Francisco volvió a pedir a los religiosos que participan del sínodo que no se dejen condicionar sobre los temas a debatir y que muestren amplitud.
Por Dolores Álvarez
Durante el segundo día de debate en el sínodo sobre la familia, Francisco intervino fuera del programa para dar su opinión sobre cuál debería ser el objetivo primario de la reunión de 270 cardenales y 90 participantes -entre expertos, oyentes y delegados de otras iglesias cristianas- congregados en la Ciudad del Vaticano por estos días. "No tenemos que dejarnos condicionar o reducir nuestro horizonte de trabajo como si el único problema fuese el de la comunión a los divorciados que se vuelven a casar. Hay que considerar la amplitud de las cuestiones", dijo Jorge Mario Bergoglio, en respuesta a las presiones mediáticas e internas del clero de las últimas horas.
Según el jefe de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, después de algunas preguntas de los padres sinodales sobre el método de trabajo, el pontífice argentino precisó que "la doctrina católica sobre el matrimonio nunca estuvo en discusión" en la asamblea del anterior sínodo (el de 2014) y, por lo tanto, no estará en discusión en la Asamblea Sinodal que comenzó el lunes y continuará hasta el 25 de octubre.
Si para algunos analistas la declaración del Obispo de Roma fue inesperada, para otros, en cambio, las intenciones del ex arzobispo de Buenos Aires fueron claras y transparentes desde el principio. "El Papa quiere un sínodo abierto, no cerrado, y algunos obispos e incluso algunos periodistas intentaron cerrarle la puerta al debate, pero Francisco quiere una discusión verdadera sobre cómo razonar acerca del matrimonio y de la posibilidad de una praxis diferente", aseguró el historiador de la Iglesia Católica, Massimo Faggioli, a Tiempo.
Para el profesor de historia del Cristianismo de la Universidad de St. Thomas, en Minnesota (EE UU), el cardenal húngaro Péter Erdö, el relator general del evento, "no reflejaba la visión del sínodo del Papa, y hoy (por ayer), Francisco le respondió. Para el Obispo de Roma el procedimiento abierto es parte del discernimiento, y el sínodo es discernimiento eclesial y espiritual. Si el procedimiento es cerrado, no puede haber discernimiento y el Papa siempre dijo que el sínodo es un momento de discernimiento para toda la Iglesia". Según Faggioli, Francisco buscó garantizar la amplitud de los márgenes de discusión y dar espacio a todas las voces y a todas las temáticas sobre la mesa.
La sala de prensa de la Santa Sede informó ayer que durante los primeros encuentros se habló de la violencia hacias las mujeres, del rol de la mujer en el matrimonio y la familia, de inmigración y refugiados, del "problema de los no-bautizados", del trabajo de menores y de la poligamia, entre otros. «
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