Es la última R, después de “Reducir” y “Reutilizar”, aunque muchas veces se venda como la solución mágica a todos los problemas de esta sociedad de “use y tire”. Reciclar es convertir un residuo en un recurso para fabricar un producto nuevo. Permite la reducción del uso de materiales vírgenes y de energía para la producción. También permite reducir el volumen de desechos que se vierten en los rellenos sanitarios, optimizando su funcionamiento.

Los materiales reciclables son además la fuente de trabajo de miles de recuperadores urbanos, quienes se encargan de juntar, clasificar y enviar los materiales para su reinserción en la industria. En Tandil hoy se agrupan en la Cooperativa de Recuperadores (@cooperativarecuperadorestandil) que coordina el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) con sede en H. Irigoyen 1178. Allí, y en los Puntos Azules, reciben papel, cartón, botellas plásticas, latas de conserva, envases tetrabrick, botellas de vidrio, envases de aluminio, bolsas plásticas y film de embalaje. Ya han reinsertado en la industria más de 800 toneladas de materiales reciclables, y cada año aumenta el volumen de residuos que procesan y venden. Son un eslabón clave en la gestión de residuos de la ciudad pero aún luchan por un espacio acorde al volumen que procesan y por la inclusión de la mano de obra cartonera en el circuito de reciclaje que desarrolla el municipio desde los Puntos Limpios.

Hay 5 Puntos Limpios en nuestra ciudad: la Estación Centro ubicada en Av. Santamarina 460; Estación Oeste en Av. Lunghi 1950; la Estación Norte en Darragueira y Jurado; y las Estaciones Vela y Gardey, ubicadas en los corralones municipales de cada localidad. Y próximamente se abrirá una nueva estación en Villa Italia. Se crearon además puntos limpios autogestionados por vecinos de diferentes barrios que, con la colaboración del municipio para la logística, organizan jornadas de concientización y recolección de reciclables.

Se recibe papel, cartón, vidrio, metales, pilas, rezagos electrónicos, plásticos, film de embalaje, telgopor, aceite de cocina usado y materiales voluminosos que no son retirados por los camiones de recolección. Estos recursos son aprovechados por organizaciones sociales y emprendimientos de nuestra ciudad, como por ejemplo Punto Verde Tandil (@puntoverdetandil), que procesa el telgopor de embalaje, no recuperado usualmente por su gran volumen y bajo valor comercial. Producen bolitas que utilizan para rellenar almohadones y se utilizan también en la construcción, como reemplazo de la arena en la mezcla cementicia o para realizar ladrillos, resultando más livianos y económicos.

En los Puntos Limpios se reciben también Botellas de Amor (@botelladeamor), que son una forma de reciclar plásticos blandos que raramente vuelven a la industria. Las botellas se llenan de plásticos limpios y secos en botellas de plástico, bien compactos, para optimizar el acopio y el transporte al centro de reciclaje, donde se convierten en madera plástica. La iniciativa la organizan en nuestra ciudad Sivina Muñoz (@concienciatandil) y la Lic. Florencia Destreé (@ouisanoalmacen). Se espera este año llegar a las toneladas necesarias para recibir un mueble de madera plástica que será donado.

Si bien la ciudad ha tomado los primeros pasos para un manejo responsable de la basura, aún queda mucho por hacer. En Tandil no tenemos una Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), que permitiría un manejo sustentable y la generación de empleo digno para muchísimas familias.

Se necesita también un compromiso educativo, con campañas de concientización y constante difusión de este y otros puntos clave de los OPDS. Hoy no reciclamos ni el 10% de los materiales potencialmente reciclables, el relleno sanitario está lleno, abundan los vertederos “espontáneos” y no hay plan GIRSU en el futuro cercano.

Frente a este panorama es imperativo empezar a tomar medidas desde lo individual y lo colectivo. Deberíamos generar solo aquellos residuos que no podemos evitar y separar todo lo que se puede volver a aprovechar.

Y vos, ¿ya estás haciendo algo por nuestro planeta?

Por Karen Ulfeldt