Para el presidente de la AMIA, el kirchnerismo "claramente" intentó encubrir el rol de Irán en el atentado

Para el presidente de la AMIA, el kirchnerismo

Agustín Zbar analizó en Infobae el juicio por la trágica voladura de la mutual judía y los esfuerzos del anterior gobierno para exculpar a la conexión local y a la república islámica

El presidente de AMIA habla pausado. Sin embargo, le imprime una contundencia a cada afirmación  que impacta. "Hay dos cosas que están absolutamente claras en el expediente: que Telleldín fue el que preparó la camioneta Traffic, el que la tuvo en primer lugar y que la entregó, y que Irán y Hezbollá son responsables del atentado".

Agustín Zbar avanza con la misma parsimonia y dureza: "Lo que ocurrió es que desde el 2003 hasta el 2015 hubo en Argentina un proyecto político, hubo tres mandatos presidenciales de un mismo signo político, que tuvieron un designio, tuvieron una idea clara de lo que querían hacer con la causa AMIA. Y eso tenía que ver con exculpar a la conexión local, decir que esa conexión local no tenía nada que ver con el atentado, y culminar firmando un memorándum con la República Islámica de Irán para desvincular a la conexión internacional".

Esta semana, comenzó la fase de alegatos de la querella AMIA-DAIA en el llamado juicio "AMIA II". En el mismo, se quiso probar que Irán no era la autora de la voladura de la mutual y que se había evitado investigar una supuesta pista siria. Nada de eso se demostró. Ninguna prueba condujo a otro lugar que no fuera a Hezbolá y su conexión local. Sí se consiguió algo letal: pasaron casi 25 años desde el peor atentado terrorista de toda la historia argentina sin sentencia condenatoria.

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El presidente de AMIA dialogó con Infobae y sentó, otra vez, su mirada: "La AMIA durante 24 años sostuvo siempre la misma posición. Y eso se fue corroborando a lo largo de los lustros una y otra vez en distintas instancias, en distintas apelaciones siempre se volvió a demostrar lo que acabamos de decir, que hubo una camioneta Traffic, que hubo una conexión local que entregó esa Traffic a Hezbolá y que con la colaboración de la República de Irán en la Embajada de Irán en Buenos Aires cometieron el atentado. Que fue decidido en una reunión de Estado en Teherán".

Zbar repasó la actuación judicial, la firma del Memorándum y la muerte del fiscal Alberto Nisman: "La muerte de Nisman está relacionada con la causa AMIA sin ninguna duda. Ya lo dijo la Corte Suprema, no hay ninguna duda de que él fue asesinado por su tarea como investigador de la causa AMIA. No sabemos quién fue el autor del crimen, esperemos saberlo pronto, que algún día pronto lo sepamos porque eso a lo mejor arroja un poco más de luz sobre esta causa a la que él entregó su vida. Nisman sabía que estaba amenazado, sabía que su vida corría peligro y finalmente la perdió en la investigación".

Aquí, la entrevista completa.

—¿En qué fase estamos en el juicio AMIA?

—Estamos en este momento culminando la etapa de los alegatos en el llamado Juicio por Encubrimiento, que fue originado en la sentencia del año 2004 donde un Tribunal Oral Federal anuló todo lo que se había investigado desde el año 1994. Vamos de vuelta, en el año 94 explotó la bomba en la AMIA. Ahí hubo una investigación que condujeron el juez Galeano y los fiscales Mullen y Barbacchia en la primera etapa. En los primeros dos años planteó toda la hipótesis completa de lo que había ocurrido: un señor llamado Carlos Alberto Telleldín, con complicidad de una banda llamada la conexión local, prepararon una camioneta Traffic que fue entregada a Hezbolá que con ayuda de la República Islámica de Irán produjeron el atentado con un conductor suicida. Eso está probado en el expediente. Reiteradas veces se intentó desacreditar esa hipótesis, se revisó en diversas instancias y quedó absolutamente acreditado, hasta la Corte Suprema, que eso es lo que ocurrió en julio del 94 en la AMIA.

