El Papa Francisco: “No hay una cultura pura, que purifica las demás”

El Papa Francisco:  “No hay una cultura pura, que purifica las demás”

Ángelus en plaza de San Pedro. La Virgen María, maestra de inculturación y “Reina de Amazonia”.

 

Tras haber clausurado el Sínodo amazónico, el papa Francisco durante el ángelus rechazó implícitamente las tesis teológicas de los detractores de la sinodalidad y apoyó el camino de una Iglesia al servicio de todas las culturas, de la inculturación de la fe y de la escucha del grito de dolor de los pequeños, de lo pueblos originarios y de la casa común.  

 

“No hay una cultura estándar, no hay una cultura pura que purifica las otras, existe el Evangelio, puro, que se incultura”, dijo Francisco este domingo 27 de octubre, antes del rezó de la oración mariana del Ángelus junto a miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro y tras haber celebrado la misa de clausura de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica en la Basílica vaticana. 

Francisco llamó  “Reina de Amazonia” a la madre de Jesús, la Virgen María, “venerada y amada”.  El Papa la ha puesto como ejemplo: Ella se ha convertido en Reina de la Amazonia “no conquistando, sino “inculturizandose”: con el coraje humilde de la madre convertida en la protectora de sus pequeños, la defensora de los oprimidos”. 

“A  Ella, que en la pobre casa de Nazaret cuidaba de Jesús, confiamos a sus hijos más pobres y a nuestra casa común”, sostuvo. “Ella, mujer de la esperanza, interceda porque baje sobre nosotros El Espíritu Santo, que con su dulce creatividad hace todas las cosas nuevas”, añadió. 

Haciendo alusión a la primera lectura de la liturgia, del Libro de Siracusa, en la que se nos recuerda que “Dios escucha la oración de los oprimidos” (Eclo 35,21.16), el Pontífice subrayó que en esta ocasión “el grito de los pobres, junto con el de la tierra, vino a nosotros desde el Amazonas”.

Un dolor que invita a “no permanecer indiferentes”. Asimismo, Francisco quiso profundizar sobre cuál ha sido el sentido del Sínodo: un caminar juntos, mirándonos y escuchándonos, expresó. 

“Caminamos mirándonos a los ojos y escuchándonos, sinceramente, sin ocultar dificultades, experimentando la belleza de seguir adelante juntos, para servir”, expresó e  invitando a cada uno a preguntarse:  “Yo, ¿qué cosa puedo hacer por el bien del Evangelio?”

“En el Sínodo nos hemos hecho esta pregunta, deseando abrir nuevos caminos al anuncio de la Buena Nueva. Y, en primer lugar, hemos sentido la necesidad, como el publicano en el Evangelio de hoy (cf. Lc 18, 13-14) de ponernos ante el Señor, de ponerlo a Él de nuevo en el centro, tanto a nivel personal y como de Iglesia”. 

Entonces, instó  a proclamar el evangelio para vivir por Jesús, “para vivir por el Evangelio, uno debe salir de sí mismo”, expresó. 

Por ultimo, al final del rezo mariano, dirigió un pensamiento especial por “los amados libaneses”, en particular a los jóvenes, pueblo que atraviesa “problemas sociales y económicos”. . 

Instó a todos a buscar las soluciones correctas en el camino del diálogo, y rezo a la Virgen María, Reina del Líbano, para que, con el apoyo de la comunidad internacional, ese país continúe siendo un espacio de convivencia pacífica y respeto por la dignidad y la libertad de todos” y además  “en beneficio de toda la región del Medio Oriente”.

Por otro lado, el Papa recordó que este es el último domingo de octubre, un mes misionero, que este año ha tenido un carácter extraordinario, y también es el mes del Rosario. 

“Renuevo la invitación para rezar el Rosario por la misión de la Iglesia hoy, particularmente por los misioneros y misioneras que enfrentan mayores dificultades. Y al mismo tiempo seguimos rezando el Rosario por la paz. El Evangelio y la paz caminan juntos”.  “Les deseo a todos un buen domingo. Por favor no te olvides rezar por mí. ¡Buen almuerzo y adiós!”, concluyó.

 

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