A la escalada de violencia y atropellos en la sagrada Mezquita de Al Aqsa, de Jerusalén, se le sumó una medida prácticamente sin precedentes: las fuerzas de ocupación israelíes ordenaron cerrar las puertas de la mezquita e impedir que los fieles recen allí. El motivo: un tiroteo donde hirieron a un joven palestino a quien acusaban de llevar un arma blanca.

Tras el episodio, la policía impidió que la gente se acercara al lugar y, bajo esa excusa cancelaron el ingreso de todos los fieles para la oración de la noche. Videos de palestinos rezando fuera de la mezquita, con las puertas cerradas dieron la vuelta al mundo. A las usurpaciones a la mezquita con balas y gas lacrimógeno, se suma la triste noticia del cierre de las puertas de la mezquita sagrada de Al Aqsa con razones poco claras.