“Si el Papa sigue así, comenzaré a rezar”

“Si el Papa sigue así, comenzaré a rezar”

El presidente cubano prometió además que irá a “todas las misas” que celebre el pontífice en la isla, cuando viaje en septiembre. Valoró la mediación de Francisco en el restablecimiento de las relaciones con EE.UU.

Desde Roma

Que un comunista, que es miembro del Partido Comunista Cubano y además presidente de Cuba, asegure ante la prensa internacional que si el papa Francisco sigue hablando como lo hace y diciendo las cosas que dice, él podría volver al seno de la Iglesia, deja a más de uno con la boca abierta. “Como ya les he dicho a los dirigentes cubanos, yo me leo todos los discursos del Papa y sobre todo los comentarios que él hace. Y si el Papa sigue hablando así, comenzaré a rezar y volveré a la Iglesia. Y no lo digo en broma”, dijo Raúl Castro durante su encuentro con la prensa ayer domingo, luego de la audiencia de una hora con Francisco en el Vaticano y otra reunión con el jefe del Gobierno, Ma- tteo Renzi, en la sede del gobierno italiano en Roma.

Nadie se esperaba declaraciones de tal envergadura y algunos vaticanistas vaticinan que seguramente tendrá sus consecuencias entre los cristianos y no cristianos de Cuba y de América latina en general, sobre todo porque los dirigentes de la isla se han caracterizado por ser muy reticentes a hacer declaraciones o comentarios. Por lo demás, los elogios al pontífice no terminaron allí. Educado en un colegio jesuita como su hermano Fidel, líder histórico de la Revolución Cubana, Raúl Castro dijo además que mantuvo “una reunión muy agradable con el papa Francisco” y que salió “muy impresionado por su sabiduría, su modestia y todas las virtudes que sabemos que tiene”. El mandatario cubano prometió además que irá a “todas las misas” que celebre el Papa en Cuba, en ocasión del primer viaje de este pontífice a la isla caribeña programado para septiembre, días antes de su llegada a Estados Unidos prevista para el 20 de ese mes.

Castro venía de una gira que lo llevó primero a Argelia, por negocios principalmente, contaron a Página/12 los periodistas cubanos que lo acompañan, y luego a Moscú, donde el sábado asistió, junto a su colega venezolano Nicolás Maduro entre otros presidentes, a un imponente desfile militar de conmemoración de los 70 años de la derrota de los nazis por parte del ejército soviético.

El encuentro con Francisco, realizado en una sala adyacente de la gran Aula Paulo VI, donde el pontífice hace en invierno la tradicional audiencia general de los miércoles, comenzó pocos minutos después de las 9.30 de ayer y se extendió por una hora, aunque el coloquio estrictamente privado duró 55 minutos, según fuentes vaticanas. Un grupo de guardias suizos, en sus coloridos trajes del Renacimiento, estuvieron rindiendo homenaje a los que llegaban en la puerta. Castro llegó puntualísimo (“El es siempre muy puntual, al contrario de la mayoría de los cubanos. Si la cita es a las nueve, a las nueve menos diez segundos está pisando la escalera para entrar”, comentaron los periodistas cubanos). Estuvo acompañado por una numerosa delegación (cerca de diez automóviles) pero sólo once personas entraron para estar presentes cuando se concluyera el coloquio privado y poder saludar a Francisco, entre ellas el canciller Bruno Rodríguez Parrilla y el vicepresidente Ricardo Cabrizas. “La reunión se desarrolló en un ambiente de cordialidad y familiaridad” y se habló de algunos detalles del próximo viaje del Papa, dijo a los periodistas en la puerta de la sala de la reunión el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi.

Era la primera vez que los dos jefes de Estado se encontraban desde la mediación que Francisco hizo entre Estados Unidos y Cuba y que acabó con el hielo que había caracterizado más 50 años de no relación entre los dos países. La intermediación papal fue reconocida y valorada tanto por el presidente Barack Obama como por el propio Castro. “Le agradecí al Papa sus esfuerzos en la mediación con Estados Unidos”, dijo el presidente cubano al salir del encuentro con Francisco y poco antes de subir al coche con banderita cubana que lo llevaría a la reunión con Renzi. Ambos se saludaron con un apretón de manos y sonrisas. A los periodistas no dijo nada más. Y en la que se suponía iba a ser una rueda de prensa, con preguntas y respuestas, después del encuentro con el premier italiano, en realidad no hubo nada más que dos jefes de Gobierno que hablaron, Renzi pocos minutos, Castro un poco más, elogiándose mutuamente, pero nada de preguntas.

Sobre la reunión con Renzi, Castro dijo que “hablamos de todo, de historia y de la actualidad y de las relaciones históricas entre cubanos e italianos que, por lo que se refiere al carácter y a la fuerza de la voz, nos parecemos. Tanto los cubanos como los italianos gritamos bastante...”, indicó sonriendo. Y añadió que “Italia está jugando un importante rol en las negociaciones con la Unión Europea que esperamos se pueda concluir en un acuerdo a fines de este año. Hay diferencias. Pero tenemos que aprender a convivir con ellas, como lo estamos haciendo con los Estados Unidos. Debemos respetar las ideas de los demás aunque no coincidan con las nuestras”. En el encuentro con Renzi también hablaron de un próximo viaje del premier italiano a Cuba.

Tal vez el próximo 28 de mayo, contó por otra parte, el Congreso estadounidense acepte sacar a Cuba definitivamente de la lista de países terroristas. “Somos terroristas (para ellos) desde el gobierno de Ronald Reagan –dijo–. ¿Nos llaman terroristas a nosotros?” Y en cuanto a algunas críticas que se hacen a Cuba en materia de derechos humanos, reconoció que “se han cometido errores” pero se preguntó: “¿La salud es un derecho humano o un negocio? En Cuba es un derecho humano. ¿La instrucción es un derecho humano? En Cuba lo es”. A veces se usan los derechos humanos como pretexto para esconder otras cosas, advirtió. Y recordando a Obama, dijo que en Panamá, cuando se reunieron todos los países de América y donde tuvo oportunidad de conversar con él por primera vez, “le dije que él actuaba así con nosotros (por el deshielo que había promovido con Cuba) gracias a sus orígenes humildes. Yo he leído dos biografías de Obama...”, advirtió. Pero enseguida cortó su discurso. “Me gustaría poder quedarme pero tenemos que partir a Cuba”, dijo, advirtiendo que el presidente François Hollande está viajando para allá y sería muy descortés que el mandatario francés llegara antes que él.

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