Mons. Arancedo: “La Sagrada Escritura ocupa un lugar central porque revela el designio de Dios”

Mons. Arancedo: “La Sagrada Escritura ocupa un lugar central porque revela el designio de Dios”

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, invitó a vivir el Mes de la Biblia y a celebrar el 30 de septiembre la fiesta en memoria de san Jerónimo, primer traductor de los textos sagrados.

“La Sagrada Escritura ocupa un lugar central en nuestra vida porque nos revela el designio salvífico de Dios”, destacó, y agregó: “Cuando la fe y la vida cristiana pierden contacto con la Palabra de Dios, suele quedarse en esa ‘gris monotonía’ de prácticas buenas, pero va perdiendo el entusiasmo y el compromiso del discípulo-misionero. Esto nos habla de la necesidad de conocer la Palabra de Dios para alcanzar una sólida espiritualidad bíblica”.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, destacó que “la Sagrada Escritura ocupa un lugar central en nuestra vida porque nos revela el designio salvífico de Dios. Dios se nos ha ido revelando en la historia haciendo de ella una Historia de la Salvación. La Biblia recoge esta historia de Dios que tiene su culmen en Jesucristo”. 

“La mejor explicación de la unidad de todo el proyecto de Dios nos lo presenta la carta a los Hebreos, cuando dice: ‘Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los profetas, en muchas ocasiones y de diversas manera, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medios de su Hijo’”, recordó en una reflexión en el marco del Mes de la Biblia. 

“Esto nos muestra la unidad y la íntima relación en la Biblia”, subrayó, y agregó: “Para san Agustín: ‘El Nuevo testamento está escondido en el Antiguo y el Antiguo es manifiesto en el Nuevo’”. 

El prelado afirmó que “la actitud con la que debemos recibir la Palabra de Dios es la de humilde escucha” y señaló que “la Palabra de Dios es fuente de vida, escuela de discipulado y de envío misionero”. 

“Cuando la fe y la vida cristiana pierden contacto con la Palabra de Dios, suele quedarse en esa ‘gris monotonía’ de prácticas buenas, pero va perdiendo el entusiasmo y el compromiso del discípulo-misionero. Esto nos habla de la necesidad de conocer la Palabra de Dios para alcanzar una sólida espiritualidad bíblica”, sostuvo. 

Monseñor Arancedo citó el reciente documento del Episcopado por el bicentenario patrio, en el que se afirma que “solo a la luz de Jesucristo se esclarece el misterio del ser humano, descubrimos quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. La propuesta cristiana, concluían, tiene un núcleo que no consiste en ideas o valores, sino que es una Persona: Jesucristo”. 

“En este contexto les recuerdo el consejo que nos diera el papa Francisco al decirnos que: ‘Llevemos siempre un pequeño Evangelio para tenerlo en la mochila, en el bolsillo, y leer durante el día un pasaje. Un consejo práctico, agregaba, no tanto ‘para aprender’ algo, sino ‘para encontrar a Jesús, porque él está precisamente en su Palabra, en su Evangelio’”, concluyó.

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