El Papa: “¿La fe? También yo tengo dudas, pero pueden profundizarla”

El Papa: “¿La fe? También yo tengo dudas, pero pueden profundizarla”

Durante la Audiencia general después del Jubileo Francisco siguió ilustrando las obras de misericordia: no se puede comprender por qué hay tantos niños analfabetas a pesar del progreso científico.

IACOPO SCARAMUZZI - CIUDAD DEL VATICANO

«Tengo muchas… ¡Claro que en algunos momentos a todos nos vienen dudas!». Concluido el Jubileo, el Papa se siguió ocupando de las obras de misericordia, concentrándose, durante la Audiencia general en el Aula Pablo VI, sobre dos acciones «fuertemente relacionadas entre sí: aconsejar a los dudosos y enseñar a los ignorantes lo que no saben». Las dudas, dijo, pueden hacer que crea y que se profundice la fe, y después se superan. La ignorancia debe ser combatida, como hace la Iglesia con todas sus instituciones educativas, y «no se puede comprender» que en un mundo en el que el progreso técnico y científico son tan avanzados todavía haya tantos niños que sufren el analfabetismo.

«Acabado el Jubileo, hoy volvemos a la normalidad, pero siguen pendientes algunas reflexiones sobre las obras de misericordia, por lo que continuamos con esto», dijo el Papa. «La reflexión sobre las obras de misericordia espiritual tiene que ser con dos acciones fuertemente relacionadas entre sí: aconsejar a los dudosos y enseñar a los ignorantes lo que no saben, ¿no? La palabra ignorante es demasiado fuerte, ¿no? Pero quiere decir aquellos que no saben algo y a los que hay que enseñárselo. Son obras que se pueden vivir tanto en una dimensión simple, familiar, al alcance de todos, tanto (especialmente la segunda, la de enseñar) en un plano más institucional, organizado. Pensemos, por ejemplo, en todos los niños que todavía sufren de analfabetismo: esto no se puede comprender, que en un mundo en el que el progreso técnico y científico son tan altos todavía haya tantos niños analfabetas. Esto no se puede entender, ¡es una injusticia». Cuántos niños sufren por falta de instrucción. Es una condición de gran injusticia que ataca la dignidad misma de la persona. Sin instrucción luego uno se vuelve fácil presa de la explotación y de diferentes formas de malestar social».

Después de recordar que la Iglesia, en el curso de los siglos, ha sentido la exigencia de empeñarse en el ámbito de la instrucción porque su misión de evangelización conlleva el compromiso de devolver la dignidad a los más pobres; el Obispo de Roma afirmó que en la medida en que aumenta la instrucción, las personas adquieren más certidumbre y conciencia. Y añadió que una buena instrucción nos enseña el método crítico, que comprende también cierto tipo de duda, que resulta útil para formular preguntas y verificar los resultados, con vistas a alcanzar un conocimiento mayor.

Francisco precisó que expresar la misericordia hacia los que tienen dudas equivale a aliviar el dolor y el sufrimiento que provienen del miedo y de la angustia que son consecuencias de la duda. De modo que se trata de un acto de amor verdadero con el que se pretende sostener a una persona que se encuentra en la debilidad causada por la incertidumbre.

En cuanto a las dudas de fe, que todos podemos tener, el Papa Bergoglio dijo que constituyen un signo de que queremos conocer más profundamente a Dios, a Jesús y el misterio de su amor por nosotros. De modo que está bien que nos hagamos preguntas acerca de nuestra fe, si bien hay que superar las dudas.

Además, el Pontífice pidió que no hagamos una teoría abstracta de la fe con la que se multiplican las dudas, e invitó, más bien, a hacer de la fe nuestra vida, poniéndola en práctica en el servicio a los hermanos, especialmente a los más necesitados. Y entonces dijo el Papa tantas dudas se desvanecen porque sentimos la presencia de Dios y la verdad del Evangelio en el amor que sin ningún mérito nuestro, habita en nosotros para que lo compartamos con los demás.

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