El obispo que se enamoró de la selva peruana

El obispo que se enamoró de la selva peruana

Desde la Amazonia descubrió la percepción de un mundo nuevo en la vida de los pueblos originarios

 

Nunca dejó su mochila, mientras caminaba por las montañas de Álava en España. Iba con ella acuestas, de campamento en campamento. Y es que su vocación es la misión. ¿Se puede llevar una vida comunitaria, atendiendo a los demás en la Amazonia peruana?

 

 

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¿Cómo puedo vivir con austeridad una vida dedicada a los demás?, se preguntaba monseñor David Martínez De Aguirre Guinea, vicario apostólico de Puerto Maldonado hace algún tiempo.

“Desde niño siempre descubrí la amistad, el compañerismo, la solidaridad y el amor por la naturaleza en el quehacer de los religiosos dominicos”, expresaba este sacerdote, quien desde hace algunos días fue nombrado vicepresidente de la naciente Conferencia Episcopal de la Amazonía.

 

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La “misión de Kirigueti” está ubicada en una zona céntrica del bajo Urubamba, desde allí atienden a 20 comunidades nativas. Siendo estudiante monseñor Martínez conoció en 1997 este lugar de misión, que la orden de los predicadores lleva adelante en el corazón de la Selva peruana, como lo cuenta en una entrevista a la prensa española.

Misiones en la Amazonia

De nacionalidad española, a los 21 años se ordenó en la Orden de Predicadores. Enamorado de la Amazonia se internó en 2001 en la selva peruana.

“Anduve dictando clases en el seminario, y luego me establecí por 14 años con los Machiguenga, en la cuenca del río Urubamba entre Cuzco y Madre De Dios”, detallaba para Aleteia el vicario apostólico de Puerto Maldonado, ciudad de la Amazonia, antes que Francisco visitara Perú en 2018.

Su disposición siempre al diálogo, la búsqueda de una constante renovación, la apertura a un nuevo mundo, en su afán de supervivencia, son algunas de las miradas que monseñor David, confiesa, debe aprender a introducir en su propia vida.

Establecen alianza con otras etnias, para sobrevivir. Las misión de Kirigueti es el lugar de referencia, hasta allí acuden los jóvenes para formarse, desde la misión se organizan las escuelas de inicial, primaria y secundaria. “Los jóvenes llegan con la ilusión de prepararse para ser líderes de su comunidad”.

 

Maria Josepa Galbis Mont-(CC BY 2.0)Francisco escuchó el grito de los indígenas

Hasta estas tierras que comprenden la provincia de la Convención de la Selva del Cusco, la de Purus en Ucayali, además de la de Atayala, llegarron las comunidades originarias de Brasil y Bolivia, invitadas para encontrarse con el Sumo Pontífice.

Desde la explanada del Instituto Tecnológico Jorge Basadre, adyacente al Coliseo de Madre de Dios, donde tuvo el encuentro con más de un centenar de comunidades originarias, el Santo Padre logró hacer un recorrido con el papamóvil, y llevar un mensaje a los pobladores de las localidades.

Este Vicariato Apostólico que lleva el nombre de Puerto Maldonado es conocido como “zona de misión” considerado como una delegación de la Sede Apostólica del Papa. Los Vicariatos de Jaén, Yurimaguas, San José del Amazonas, Iquitos, Requena, Pucallpa y San Ramón, que se establecen en el Perú, también participarán de estas actividades. 

 

Maria Josepa Galbis Mont-(CC BY 2.0)

 

“Todos somos hermanos”

Este mensaje de unidad es el que tenía previsto llevar el papa Francisco a la Amazonia peruana durante su visita en 2018,reflexionaba monseñor Martínez De Aguirre Guinea.

La Amazonia desde hace mucho es tierra disputada, concentra las miradas de muchas personas que la han puesto en peligro. El bioma del planeta para la casa común necesitaba de manera urgente de las palabras de esperanza del papa Francisco.

Monseñor David Martínez designado como obispo coadjutor del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado en 2014 por el papa Francisco, realiza su labor pastoral en Madre de Dios desde 2015 interesado en dinamizar hacia el desarrollo a estos pueblos alojados en el corazón de la Amazonia peruana. Recientemente fue nombrado vicepresidente de la Conferencia Eclesial para la Amazonía

 

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