfocarla en el bien común; que no es un proyecto social, pero que implica la concreción de la justicia social ante las necesidades sociales; que no es un proyecto económico, pero que implica la búsqueda de un nuevo orden económico que respete a las personas, a las familias y a nuestro hábitat vital.

En este Trienio de la Juventud, que hoy la Iglesia inicia en el Paraguay, queremos anunciar con más fuerza que nunca la Civilización del Amor, que como su nombre lo indica, se basa en el mandato del amor que nos dejó Jesucristo, quien nos amó primero: amar a Dios sobre todas las cosas, amar al prójimo y amarse a sí mismo.

Por eso no podemos callar lo que nos duele:

1. Nos duele ver una educación secuestrada por la política sectaria y por tan largo tiempo postergada a causa de una inversión insuficiente a todas luces, porque se tuvo que distraer recursos para privilegiados de clase política y a sus socios empresarios en la corrupción. A causa de esto, y a pesar de los esfuerzos de muchos buenos docentes y administradores, se hace muy poco para aplicar las medidas oportunas que las evidencias han recogido para mejorar la calidad en la educación. Por eso tenemos a apenas un 37 % de jóvenes terminando la secundaria, dejando al resto en la búsqueda desesperadas de opciones para sobrevivir apenas, víctimas muchas veces de las organizaciones criminales, de empresarios inescrupulosos y de sus propias necesidades. Jóvenes sin futuro y en soledad casi sin herramientas básicas afrontando la vida.

2. Nos duele la inseguridad en las calles y a toda hora, donde jóvenes son victimas y victimarios, pero que al final todos los víctimas de un sistema que los expulsa y no los quiere, y que los mira con desconfianza. Nos duele constatar que desconfiamos hasta de quienes deben velar por nuestra seguridad. Muchos les tenemos más a un policía que a un ladrón, a causa de policias corruptos que apañan y hasta son cómplices de hechos punibles, como lastimosamente hemos aprendido a ver. A veces, policías que nos deberían proteger , nos piden dinero en las calles para no involucrarnos en delitos inexistentes. Otros son protectores de narcotraficantes que delinquen en las esquinas de nuestras escuelas y colegios, extorsionan y hacen abuso de poder. Nuestra esperanza es ese gran sector de policías que cumplen su servicio honestamente y arriesgan sus vidas por nuestra seguridad.

3. Nos duele la injusta privación de libertad de Edelio Morínigo, de Abrahám Ferh, de Franz Wiebe y Félix Urbieta. Rechazamos enérgicamente la ideología que dice luchar por la justicia mientras pisotea la dignidad de personas, convirtiéndolos en instrumentos políticos. Reclamamos con la misma energía la protección que el Estado le debe a sus ciudadanos para rescatarlos sanos y salvos. Nos solidarizamos con ellos y sus familias. Aquí no es sólo cuestión de recursos, sino también de dejar la indiferencia, de tener voluntad política y aplicar la inteligencia para dar con el paradero de todos ellos.

4. Nos duele ver que salimos a manifestarnos para que cambien a ministros y rectores, sin que haya cambiado nada. La mentalidad sigue y opera por lo bajo en cada funcionario corrupto o cómplice, con su silencio y su cobardía para denunciar. Son responsables del uso indebido de fondos públicos, justo aquellos fondos que tanta falta hacen en la educación y en la salud pública. Nuestra esperanza es que existen honestos y sacrificados funcionarios que dan todo de sí para servir al público.

5. Nos duele la incoherencia de vida de algunos sacerdotes, religiosos, formadores y agentes pastorales; nos afectan profundamente como jóvenes, porque nos confunden quienes justamente deben guiarnos hacia esa Civilización del Amor que tanto ansiamos. Somos testigos de algunos pastores que cada día más pierden el sentido y la gracia que han recibido con su vocación, ocupándose más de sus intereses personales que de la comunidad de los fieles. Nos duele porque solo basta un testimonio malo, para destruir el sacrificio y entrega de muchos sacerdotes, religiosos y laicos que día a día dan lo mejor de sus vidas por la vida de los demás y especialmente por los niños, jóvenes y quienes más necesitan.

