Integrantes de la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (Uocra) se movilizaron ayer para manifestar su repudio a una nueva decisión empresarial de avanzar con suspensiones para los trabajadores de la obra del segundo acueducto del interior, lo que entienden es una maniobra que se repite de forma sistemática en los últimos años y que en su camino se llevó un número importante de puestos de trabajo, que temen que se amplíe a partir de la cesantía temporaria.

Lo cierto es que con la notificación que recibieron la semana pasada, obreros decidieron realizar medidas de protesta en el obrador que funciona en Barranqueras, luego se trasladaron hasta inmediaciones de la casilla del peaje del puente interprovincial y las manifestaciones también se dieron en Sáenz Peña, donde se encuentra el otro grupo de trabajadores que encara la obra de infraestructura para la distribución de agua potable.

Promediando la mañana, se conoció la determinación de la Dirección de Trabajo de dictar la conciliación obligatoria y establecer una audiencia para el próximo 14, por lo que las contratistas deben dar marcha atrás con las suspensiones, que estaban fijadas que sean por 20 días, que es el máximo que establece el convenio colectivo de trabajo, lo que preocupaba sobremanera a los obreros, atento a que en los primeros meses del año ya agotarían esta posibilidad para evitar el despido.

La situación de lucha no es nueva para los obreros, desde que se retomaron los trabajos luego de la paralización por 18 meses desde diciembre de 2015, permanentemente se dan situaciones que ponen en peligro la pérdida de la fuente laboral o repercuten en el día a día con el atraso en el pago de haberes.

Así las cosas, recordaron que en los últimos años los despidos hicieron que actualmente se trabaje con un número muy inferior a lo que precisaría una obra de esta magnitud y que recientemente se dieron atrasos en el pago de la quincena, que motivó a que la propia Uocra encare gestiones que son propias del Estado nacional y provincial para lograr que se abonen los haberes.

‘Nos dicen que no tienen los fondos suficientes para la adquisición de materiales y poder continuar con la obra, estamos cansados de tanto manoseo, como trabajadores lo único que pretendemos es resguardar nuestra fuente laboral‘, señalaron y agregaron que la unión transitoria de empresas había marcado que la deuda que mantiene el Estado nacional mediante el Enohsa imposibilita continuar un ritmo de ejecución constante en los trabajos.

Así, señalaron que las reactivaciones y las interrupciones se dan cada tres meses, pero que en cada ida y venida hay obreros que quedan en la calle y el futuro es incierto de una obra que es considerada como prioritaria por su valor social.