Montenegro-Raverta: la foto baja la tensión, pero no es una tregua

Montenegro-Raverta: la foto baja la tensión, pero no es una tregua

El Frente de Todos no suavizará sus críticas a la gestión. Y el intendente no dejará de machacar sobre los "palos en la rueda". Pero sería invitado a más anuncios. Coincidencia de Kicillof en materia de transporte. E impronta de Abad en la elección de los abogados.

Por: Ramiro Melucci.

El encuentro fue ameno. Conversaron sobre los mellizos de él, intercambiaron impresiones sobre las diferencias de vivir en Buenos Aires y en Mar del Plata y matizaron con asuntos de la vida cotidiana. De política, ni una palabra. Suficiente para bajarle la tensión a un vínculo que durante los últimos meses solo se había nutrido de detracciones: ella lo había acusado de importar las peores prácticas; él, de obstaculizar la gestión local.

Sin embargo, Guillermo Montenegro y Fernanda Raverta le otorgan a la foto del pasado lunes, que escenificó la firma de un convenio con Vialidad Nacional para repavimentar el camino San Francisco –entre las rutas 226 y 88–, un significado distinto.

El intendente la define como una foto de gestión para llevar adelante una obra más entre las tantas que necesita el distrito. La directora ejecutiva de la Anses, en cambio, buscó desterrar la noción de que los gobiernos nacional y provincial no ayudan a Mar del Plata, esbozada por el jefe comunal en las semanas previas. También procuró mostrar que, contra lo que machaca el oficialismo local, colabora con la gestión.

Pero la imagen está lejos de reflejar un pacto o una tregua. Montenegro lo demostró enseguida al reclamarles a la Nación y la Provincia más hechos concretos. Y al ratificar, a través del bloque oficialista en el Concejo Deliberante, cada punto de su discurso contra el kirchnerismo: después de la aprobación por mayoría de la rendición de cuentas de 2021 –a la que el principal bloque opositor votó en contra–, el presidente de la bancada, Agustín Neme, dijo que el Frente de Todos lo único que busca es poner palos en la rueda. “Son el no permanente”, disparó.

La frase se afinca en el rechazo a los presupuestos, el pliego del transporte, las fotomultas, el reconocimiento facial de prófugos y el proyecto oficial para ordenar la Zona Roja, pero no toma en cuenta otras iniciativas como los incentivos a la construcción y el nuevo régimen de habilitaciones, que la bancada opositora respaldó. De todos modos, forma parte de un libreto que no cambiará.

El Frente de Todos tampoco modificará su percepción de la gestión, a la que ha empezado a caracterizar como lenta. “Somnolienta”, calificó Virginia Sívori para graficar la subejecución de partidas presupuestarias. Lo que sí parece cambiar es la decisión de excluir a Montenegro de los anuncios de Nación o Provincia para Mar del Plata. Se había vuelto una constante en los últimos meses: basta recordar el anticipo de la circunvalación entre Kicillof y Raverta. Tras la experiencia del camino San Francisco, se mandarían a imprimir nuevas invitaciones para el jefe comunal.

Habría que ubicarlo en el plano de las casualidades: justo cuando asoma esa táctica emergió una coincidencia de Axel Kicillof con Montenegro que pasó desapercibida. Sucedió cuando el gobernador firmó, junto con pares de otras 15 provincias, el petitorio para que se conforme una Corte Suprema “federal”.

Los medios nacionales se quedaron con ese título, pero el documento tuvo una última parte de la que poco se habló: los mandatarios expresaron una “profunda preocupación” por el transporte público de pasajeros e instaron al debate en el Congreso de un nuevo modelo de distribución de compensaciones tarifarias “que tengan como principio la igualdad y equidad en todo el territorio”. Es el mimo reclamo que hace Montenegro para que se equipare el precio del boleto con el del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires.

 

Raverta buscó desterrar la noción de que los gobiernos nacional y provincial no ayudan a Mar del Plata. Montenegro reclamó más hechos concretos. 

 

La escena contiene otros cuadros. El director del Correo, Rodolfo “Manino” Iriart, empieza a mostrar una agenda con sectores del Gobierno cercanos al Presidente y sin el kirchnerismo duro. Lo hizo la semana pasada, cuando funcionarios del Ministerio de Desarrollo Productivo, acompañados por Victoria Tolosa Paz, presentaron en la UCIP las herramientas disponibles para potenciar el crecimiento productivo, la inversión y la generación de empleo. Ya había habido un antecedente a principios de mes cuando el mismo Ministerio, a cargo de Matías Kulfas, presentó en Fares Taie la línea de asistencia para la acreditación de laboratorios del Programa de Fortalecimiento de la Calidad.

El kirchnerismo, acostumbrado a protagonizar cada desembarco nacional o provincial en territorio local, no se resigna a dejar vacíos esos espacios: a la recorrida de Tolosa Paz por la ciudad se sumó Sergio Salinas Porto, presidente del Frente Grande Mar del Plata, que no se pierde ninguno de los encuentros mensuales que encabeza Raverta en la ciudad.

Pero la dirigencia política local concentró durante toda la semana su atención en otra contienda: la del Colegio de Abogados. Los principales partidos hicieron sus apuestas. El radicalismo vertebró la nómina oficialista, que terminó imponiéndose con el 41,2% de los votos. La lista “Azul”, que quedó tercera, llevaba el sello K. Y el PRO también jugó sus fichas, pero de forma menos visible.

En el plano institucional, Leandro Gabás sucederá en la presidencia a Fabián Portillo. En la trastienda, mientras aplaudía la asunción de Gastón Manes en la conducción de la UCR nacional, celebró Maximiliano Abad, uno de los que mandó a juntar los votos para que no suceda lo que suele sucederles a los oficialismos tras lo peor de la pandemia: sucumbir. De allí que entre los más exultantes en la noche del viernes estuviera el senador provincial Ariel Bordaisco, que no dejó abogado conocido por llamar para convencerlo de la necesidad de votar por la lista “Integración”.

La historia de la UCR en esa rama no puede pasar por alto en ningún análisis: los abogados de hoy son los estudiantes que ayer pasaron por la Facultad de Derecho, donde la influencia de la Franja Morada, el brazo estudiantil del radicalismo, lleva casi cuatro décadas.

No es casual que la política haya depositado tanto interés en la elección de los abogados. Se está reformulando el Consejo de la Magistratura y en noviembre vencen los mandatos de todos los consejeros, incluso los recientemente designados. Las fuerzas políticas sabían que ganar el Colegio de Mar del Plata era clave para llegar mejor parados a la nueva elección. Al fin y al cabo, la composición de ese órgano, encargado de designar y sancionar a los jueces de todo el país, no ha parado de generar fricciones a todo nivel en lo que va del año.

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