Mons. Ojea: "La Eucaristía, compromiso con todas las hambres del mundo"

Mons. Ojea:

En su reflexión semanal, el obispo de San Isidro invitó a pedirle al Señor poder "renovar nuestra fe que es lo único que le da sentido a nuestra vida".

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, señaló que “en el Evangelio de san Juan aparecen distintos modos de buscar a Jesús" y detalló algunos: "Andrés, el primero de los discípulos, lo busca fervorosamente. María Magdalena, cuando no lo encuentra en el sepulcro, lo busca angustiosamente".

En su reflexión semanal, el prelado pone el énfasis en la búsqueda que hace la multitud, esa que "había recibido la compasión de Jesús, que había sido testigo de la enseñanza larga y de las curaciones de Jesús y testigo de la multiplicación de los panes”.

“Vuelven a buscar a Jesús y allí Jesús les dice: 'ustedes me buscan no porque han visto signos sino porque han comido pan hasta saciarse'. El Señor acá empieza a señalar una búsqueda interesada; la multitud busca el regalo pero no al que hace el regalo, busca el don pero no al donante. Aquí Jesús, con mucha claridad, divide las cosas. 'Ustedes me buscan, busquen más bien el alimento que da vida eterna no el alimento que perece, el alimento que da vida eterna, trabajen por ese alimento' y le preguntan: '¿Qué cosas tenemos que hacer?' Jesús les dice: 'La obra de Dios es que ustedes crean en Aquel que Él ha enviado'”, desgranó siguiendo el relato.

“Jesús se presenta a su pueblo como el sentido total de la vida, el pan de la vida, encontrarse con Jesús es lo que le da sentido a nuestra vida, nos permite salir de nosotros mismos, encontrar un mundo nuevo. Encontrarse con Jesús supone convertirse en ese pan 'Yo soy el pan de vida', el compromiso del que come el pan, el compromiso del que cree en Jesús, es convertirse en pan bueno para los hermanos, poder entregarse a los hermanos y aquí la mira cambia de sentido", subrayó.

 

En este sentido, monseñor Ojea reflexionó: "Se me ocurre que en esta pandemia muchas veces hemos pensado en el sentido de la vida, tal vez no lo hemos conversado con nadie, pero muy secretamente hemos valorado cosas que antes no valorábamos y le hemos preguntado muchas cosas al Señor en el silencio”.

“El Señor nos descubre otra hambre, no el hambre primaria sino el hambre de sentido, el hambre de Dios, que va unida al hambre de justicia, al hambre de amor, al hambre de afecto. El Señor se presenta como el que responde a todas esas 'hambres' en el sacramento de la fe, comer a Jesús es creer en Jesús: 'Yo soy el pan de vida'”.

“Pidámosle al Señor que nos regale el don de la fe, que nos enseñe a valorar la Eucaristía, que es un compromiso con todas las hambres del mundo. Somos transformados en otros 'cristos' y podemos acudir a saciar las distintas hambres de nuestros hermanos. Pidámosle al Señor en este domingo renovar nuestra fe que es lo único que le da sentido a nuestra vida”.

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