Francisco indultó a la ultraconservadora congregación, manchada por los abusos de su fundador
CIUDAD DEL VATICANO. La decisión del papa Francisco de perdonar a los Legionarios de Cristo por los abusos sexuales de su fundador, Marcial Maciel, generó fuertes interrogantes ayer en el Vaticano, ya aquejado por luchas internas entre conservadores y reformistas.
"Forma parte de las actividades del Jubileo", dijo el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, en referencia al Año Santo de la Misericordia que comenzará el 8 de diciembre próximo y que está marcado por el perdón.
La indulgencia a la congregación mexicana y su movimiento, el Regnum Christi, se comunicó en un decreto de la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede. Para alcanzarla, el texto pide renovar "por devoción sus compromisos al Movimiento o la Legión" y rezar por la "fidelidad de su patria a la vocación cristiana, por las vocaciones al sacerdocio y la defensa de la familia".
El perdón otorgado por Francisco fue pedido por el mexicano Eduardo Robles Gil, director general de la congregación, para celebrar "dignamente" los 75 años de la fundación de la Legión el año próximo.
Busca, de esta manera, limpiar la imagen de los legionarios que dejó Maciel, condenado en una investigación interna del Vaticano por abuso sexual y pedofilia, y que pasó sus últimas días con problemas de adicción a los tranquilizantes.
Para el antropólogo mexicano Elio Masferrer, especialista en religión, Francisco "tomó medidas contundentes en lugares donde la correlación de fuerzas entre Iglesia y autoridad es favorable a la sanción, y en el caso de México, donde el clero controla todos los mecanismos, no hace nada".
Por su parte, José Barba, una de las víctimas de abuso sexual, remarcó: "No parece que sea el ejercicio de un perdón, sino más bien una oportunidad para poner otra vez en el candelero a la Legión de Cristo".
En las redes sociales también afloraron las críticas, especialmente dirigidas al poder económico que poseen los legionarios, conocidos como los "millonarios de Cristo".
Expansión
La Legión de Cristo fue fundada por el sacerdote mexicano Marcial Maciel en 1941 en la Ciudad de México. Desde entonces se expandió por cuatro continentes: tiene casas en 24 países, controla universidades, institutos de estudios superiores y colegios.
Pero mientras crecía y ampliaba su base de apoyo, aumentaban también las denuncias contra Maciel por abusos sexuales contra jóvenes seminaristas y también por tener numerosos hijos secretos.
En 1997, el escándalo estalló cuando ocho ex legionarios enviaron una carta al entonces papa Juan Pablo II en la que acusaron al sacerdote de abuso y a la congregación de silencio. Pero los legionarios tuvieron protección durante todo el papado de Karol Wojtyla, que los consideraba un ejemplo de virtud católica. Con la llegada de Benedicto XVI se inició una investigación interna que condenó a Maciel por "gravísimos e inmorales" comportamientos, en 2006. El sacerdote tenía entonces 86 años y ya había dejado la dirección de la congregación. Dos años después murió en Estados Unidos.
Luego de su muerte, la Legión de Cristo reconoció públicamente la conducta indecente de Maciel, pero el Vaticano de todas formas lanzó en 2010 una inspección general en la que se sugirió una profunda revisión de la congregación.
El proceso llevó a la congregación al borde de la disolución. Pero el movimiento prometió "iniciar una nueva etapa" y nombró en 2014 a Eduardo Robles Gil como su nuevo director general.
El vaticanista Ignazio Ingrao consideró que el decreto "respeta el estilo de Francisco de conceder el perdón". El experto también comentó que de esta forma el Papa intentaba reconocer "aspectos positivos" de la congregación.
Pero otros observadores consideraron al perdón como una propuesta de tregua contra los sectores más conservadores de la Iglesia, que protagonizaron luchas internas en la curia y sabotajes de las reformas que promueve el Papa, tal y como sucedió en el reciente sínodo. Esta tregua también podría allanar el camino a la visita papal a México, en 2016.
Agencias AFP, EFE y ANSA
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