En el año 2004 un Tribunal Oral Federal anuló toda la investigación después de diez años y dijo que había habido un armado arquitectónico, una conspiración, orquestada por el juez, los fiscales, miembros del poder político, del Poder Ejecutivo, de la Secretaría de Inteligencia e incluso legisladores del Congreso nacional y la dirigencia comunitaria judía para, en una conspiración gigantesca, desviar la atención de la causa hacia personas que no tenían nada que ver con ella e imputarles el atentado para ocultar a los verdaderos responsables.

—La famosa historia de la declaración presuntamente fraudulenta de Telleldín con un dinero.

—El pago. Ese pago es por lo que, según lo que dije, el Tribunal Oral Federal 3 en el año 2004 generó la nulidad de toda la causa. Hay que decir entre paréntesis que esa sentencia fue anulada finalmente por la Corte Suprema en el año 2009, que dijo que es erróneo anular todo, hay que juzgar nuevamente a Telleldín y a la conexión local.

Esa sentencia del 2004 que dijo todo es nulo, hay que investigar el encubrimiento, hay que investigar esa conspiración. Este juicio que estamos terminando ahora en el 2018, 14 años después, es ese juicio que mandó a hacer el Tribunal Oral Federal del 2004. ¿Y qué es lo que se probó aquí? Nada. ¿Se ha probado que hubo una conspiración para endilgarle el atentado a gente que no tenía nada que ver? No. ¿Se ha demostrado que había personas que tuvieron que ver con el atentado y fueron protegidas por el poder político de turno y que fueron amparadas por el juez y los fiscales y la comunidad judía? De ninguna manera. Nada de eso fue acreditado. Sí se volvieron a ventilar una enorme cantidad de irregularidades, de todo tipo, que se cometieron durante la investigación producto de diversas causas. Por distintos motivos se produjeron claramente distintas irregularidades y la AMIA forma parte de quienes querellan por esas irregularidades mas no por el pago a Telleldín. Porque nosotros no consideramos que ese pago sea una irregularidad que amerite haber anulado todo y mucho menos pena de prisión para quienes lo orquestaron.

—Lo que es muy impactante es que en todos los procesos, en los iniciales, en la revisión y demás, queda claro que Irán y Hezbolá son los autores de este hecho. Y sin embargo se siguió diciendo que se había ocultado la otra pista, la pista siria, la pista no sé cuántas cosas más, pero esto no aparece palmariamente ni siquiera como indicio en el expediente.

—En lo absoluto. Hay dos cosas que están absolutamente claras en el expediente: que Telleldín fue el que preparó la camioneta Traffic, el que la tuvo en primer lugar y que la entregó, y que Irán y Hezbolá son responsables del atentado. Telleldín es la cabeza de la conexión local, la figura visible y conocida y probada de la conexión local e Irán y Hezbolá son la cabeza clara de la conexión internacional.

Lo que ocurrió es que desde el 2003 hasta el 2013 hubo en Argentina un proyecto político, hubo tres mandatos presidenciales de un mismo signo político, que tuvieron un designio, tuvieron una idea clara de lo que querían hacer con la causa AMIA. Y eso tenía que ver con exculpar a la conexión local, decir que esa conexión local no tenía nada que ver con el atentado, y culminar firmando un memorándum con la República Islámica de Irán para desvincular a la conexión internacional y entonces decir como se dijo en los últimos años del gobierno anterior que en la causa AMIA no había nada, que la causa AMIA estaba a foja cero, que había que investigar todo desde el principio. Claro, nosotros discrepamos absolutamente con esto, la AMIA durante 24 años sostuvo siempre la misma posición. Y eso se fue corroborando a lo largo de los lustros una y otra vez en distintas instancias, en distintas apelaciones siempre se volvió a demostrar lo que acabamos de decir, que hubo una camioneta Traffic, que hubo una conexión local que entregó esa Traffic a Hezbolá y que con la colaboración de la República de Irán en la Embajada de Irán en Buenos Aires cometieron el atentado. Que fue decidido en una reunión de Estado en Teherán.

