Mons. Uriona: la urgencia pastoral de la diócesis son los pobres

Mons. Uriona: la urgencia pastoral de la diócesis son los pobres

 El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, enmarcó su carta pastoral de Cuaresma en el proceso para hallar un nuevo Plan Pastoral para la diócesis, y destacó que la “urgencia pastoral” son los pobres: aquellos a los que les falta lo indispensable, las familias y sus múltiples dificultades, al flagelo de las adicciones, la violencia en sus distintas expresiones, la soledad y la indiferencia y la falta de compromiso en la misión que le compete a los bautizados.

El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, presentó su carta pastoral de Cuaresma, que busca iluminar la realidad, realidad, dentro del proceso de hallar un nuevo Plan Pastoral para la diócesis. 

“Así como el año pasado estuvimos trabajando con los distintos agentes pastorales haciendo un análisis de la realidad, ahora viene la carta pastoral que ilumine ese diagnóstico basándonos fundamentalmente en la exhortación del papa Francisco, Evangelii gaudium”, explicó. 

El prelado destacó que la idea fuerza de la carta pastoral es la misión, como pide el pontífice. “La renovación de las parroquias, que es el objetivo del plan pastoral, está dada por esa perspectiva misionera de una Iglesia en salida y que mira a las periferias”, precisó. 

Monseñor Uriona detalló que hace hincapié en el anuncio de persona a persona, superando el desánimo y apostando por el fervor, y señaló que en el marco del Plan Pastoral se buscará dar “pasos de conversión, personales y comunitarios, para responder a los nuevos desafíos planteados”. 

Monseñor Uriona subrayó que la “urgencia pastoral” en la diócesis son los pobres, tal como lo dice Francisco en la Evangelii gaudium: “Hoy y siempre, ‘los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio’, y la evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a traer…” 

Y puntualizó que cuando vislumbramos a los pobres como “urgencia” nos referimos principalmente a: 

- aquellos que sufren la falta de lo indispensable para vivir una vida digna; 

- las familias y sus múltiples dificultades; 

- al flagelo de las adicciones (drogas, alcohol, juego…) en niños, jóvenes y adultos; 

- la violencia en sus distintas expresiones (en las parejas, en los niños…); 

- la soledad e indiferencia que sufren los ancianos, niños, jóvenes y enfermos… 

y también a nuestra falta de compromiso en la misión que nos compete como bautizados…

“Frente a la realidad que se nos presentaba comprendimos mejor, en base a lo percibido, la imagen de la Iglesia como ‘hospital de campaña’ que gusta usar Francisco. Nos encontramos con muchos heridos en nuestra diócesis fruto de esta ‘cultura del descarte’”, advirtió. 

El obispo reclamó, además, un nuevo protagonismo de los bautizados, la necesidad de un anuncio “capilar” de persona a persona, la instrumentación de una catequesis “kerygmática y mistagógica” y el cuidado especial por los pobres y frágiles. 

“En este año que comenzamos y a la hora de discernir comunitariamente cómo dar ‘los pasos de conversión’ y elaborar ‘los criterios’ que guíen nuestro accionar pastoral en el futuro le pedimos a la Virgen Madre, la peregrina de la Fe, que nos impulse a una renovación misionera de cada uno de nosotros, de nuestras parroquias, instituciones y movimientos y de toda la diócesis. Que Ella nos anime, fortalezca y acompañe en nuestro caminar en la fe, la esperanza y el amor en medio de las vicisitudes y los desafíos que este tiempo nos presenta a los que somos discípulos-misioneros de su Hijo”, concluyó.+

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