Al presidir ayer el rezo del Ángelus ante la multitud de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco reflexionó sobre el significado de “comer la carne y beber la sangre de Jesús”, y aseguró que el Cielo comienza en la Eucaristía.
El Santo Padre explicó que “vivir en comunión real con Jesús sobre esta tierra nos hace ya pasar de la muerte a la vida. El cielo comienza precisamente en esta comunión con Jesús”.
“En estos domingos la Liturgia nos está proponiendo, del Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, que es Él mismo y que es también el sacramento de la Eucaristía” dijo, y señaló que el pasaje de hoy “presenta la última parte de ese discurso, y hace referencia a algunos entre la gente que se escandalizan porque Jesús dice: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día’”.
El Papa destacó que “el estupor de los que lo escuchan es comprensible”. “Ante todo preguntas: ¿qué significa ‘comer la carne y beber la sangre’ de Jesús?, ¿es solo una imagen, una forma de decir, un símbolo, o indica algo real?”, indicó.
Francisco destacó que “sabiendo que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús se identifica con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en el ‘signo’ del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su culmen en la Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en su Cuerpo y en su Sangre”.
“Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él”.
Francisco lamentó que “a veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción: ‘¿Para qué sirve la Misa? Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo’”.
Ante esto, el Santo Padre respondió que “la Eucaristía no es una oración privada o una bella experiencia espiritual, no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho en la Última Cena”.
“Decimos, para entender bien, que la Eucaristía es ‘memorial’, o sea un gesto que actualiza y hace presente el evento de la muerte y resurrección de Jesús: el pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros”.
El Papa subrayó que “la Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros. Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.
“Nutrirnos de aquel ‘Pan de vida’ significa entrar en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de compartir solidario. Lo mismo que Jesús ha hecho”.
Al finalizar, el Santo Padre señaló que “en el Cielo ya nos espera María nuestra Madre – ayer hemos celebrado este misterio. Ella nos obtenga la gracia de nutrirnos de Jesús, Pan de Vida, siempre con fe”.
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