Obra pública, subsidios y envíos a provincias dispararon el déficit

Obra pública, subsidios y envíos a provincias dispararon el déficit

Pese al ajuste en prestaciones sociales, el rojo primario de junio trepó hasta 242.951 millones de pesos, equivalente al 0,6% del PBI. Es menor al registrado en 2020, pero superior a los de 2018 y 2019, si no se toma en cuenta el ingreso del aporte extraordinario. Si se lo toma en cuenta, fue de 153.217 millones.

Tal lo esperado, el déficit primario se disparó durante junio, de la mano de los incrementos en la obra pública, en las transferencias a las provincias, en los subsidios energéticos y al transporte y de una mejora salarial para los empleados estatales. Si no se toma en cuenta el ingreso del aporte extraordinario, fue de $242.951 millones, el equivalente a casi 0,6% del PBI. Y el total del primer semestre llegó a $297.098 millones, en torno al 0,7% del producto. Luego de cinco meses de ajuste, el Gobierno soltó la billetera y se espera que el segundo semestre siga en esa línea.

Esa billetera estuvo formada en un 40% por envíos del BCRA al Tesoro que implicaron emisión monetaria y un 60% que lo aportó el mercado a través de las licitaciones. Entre ambas ventanillas, el Gobierno obtuvo casi $600.000 millones, un poco más que el doble del mencionado rojo primario, lo que muestra que hay un colchón para el segundo semestre, aunque, con déficit mensuales estimados en torno a $200.000 millones desde julio hasta noviembre, habrá que emitir más.

El grueso del rojo se acumuló en junio, ya que entre enero y mayo había quedado en torno a los $54.885 millones, si se toma en cuenta el ingreso del aporte solidario. Incluyendo esos pesos, junio marcó un déficit de $153.217 millones. Se trata de un rojo mucho menor al del 2020, marcado fuertemento por el IFE y el ATP, que totalizó $253.706 millones y mucho mayor que el de $6.598 millones en pleno ajuste de mediados del 2019, en el marco del acuerdo con el FMI que llevó al mínimo a la obra pública.

Contra junio del 2018, primer cierre de semestre de relativa normalidad que se encuentra al revisar la serie histórica del resultado fiscal, se trata de un déficit 20% menor en términos reales. En cambio, si no se toma en cuenta el ingreso del aporte extraordinario, se registró un incremento real de 28,4% en el rojo. Con una inflación de 233,9% acumulada en esos dos años, la suba del déficit fue de 328,7%, si se toma en cuenta el aporte extraordiario, y de 170,4%, si se lo deja afuera del cálculo.

En junio se continuó percibiendo un ajuste en las prestaciones sociales, cuyo gasto aumentó muy por debajo de la inflación. El incremento fue de 18,9%, con un IPC interanual de 50,2%. Implicó una caída real de 20,8%. Las jubilaciones cayeron 6,5% real. En cambio, los salarios estatales obtuvieron mejoras y también hubo mucho más gasto en subsidios enérgeticos y al transporte, en el envío de dinero a las provincias y en obra pública.

Los salarios públicos ajustaron 10% en el mes, según la paritaria. Aunque venían perdiendo mucho en los primeros cinco meses del año, en el cierre del semestre hubo un crecimiento real del gasto en salarios respecto al mismo mes del 2020. Trepó 64,9%, lo que implicó un crecimiento real de 9,8%.

Los subsidios económicos en general crecieron con mucha fuerza. En términos nominales se más que duplicaron, con un incremento de 113,3%. Y en términos reales la suba fue de 42%. Los energéticos crecieron 35,6% real. Y los del transporte más aun: 68,6% real.

Los envíos a las provincias son uno de los gastos que típicamente crecen, sea cual sea el signo del Gobierno, en años electorales, junto con la obra pública. Es el mecanismo por el cual se federalizan las inyecciones de recursos para intentar mejorar la calidad de vida en los años impares. Y junio suele ser el mes en el que se empieza a observar esa dinámica. Este caso no fue la excepción y se espera que continúe así a lo largo de lo que resta del año.

La suba interanual real en estos envíos fue de 6%. El grueso fue para gastos en seguridad social, con un incremento de 37,3% real. En cambio, para educación registró una contracción importante de 24,9% real.

Por último, la obra pública se triplicó en términos nominales y arrojó un crecimiento interanual real de 106,7%. Las obras para energía, transporte, educación, vivienda y agua potable y alcantarillado pegaron un salto importante, aunque cabe destacar que comparar con los niveles mínimos de la primera ola. En comparación con junio del 2019, época de pleno ajuste, también hubo un salto importante de 44,8% real. Contra 2018, mes de cierta normalidad, en cambio, se registró una contracción de 7% real.

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

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