El atentado a la AMIA dejó 85 personas muertas y 300 heridos (AFP)

—Claro. Ahora, lo que es impactante es que a 25 años se hayan, incluso mediáticamente, puesto en juego una serie de versiones. Hasta la negación de la Traffic.

—Bueno, sigue habiendo gente, colegas suyos, que niegan la existencia de la Traffic, lo cual es absolutamente imposible de sostener.

—Está probado en el juicio.

—Está absolutamente probado.

—Parece obvio, parece de perogrullo, pero es bueno reiterarlo.

—Absolutamente probado. De hecho en los últimos años hubo intentos de parte de la fiscalía, la Unidad Fiscal Especial AMIA, un trío de fiscales que reemplazaron al fiscal Nisman y que intentaron ver si la investigación de Nisman tenía sustento, si lo que Nisman había sostenido se arraigaba en pruebas concretas. Y la verdad que una y otra vez volvieron a demostrar las hipótesis, que no Nisman, en el comienzo del juicio Mullen y Barbaccia ya habían acercado y habían demostrado ante el juez Galeano. Esa prueba está inconmovible.

—Llegado a esta etapa, que estamos en la etapa de alegatos, ¿se puede decir explícitamente –usted lo decía implícitamente- que el kirchnerismo intentó encubrir a Irán?

—Claramente. Sí, claramente. Desviar la conexión local y colocar la atención en el supuesto encubrimiento, en el complot político para encubrir el atentado. Lo único que queda demostrado hoy en este juicio que se está terminando, que fue llamado el Juicio de Encubrimiento, es que todo este procedimiento judicial que está culminando, todo este debate judicial demuestra que este juicio es un verdadero encubrimiento. Estos 14 años, desde el 2004 hasta el 2018, han sido 14 años de encubrimiento, de desviar completamente la hipótesis del atentado hacia ningún lugar para exculpar a la conexión local y a la República de Irán cuyo intento formal fue la firma del memorándum. Pero forma parte de un proyecto, de un relato, completamente diferente de lo que ocurrió en la AMIA.

Lamentablemente en el 2018 estamos con este subproducto tardío de aquel relato que culminó en el 2015. Estamos todavía llevando a cabo este procedimiento judicial mediante los debates orales en donde, de vuelta, de ninguna manera se ha probado que hubo un encubrimiento. El centro de este juicio fue la figura de un personaje llamado Kanoore Edul, de origen sirio, que tenía relación con la familia Menem. A Kanoore Edul se lo investigó muchísimo. Y es cierto que hubo muchas irregularidades en el juicio que demuestran algún grado de protección o de intento de no avanzar demasiado fuerte en la investigación a Kanoore Edul y la AMIA es querellante por esos delitos. Nosotros consideramos que se investigó mal en la primera etapa a Kanoore Edul. Que hubo evidentemente irregularidades para protegerlo. Pero a continuación, luego de esos momentos, se lo siguió investigando y nosotros, nuestras instituciones, investigaron fuerte la figura de Kanoore Edul. Nunca se demostró que fuera una persona relevante que tuviera que ver con el atentado.

—Esa es la pista siria. 

—Y eso se llamaría la pista siria. Pero ahí eso no lleva a ningún lado. Y la evidencia sobre Irán y sobre Telleldín es incontrastable.

La tumba de Alberto Nisman en el cementerio de La Tablada (Adrián Escandar)

—Doctor, cuando uno habla de esta causa, AMIA 2, es inevitable vincularla con la muerte de Nisman. ¿Usted cree que es como el fin del mismo procedimiento de exculpación?

—Qué, ¿la muerte de Nisman?

—La muerte de Nisman.

