“Entré rápidamente a la iglesia para salvar a la gente… y enfrenté mucho fuego y humo”, dijo Muhammad Yahia, que vive al lado y resultó herido durante el rescate.

Agregó que fue a la iglesia porque escuchó gritos dentro del edificio. La densidad del humo interfería con la respiración y la visión de Yahia, por lo que se quitó la camiseta, la sumergió en agua y se la puso sobre la nariz y la boca para evitar que entrara el humo.

Después de que Yahia sacó a los niños del edificio, regresó para rescatar a un anciano, pero este resbaló debido a la gran cantidad de agua utilizada para apagar el fuego y ambos cayeron al suelo.

Yahia se rompió la pierna en la caída y fue llevado al hospital. Los sacerdotes acudieron a él, comprobaron su salud y le agradecieron su valor.