La mística musulmana

La mística musulmana

“El sufí es el hijo del instante”

Vale la pena reflexionar sobre este adagio sufí (al-sufi ibn al-waqt). Por sí mismo, nos permite sumergirnos en un estado que nos puede llevar de la reflexión a la contemplación, y de la contemplación al conocimiento, y el conocimiento engendra en nosotros la Misericordia o la Compasión, que es sólo consecuencia del logro de la unidad.

El instante es el momento que nos conecta con el Eterno Presente, es la puerta a la Eternidad…

“En todas las tradiciones, la Eternidad y el Instante están íntimamente relacionados. Estar en este punto central, aquí y ahora, es vivir en lo Eterno, que está siempre presente”. De ahí la preciosidad de este “momento” que el hombre nunca debe perder. El hombre olvidadizo sueña con el pasado o el futuro escapando del momento presente, que es lo único real en un sentido espiritual, dice Sayyed Hussein Nasr en su libro Knowledge and the Sacred.

Esta enseñanza es tan importante que puede ser considerada como la base de cualquier viaje espiritual. Los métodos que van desde la respiración consciente (hush dar dam) hasta la conciencia del corazón (wuquf-i-qalbi) entre los sufíes no tienen otro propósito que el de enseñarnos a concentrarnos para aprender a ser conscientes de que “Él (Dios) está con vosotros dondequiera que estéis” (Corán 57:4). O según el famoso hadiz profético: “La Excelencia es que te consagres a Dios como si lo vieras porque si tú no lo ves, Él sí te ve!”.

Solo el hecho de sumergirse en el momento, como si nada más existiera, le permite al Artesano crear una obra maestra. Pero el momento también está hecho de una renovación. Cada momento es nuevo y único:

“Él cada día está ocupado en una nueva actividad” (Corán 55:29).

Así como la observación del flujo y reflujo de las olas del Océano nos permite sumergirnos en el Mar de la Unidad, quien sabe cabalgar la ola ve abrirse su camino hacia el Cielo y, hasta en los problemas, encuentra la paz en la conciencia de que “el que se expande y el que se contrae” es uno.

El ser humano desea detener el tiempo para vivir solo momentos de Paz y Felicidad, pero es en la aceptación voluntaria y consciente de esta transitoriedad que encontrará la Paz, y este es el significado mismo de la palabra islam.

El dar gracias por cada respiro, por cada día, por cada uno de los dones que la Divina Presencia nos ha concedido, esa es la manera misma de estar en Felicidad en cada momento… Observad cómo es el que se queja constantemente. Agita y perturba a todos los que le rodean. Y las gracias sólo se multiplican cuando nosotros mismos damos gracias.

“Si sois agradecidos os daremos más” (Corán 14-7).

Recordemos que en el Corán la palabra kafir, que muchas veces se traduce incorrectamente por incrédulo, en realidad significa: El que cubre, el que oculta, implica, los beneficios o por extensión la Realidad, pero, sobre todo, lo destacable es que es prácticamente siempre se opone a palabras que tienen la raíz shukr, que significa agradecer, ¡dar gracias!

Vivir el momento y conservar en uno mismo la conciencia de que la sucesión de momentos es un don, una gracia en permanente renovación, nos permitirá vivir realmente nuestra vida como un ser despierto. El Profeta (PB) dijo:

“Yo duermo, pero mi corazón no duerme”, lo que nos dice que para los Seres Realizados, la sucesión de momentos se resume en un solo momento: el Eterno Presente.

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