—No, creo que la muerte de Nisman se inscribe claramente. La muerte de Nisman está relacionada con la causa AMIA sin ninguna duda. Ya lo dijo la Corte Suprema, no hay ninguna duda de que él fue asesinado por su tarea como investigador de la causa AMIA. No sabemos quién fue el autor del crimen, esperemos saberlo pronto, que algún día pronto lo sepamos porque eso a lo mejor arroja un poco más de luz sobre esta causa a la que él entregó su vida. Nisman sabía que estaba amenazado, sabía que su vida corría peligro y finalmente la perdió en la investigación.

Pero no es la etapa final, la etapa final es el juicio a Telleldín, a la conexión local. Es la captura de los iraníes autores del atentado. El juicio a Telleldín está pendiente desde aquella sentencia de la Corte Suprema del año 2009. En ese año la Corte dijo: hay que juzgar nuevamente a Telleldín y a los policías que estaban en su entorno, y se ignoró completamente esa sentencia. Nosotros reclamamos reiteradamente al Tribunal Oral Federal 3 en su nueva integración el juicio a Telleldín y lamentablemente no tenemos ni siquiera…

—¿Nunca avanzó?

—Nunca se puso fecha. Hace pocos meses se pidió que las partes acompañaran la prueba para el debate oral pero no tenemos fecha de juicio. Y pasaron ya nueve años. Y esa es la causa AMIA 1.

—Claro, esa es la causa AMIA 1.

—Esa es la causa principal. Ese es el atentado a la AMIA.

—En la que ustedes ya son querella también.

—Claro. Esa es la causa que a nosotros nos interesa, quién cometió el atentado, que sean juzgados y condenados quienes cometieron el atentado. No el supuesto encubrimiento, que en realidad como dije termina siendo un juicio que encubre una hipótesis política que tuvo un propósito.

—Que es este AMIA 2.

—Claro.

—Ahora, para usted puede ser como un sabido pero me parece que es bueno resaltarlo, la Corte ordena hace nueve años que se juzgue a Telleldín y al resto de la conexión local y no se ha determinado nada procesalmente para que esto se cumpla.

—No tenemos fecha. Hubo un montón de incidencias. Esto es una muestra clara de los problemas que tenemos en el sistema judicial argentino, que la Corte Suprema diga que hay que juzgar nuevamente a personas que cometieron un crimen de lesa humanidad y nueve años después no tenemos fecha de debate. Que en el 2018 estemos analizando, y espero que concluya en lo que digo, en demostrar que no hay absolutamente nada de lo que en el 2004 se dijo que fue un armado arquitectónico, una conspiración para encubrir a los verdaderos criminales y que en 2018, 14 años después, digamos que no hay nada de eso es realmente…

—Impactante.

—Es impactante, es una muestra palmaria de problemas muy serios que tenemos en nuestro sistema penal.

—Y que en 25 años todavía no haya resolución, ni siquiera una sentencia, la verdad que desalienta cualquier búsqueda de justicia.

—Bueno, la hubo. De vuelta, en el 2004 hubo una sentencia. Esa sentencia tendría que haber sido una sentencia condenatoria con peros, con objeciones, con matices por supuesto, pero la nulidad total del 2004 fue desconcertante. Pero se inscribió en un momento político, no fue una casualidad.

—No pudo haber pasado si no había una decisión política de encubrir.

—Seguramente. Porque lo que vemos luego es que el proyecto político que comenzó apenas un año antes de esa sentencia usó ese fallo judicial como el punto de lanzamiento de un relato que llevó al memorándum con Irán. El corolario de esa sentencia del 2004 es la firma del memorándum con Irán para exculpar a la conexión local.

—Intento apartarme un segundo de la cuestión jurídica, que es muy difícil pero intento, ¿cómo admite, cómo analiza cuando usted todavía hoy, 2018, escucha estas versiones de que fue una implosión? Que todavía se siguen haciendo circular.

