Montenegro en modo PJ: suma a Cristian Lence y habló con Alberto F; Raverta es el puente a Kicillof

Montenegro en modo PJ: suma a Cristian Lence y habló con Alberto F; Raverta es el puente a Kicillof

En política todo tiene su precio y está tarifado. El intendente electo Guillermo Montenegro, retomó el fluido contacto que siempre mantuvo con el presidente de la Nación, también electo, Alberto Fernández. Ambos están relacionados por su vínculo al estudio de Esteban Righi, el ex procurador General de la Nación, que Amado Boudou eyectó cuando era vicepresidente de la Nación y quedó envuelto en el Caso Ciccone.

 

Políticos y abogados del mismo bufete porteño, Montenegro y Fernández, formaron parte de resonantes casos que los enfrentó con el kirchnerismo, en causas de corrupción que fueron ventilados en los tribunales federales de la Capital Federal. Montenegro y Fernández compartieron también años de estudios universitarios, por lo cual el acercamiento no resulta extraño, máxime teniendo en cuenta las responsabilidades que también han comenzado a compartir.

Por su parte, Cristian Lence es hijo del Héctor Lence (más conocido como el “Ronco”) ex diputado nacional, un referente y operador duhaldista en la Provincia de Buenos Aires, durante la gobernación de Eduardo Duhalde. A Lence ya lo dan como integrante del gobierno municipal que comenzará su gestión el 11 de diciembre, y es considerado una pata peronista del armado que ensaya, no sin sorpresas, Guillermo Montenegro.

También funcionan los contactos en el mismo estudio de letrados, con Marcela Losardo, la socia de Alberto Fernández, quien podría ser ministra de Justicia, si logra superar el filtro poco permeable que ha establecido como regla Cristina Fernández de Kirchner, a los nombramientos que propone su compañero de fórmula.

Puede observarse, que Montenegro recurrió a las fuentes que mejor conoce y han sido su hábitat profesional y político, durante sus años de ausencia en Mar del Plata, durante los cuales intentó acceder a la intendencia de San Isidro.

Pero sufrió una debacle electoral a manos de Gustavo Posse, que lo alejaron de la consideración de Mauricio y Jorge Macri, hasta que fue rescatado por María Eugenia Vidal. Una de la razones del disgusto que hubo en el PRO con Montenegro, fue haber perdido por escándalo, en un distrito considerado como el corazón electoral más amarillo del conurbano bonaerense y del país.

 

Finalmente, Montenegro ya tendió líneas directas con Fernanda Raverta, a quien parece nadie le arrebatará el cargo de Desarrollo Social en la gobernación de Axel Kicillof.

Ambos, diputados nacionales, tuvieron una moderada porfía durante la campaña, que se redujo a llenar álbumes de fotos con las respectivas fórmulas presidenciales y provinciales del Frente de Todos y Juntos Para el Cambio. Esas eran todas sus chances.

En realidad, tanto Montenegro como Raverta, que sumaron el 80 % de los votos, son el fruto de la succión que polarizó la elección, pero no exhiben ni votos propios ni territorialidad, por lo cual el poder puede evaporarse sólo con el calor del verano. No obstante las urnas hablaron y ahora hay que manejar ese paquete de votos.

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