Mons. Ojea: Se ponen muchas excusas para "abrir el corazón" a los más pobres

Mons. Ojea: Se ponen muchas excusas para

El obispo de San Isidro lamentó que las sociedades se estén dejando ganar por una cultura "que, en el fondo, conduce a la 'aporofobia', que significa el odio al pobre".

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, recordó que el Evangelio de este domingo presenta la parábola del rico y del pobre Lázaro, dos personajes distantes, contrastantes. 

“El rico ‘banqueteaba’ todos los días, el pobre deseaba saciarse con las sobras; el rico se vestía de purpura y lino finísimo, el pobre cubierto de llagas, ese era su vestido”.

“El rico hace como que no ve nunca al pobre; no lo percibe, está como blindado para con él; sin embargo, al pobre son los perros los que van a lamerle las llagas. La suerte de los dos es diferente”.

El prelado sanisidrense explicó que “Lázaro significa: Dios ayuda. Lázaro es el mensaje de Dios para cada uno de nosotros: ‘tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber’; allí está Jesús”.

“Cuántas excusas encontramos para no abrir nuestro corazón a los hermanos más pobres”, lamentó, y subrayó: “Pensamos: mienten, engañan, tal vez están cobrando por otro lado otro dinero; yo también estoy muy pobre, ¿qué voy a hacer con esta gente cargosa que se me presenta en el camino?” 

“Sin embargo -expresó-, hay un sexto sentido que nos enseña a ver” y afirmó: “Para el Evangelio el verdadero pobre de espíritu es aquel que sabe que hay otro más pobre que él”.

 

 

Monseñor Ojea señaló que “este rico hacía como que no veía al pobre; pero en realidad se daba cuenta, porque en el diálogo posterior, desde el lugar de tormento, se dirige a Abraham llamándolo Lázaro. ‘Decile a Lázaro que vaya a ver a mi familia, que refresque mi lengua con sus dedos’. En realidad se daba cuenta pero hacía como que no lo veía”. “¿Cuántas veces hacemos como que no vemos? Preferimos no ver, preferimos mirar para otro lado y nos está ganando esta cultura; en el fondo conduce a la ‘aporofobia’, que significa el odio al pobre”. 

“Yo estoy recubriendo continuamente de excusas el no abrirme, el no ayudarlo, entonces no voy a vivir el Evangelio; lo voy a vivir solo de palabra como este rico que lo llama a Abraham, su padre, manifestándole que era un cumplidor de la ley pero no de obra. Lázaro es el mismo Jesús que mendiga nuestra conversión del corazón, que se pone al lado nuestro como un verdadero don para que nosotros podamos abrirnos a vivir a fondo el Evangelio”.

El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina recordó que este domingo es la 108ª Jornada Mundial de Oración por los Migrantes y Refugiados, con el lema "Construir un futuro con migrantes y refugiados", y pidió: “Que contemplemos esta situación en el momento de la oración y pidamos al Señor por tantos dramas humanos de tantos hermanos que tienen que huir de su país para buscar asilo en otro por distintos motivos; guerras, hambrunas, situaciones insostenibles, migraciones forzadas por el cambio climático, por el deterioro del medioambiente”.

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