“Me pregunto si (el presidente de Siria, Bashar) Assad tiene algún futuro”, respondió hoy, miércoles, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu (ambos en el fotomontaje), a una consulta de un miembro de la comunidad judía de Moscú en un evento que puso fin a su visita de dos días a Rusia, antes de aclarar que no está involucrado en un intento de derrocarlo.
De todos modos, “deseamos asegurarnos de que Siria no se convierta en una plataforma de lanzamiento de ataques contra Israel por parte de sus tropas, ni las iraníes, ni islámicas, ni de Hezbollah”, razón por la cual “mi política es tomar todas las medidas necesarias para evitarlo”, aseguró.
Por otra parte, el jefe de gobierno explicó que Israel ha instalado un hospital de campaña en la frontera para atender a los heridos de las múltiples batallas que tienen lugar allí, algunos de los cuales son transferidos a hospitales del Estado judío.
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