Nuevo etiquetado frontal: por ahora sólo se ve en algunas bebidas

Nuevo etiquetado frontal: por ahora sólo se ve en algunas bebidas

Recorrida por comercios de la Ciudad. Medianas y pequeñas empresas de alimentos tendrán tiempo hasta febrero de 2023 para incorporar la etiqueta que alerta sobre riesgos. Esperan la renovación del stock.

Desde el sábado pasado entró en vigencia el etiquetado frontal que advierte sobre el exceso de grasas, azúcares, sodio o calorías en determinadas bebidas y alimentos. Sin embargo, en una recorrida efectuada por EL DIA se constató que prácticamente no hay cambios en las góndolas locales, a excepción de algunas gaseosas y aguas saborizadas.

La Ley 27.642 de Etiquetado Frontal de Alimentos entró en vigencia el 20 de agosto pasado, pero aún no se ven muchos productos con sellos negros. Además, siguen observándose paquetes con dibujos infantiles que, en algún tiempo, deberán “emigrar” sí o sí de esos espacios para evitar información engañosa.

Los objetivos de la ley son garantizar el derecho a la salud y a una alimentación adecuada; dar información nutricional comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas para resguardar los derechos de los consumidores. El etiquetado advertirá cuando los productos tengan excesos de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.

Todo como una herramienta para prevenir la malnutrición en la población y reducir las enfermedades crónicas no transmisibles.

Pero, como se preveía por una cuestión de stocks y del pedido de prórroga que formularon algunas firmas medianas y pequeñas, todavía no se encuentran demasiados productos con el sello negro.

En ese contexto, en un supermercado perteneciente a una cadena, ubicado en la zona de la estación de trenes, ayer podía verse snacks, galletitas, alfajores y la mayoría de las gaseosas sin que estuviera a la vista la advertencia de los componentes dañinos para la salud.

Solo una marca de gaseosaa dispuso en su presentación de litro y medio de la etiqueta negra. En otros comercios se consignó que también llegaron con ese rótulo algunas aguas saborizadas.

En un supermercado cercano a Parque Alberti informaron que solo algunas gaseosas llegaron con esas etiquetas.

En suma, la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos tuvo un comienzo que prácticamente pasa inadvertido en las góndolas de supermercados, exhibidores de quioscos y comercios locales que se dedican a la venta de golosinas y productos importados.

Los etiquetas negras aún brillan por su ausencia en los paquetes de alimentos y tampoco desaparecieron los personajes infantiles, como por ejemplo, el tradicional conejo de una marca de chocolate en polvo o el popular tigre de los copos de trigos azucarados.

La ley prevé que los productos que lleven una de esas etiquetas no podrán incluir “dibujos infantiles” o a celebridades.

Oportunamente, se aclaró que existe un cronograma de adecuación en etapas.

La primera comprende a fábricas chicas o medianas, que tendrán tiempo hasta el 20 de febrero del año que viene para adecuarse al requerimiento.

En las últimas horas se supo que poco más de 200 empresas pidieron una prórroga, por motivos tecnológicos o logísticos, entre otros. Los principales rubros fueron golosinas, mermeladas, jaleas, dulces y confituras, en un 21 por ciento; panificados y galletitas, 15 por ciento, y embutidos y conservas cárnicas, un 14 por ciento.

La segunda etapa rige desde el sábado pasado para las grandes empresas, aunque ahora solo se visibilizaron algunas bebidas.

Cuando se acabe el stock de los mayoristas y de los supermercados, los sellos se harán más visibles en los envases de alimentos y bebidas, se calcula en negocios consultados.

Hasta ahora los envases solo contaban en la parte posterior con la información nutricional. En esa etiqueta también figuraba la cantidad de calorías, azúcares, grasas transgénicas, las totales y niveles de sodio.

La ley aprobada el año pasado también establece que las empresas que tengan uno o más sellos no podrán resaltar en la etiqueta nutrientes positivos, como el calcio o las vitaminas, una estrategia muy utilizada, por ejemplo, en postres y yogures.

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