En medio del debate sobre el aborto, la Iglesia analiza cómo mejorar su llegada a la sociedad

En medio del debate sobre el aborto, la Iglesia analiza cómo mejorar su llegada a la sociedad

Al igual que hace dos años, el obispo Ojea presidirá una misa el domingo en la Basílica de Luján en defensa de la vida y en contra del aborto

El nuevo mapa social en el que la Iglesia se apresta a dar batalla contra la legalización del aborto plantea fuertes demandas a la institución que conduce el papa Francisco . Lo sabe el propio Episcopado, que presentó los resultados de una investigación para conocer la percepción que la gente tiene de la Iglesia Católica.

Pese a que el 67% se definen católicos, apenas el 16% de ellos concurre una vez por semana a un servicio religioso (dejando de lado bodas y fuerales). El 13% lo hace una vez al mes, el 49% asiste con menos frecuencia y el 22% nunca va a un servicio religioso.

En una polarización ya clásica, el 48% tiene una imagen positiva de la Iglesia y el 44%, negativa. Entre los católicos, la visión positiva sube al 61%, pero existen fuertes demandas por contar con una Iglesia más abierta, inclusiva y tolerante, más moderna y práctica y más coherente con sus prédicas.

La investigación fue encargada por la Comisión Episcopal para el Sostenimiento de la Acción Evangelizadora de la Iglesia, que preside el obispo auxiliar de San Isidro, Guillermo Caride, a la consultora Voices!, que realizó un estudio cualitativo y cuantitativo sobre los componentes, dimensiones e intensidad del vínculo entre la Iglesia y la sociedad, a partir de una muestra que reunió 2790 casos y trabajos en focus group, en Capital, Gran Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Neuquén, Salta y Mendoza.

El objetivo era conocer la predisposición para realizar donaciones, en el contexto de la renuncia gradual a los aportes del Estado.

Según la investigación, la adhesión a la Iglesia está más arraigada en las regiones del NEA, NOA y Cuyo y aparece más diluida en las zonas Centro y Patagonia.

Cáritas es especialmente valorada por su función social, de asistencia a las poblaciones más vulnerables, y tiene una imagen positiva del 74%; también los colegios y universidades católicas concentran una alta valoración: 63% de opiniones positivas.

Entre los principales desafíos señalados por la gente ocupan los primeros lugares la necesidad de la Iglesia de adaptarse a los cambios sociales y culturales y renovar el estilo de las misas. Para mejorar su imagen debería recuperar la confianza y credibilidad, afectadas gravemente por las denuncias de abusos sexuales.

Existe la presunción de que los obispos y sacerdotes se preocupan más por la imagen de la propia Iglesia que por los fieles. Así lo señaló el 46% de los encuestados, al señalar a los curas, obispos y monjas como los principales beneficiarios del trabajo de la Iglesia.

Sostén económico

Los cambios que imprimió la Iglesia en los últimos años, especialmente a partir de la llegada de Francisco, aparecen como insuficientes y prevalece el peso de las visiones dogmáticas, las misas tradicionales y el escándalo de los abusos.

Según el estudio, el 44% cree que el Estado es el principal sostén económico de la Iglesia, el 27% piensa que son los propios fieles y el 12% dice que se sostiene por el Vaticano.

El 36% de los que se declaran católicos dijeron que siempre aportan dinero en la colecta de las misas, el 20%, algunas veces, y el 44%, jamás o casi nunca. El 61% dijo que no está familiarizado con el trabajo que realiza la Iglesia, lo que se interpreta en el Episcopado como un déficit en la comunicación.

Mientras la mitad de los católicos se muestra abierto al uso de la TV y de Internet con fines religiosos, para el 75% las obras de caridad son el objetivo más importante a la hora de donar dinero a la Iglesia. Los católicos ubicados en la franja de 35 a 49 años constituyen el perfil más propenso a dar dinero a la Iglesia, especialmente en el NEA.

La creencia de que el Estado financia la Iglesia, que el Vaticano debería hacer más aportes y la baja adhesión a la idea de que los propios fieles deben financiarla se ubican entre las debilidades por superar, según el estudio.

"Ya Francisco habla en Evangelii gaudium de la necesidad de una reforma misionera y una Iglesia en salida, que no sea autorreferencial", explicó el obispo Caride.

"La Iglesia argentina lleva adelante una gran obra, que abarca la vida de nuestro pueblo en diferentes etapas. El estudio nos invita a ser creativos en el modo de presentar lo que hace la Iglesia y buscar nuevos caminos para desarrollar fondos en la misión de continuar estando presentes y ayudando en tantos lugares de la Argentina. Sobre todo, al lado de los pobres y de los más alejados", concluyó el obispo Ojea, al valorar especialmente la necesidad de sostener el trabajo de acompañamiento que realiza la Iglesia, al lado de los pobres y los más alejados.

 

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