—Sí, hay de todo ahí, ¿no? Hay intereses muchas veces. Hay gente que quedó colgada de intereses antiguos y que sigue repitiendo lo mismo. Hay resentimientos. Hay confusión. Hay gente que es movida por el dolor, víctimas o familiares de víctimas que han quedado desconcertadas o desviadas completamente de un camino. Hay utilización política. Hay de todo. Hay orgullos personales a veces de periodistas o de comunicadores que quedaron agarrados a una supuesta verdad y no se pueden mover de eso y reconocer su error. Pero la prueba está, la prueba es contundente. Mire, aquí le traje para sus momentos de insomnio una breve síntesis que se preparó en la AMIA, el doctor Bronfman que estuvo en la causa casi desde los inicios hizo una apretada síntesis de lo que hay de evidencia en la causa. Es un libro de casi 800 páginas editado por nosotros en donde está la prueba, está todo lo que consta con mucha claridad en el expediente y eso es incontrastable y toda la gente de buena fe que se ha acercado y que lo ha mirado y que ha leído el expediente sabe que nosotros hemos seguido sin movernos políticamente para un lado y para otro. La AMIA no ha tenido en esto absolutamente ningún doblez, mantuvo incólume una misma línea basada en la prueba, en la evidencia que había, y con el objetivo de esclarecer la causa, sin ningún otro interés.

Carlos Telleldín, durante una comparecencia en Comodoro Py en 2016 (Adrián Escandar)

—A quien no pueda acceder a este informe, lo actuado de la causa AMIA.

—Está publicado online en el sitio web de AMIA, lo pueden encontrar y lo pueden bajar.

—Y a quien no se anime a arremeter las 800 páginas hoy, abril de 2018, a horas de los alegatos, ¿quién hizo volar la AMIA?

—Hezbolá, la República Islámica de Irán fue el autor intelectual y material con ayuda de una conexión local.

—Que a esta conexión local se le permite estar en libertad en base a una presión política y un desvío, digamos, de la Justicia que…

—Bueno, ahí hay de todo. Ahí hay ex policías, hay servicios de inteligencia, hay una mezcla de mafias de distinto pelaje, muy peligrosos, que tuvieron que ver con eso. Y el punto de inicio es, de vuelta, este personaje del bajo fondo, del submundo, llamado Carlos Alberto Telleldín, que tuvo en su poder la camioneta Traffic, que está claramente probado, cuyos recibos se encontraron en la AMIA, que estuvo cargada con el explosivo que hizo volar la institución.

—¿Alguna vez se lo cruzó personalmente a Telleldín?

—No, no, me lo crucé en Twitter lamentablemente, más de una vez.

—En el tribunal no porque…

—No, no. Y sí, ahora en estos días de alegatos, no vamos a tener otro remedio que verlo a Telleldín, a Ribelli y a los demás.

—¿Y qué le pasa cuando se cruza a Telleldín y a los policías como Ribelli?

—No, da escozor. Los hemos visto también en televisión, en otros medios. Realmente daría más entusiasmo que toda la sociedad argentina los identificara en el rol que tienen a quienes cometieron este crimen de lesa humanidad tan tremendo para toda la sociedad argentina.

—Los abogados suelen firmar los escritos al final con un "por ser justicia" o "será justicia". ¿Será?

—Dios quiera. Nosotros confiamos en la Justicia y tenemos esperanzas de que esto sea justicia en algún momento. Hoy es una impunidad republicana, pero es un crimen de lesa humanidad. El pueblo judío sabe de perseguir a los criminales de lesa humanidad a lo largo de décadas, de generaciones. La sociedad argentina ha perseguido a los criminales de lesa humanidad de la última dictadura hasta los días presentes y pasaron 40 años de muchos de esos crímenes y no cejamos en el reclamo de justicia, somos solidarios con esos reclamos, siempre lo hemos sido desde la AMIA. Y sentimos la solidaridad de toda la sociedad argentina que se siente en su conjunto víctima de este crimen atroz. Así que estamos convencidos de que la Argentina no va a aflojar, no la comunidad judía, la Argentina no va a aflojar hasta que se haga justicia con las víctimas de la AMIA.

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