Alzamos nuestra voz para seguir luchando, y

1. Nos comprometemos, por una educación que llegue a todos los paraguayos, en especial a aquellos más alejados para que no tengan la necesidad de abandonar sus familias en búsqueda de un futuro mejor. De vigilar en nuestras comunidades en qué se invierte y como se gastan los recursos para la educación. Y denunciar decididamente los hechos de corrupción que nos afectan directamente. Y exigimos una educación de calidad.

2. Nos comprometemos por conocer cuanto y en qué se invierte en salud, y si ese derecho lo pueden disfrutarlo todos, no importa donde viva un paraguayo o una paraguaya. Para evitar que los que viven en la frontera tengan que cruzar el río en busca de una atención médica de calidad.

3. Nos comprometemos a vigilar a los vigilantes, para que la seguridad no sea sólo un mero enunciado, empezando por los fuerzas del orden, su sistema de formación. Especialmente reclamamos la reforma del sistema judicial, no sólo de personas comprometidas con la corrupción y la indecencia, sino del sistema que los mantiene esclavos del poder político y económico oportunista, cínico e inmoral.

4. Nos comprometemos a luchar por la libertad de quienes están atrapados por las drogas y el alcohol, por la trata de blancas, por los cárteles de la delincuencia, por la violencia sin sentido, anunciando el Evangelio de amor de Jesucristo, que creemos es un camino válido para la salvación. Exigimos al mismo tiempo más inteligencia, abnegación y valor para luchar por la libertad de todos los ciudadanos de la República, y especialmente la de Edelio, Abraham y Franz y Félix. Mientras ellos estén privados de su libertad, también nosotros estamos privados nuestra libertad.

5. Nos comprometemos a trabajar más por el cambio de mentalidad, tanto en el sector público como privado. A nuestros funcionarios públicos que quieren decir basta de prebendarismo, clientelismo y corrupción, les damos nuestro apoyo. Que se animen a denunciar a los corruptos, por amor a la patria y a sus familias. Les invitamos a ser parte de la transformación que tanto necesitamos.

6. A las autoridades que respetan y hacen respetar las leyes, nos comprometemos acompañarles, pero así también vigilarles para que su servicio realmente sean para el bien común. Al más mínimo desvío de su deber de servicio y de integridad, nos tendrá a los jóvenes en las calles y plazas reclamando lo que es justo, lo que es bueno para todos y, si corresponde, su salida por la puerta trasera.

7. Nos comprometemos acompañar a todos nuestros agentes pastorales, sacerdotes, formadores y religiosos que quieren seguir el camino del testimonio vivo de Jesús en sus vidas. Los escucharemos y los seguiremos siempre que vivan lo que predican y se ocupen -con nosotros- de aquellos que más necesitan. Iremos juntos en pos de la santidad, porque nosotros los jóvenes no le tememos a una vida de santidad.

En éste trienio de la juventud esperamos una Iglesia renovada, con frutos que replanteen el acompañamiento hacia los jóvenes, una Iglesia con puertas abiertas hacia los jóvenes.

Reafirmamos nuestro compromiso como jóvenes de iglesia, creemos que merecemos una patria nueva y una sociedad más justa. Nuestro horizonte es la Civilización del amor, seguir el camino que nos lleva a nuestro Señor Jesucristo, con la intercesión de nuestra madre María que nos guía en éste Trienio para que sea tiempo de gracia para todos los jóvenes del Paraguay.

Viva Jesucristo, Viva la Virgen de Caacupé, Viva la Iglesia Joven, Viva el Paraguay, Viva la Juventud Paraguaya.

Pastoral de Juventud del Paraguay

Sábado 03 de diciembre del 2016

XIX Peregrinación Nacional de Jóvenes

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