Mons. Conejero: “Cuaresma, un tiempo para superar lo vano y superfluo”

Mons. Conejero: “Cuaresma, un tiempo para superar lo vano y superfluo”

 “Hay que superar en esta Cuaresma todo lo que sea vano y superfluo que no es poca cosa, superar las murmuraciones, las discusiones, las riñas, las envidias. Todo esto provoca ruptura en la comunión entre nosotros y es algo que se da no solamente en la sociedad, sino también (...)

(...)  y lamentablemente en el seno de la Iglesia y es lo que hay que erradicar de nosotros para: amar; perdonar; no juzgar; no condenar, claro que cuesta pero si todos hacemos este esfuerzo sentiremos la paz que es deseo de Dios”, aseguró el obispo de Formosa, monseñor Vicente Conejero Gallego, al presidir la misa del Miércoles de Ceniza en la catedral local.

Decenas de fieles participaron el 10 de febrero de la misa por el inicio de la Cuaresma en la catedral Nuestra Señora del Carmen, donde el obispo de Formosa, monseñor Vicente Conejero Gallego, realizó el gesto de la imposición de las cenizas e invitó a iniciar este tiempo litúrgico con “una autentica renovación, de una nueva vida, una vida según el Espíritu de Dios”. 

La Eucaristía fue concelebrada por el presbítero Feliciano Ibarrola, párroco de la catedral y vicario general de la diócesis. 

“Invocamos en la oración colecta diciendo que estos días cuaresmales, días de penitencia y austeridad nos sirva a todos nosotros a fin de contrarrestar el espíritu del mal, de un espíritu maligno, que lo tenemos dentro de nosotros, pero que por la gracias de nuestro Señor Jesucristo, especialmente con su palabra y su entrega, por su cruz y su preciosa sangre, podemos vencer al maligno aunque aparentemente su fuerza sea grande en nosotros”, puntualizó. 

“Cristo es siempre más fuerte, Él ha vencido a la muerte y nosotros, que somos sus discípulos hemos de procurar estar íntimamente unidos a Él para vencer el pecado y creer en Él y peregrinar por este mundo hasta que podamos encontrarnos cara a cara con Él y podamos alcanzar la plenitud de la felicidad y de la paz eterna. Porque de esto se trata, la meta final de nuestra vida es la paz, es estar con Dios”, agregó. 

El prelado recordó que la Cuaresma se enmarca en el Año Jubilar de la Misericordia, por lo que invitó, citando al papa Francisco, a “vivir este tiempo de gracia, un tiempo que transcurre velozmente por ello es necesario que lo aprovechemos”. 

“Su Santidad nos ha dirigido un mensaje de Cuaresma, mensaje que ha sido objeto de lectura por parte nuestra, invito a todos que lo hagan en forma detenida. En su misiva el Papa presenta a la Virgen María como modelo y ejemplo de aquella que, habiendo experimentado en su corazón la misericordia de Dios, canta con alegría”, indicó. 

“El Papa va expresando el objetivo de la Cuaresma y nos invita a vivirla intensamente y reconoce que es un proceso, es decir que se dan a través de unos pasos a seguir: examinarse, convertirse y creer. Es fácil y hay que procurar memorizarlos para seguir estos pasos. Tenemos que examinarnos, ver nuestras vidas, nuestras conciencia, que es lo que estamos haciendo de bien y que de mal. Este discernimiento nos permitirá corregir, sobre todo lo que está mal”. Luego convertirnos, sabiéndonos pecadores y finalmente creer en la fuerza de la palabra de Jesús para poner en práctica las obras de misericordia”, añadió. 

El obispo formoseño destacó que el Papa exhorta también a poner en marcha “las obras de Misericordia, tanto las espirituales como también las materiales. Por ello nos hemos propuesto sacar nuevamente nuestro catecismo y leer para revivir y sobre todo ponerlas en ejecución a estas obras”. 

“En nuestro tiempo hay que saber escuchar al hermano, No importa el tiempo que le dediquemos, hay que escuchar, sé que no siempre se pueden solucionar los problemas que se nos plantean, el hecho es saber escuchar porque esto implica que hemos compartido y esto ya es un alivio, porque como dice la canción una pena entre dos es menos pena y la alegría es mayor si se comparte. En concreto les propongo que en esta Cuaresma pongamos en práctica las obras de la misericordia”, 

Monseñor Conejero propuso un momento de silencio profundo para unirse en oración por el viaje del Papa a México y su encuentro con el patriarca ortodoxo ruso en la búsqueda de la unión de la Iglesia en el mundo, y aseguró: “Son pasos que se vienen dando para que se cumpla la Palabra de Jesús: que todos sean uno… para que el mundo crea, debe dolerle mucho a Dios las divisiones”. 

“Hay que superar esta Cuaresma todo lo que sea vano y superfluo que no es poca cosa, superar las murmuraciones, las discusiones, las riñas, las envidias. Todo esto provoca ruptura en la comunión entre nosotros y es algo que se da no solamente en la sociedad, sino también, y lamentablemente en el seno de la Iglesia y es lo que hay que erradicar de nosotros para: amar; perdonar; no juzgar; no condenar, claro que cuesta pero si todos hacemos este esfuerzo sentiremos la paz que es deseo de Dios”, detalló. 

“No dudo de que ustedes tienen el deseo sincero de conversión y de dar inicio a una Cuaresma de la que después sintamos la plenitud de la alegría, sobre todo, cuando celebramos nuestra Misa Crismal, que este año celebraremos en Pirané, y en la gran Vigilia Pascual donde podremos experimentar la alegría del triunfo de Cristo sobre el pecado y el egoísmo y así experimentar el cielo en la tierra”, concluyó.

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