Investigan millonaria estafa al Estado provincial con la carga de combustible

Investigan millonaria estafa al Estado provincial con la carga de combustible

En ruta 36 y 44 detuvieron a un playero con 15 tarjetas de débito de la cartera educativa y 50 mil pesos. Iba en una Jeep Grand Cherokee a su nombre. El gerente de la estación de servicio donde trabajaba se suicidó ayer

Pocas horas después de que el playero de una estación de servicio de La Plata fue detenido en una camioneta de alta gama, con una buena suma en efectivo y varias tarjetas de débito de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, uno de sus compañeros se suicidó de un tiro en la cabeza en el baño de esa misma expendedora de combustible.

¿Los episodios están vinculados? Quienes desconfían de las casualidades ni lo dudan, pero la Justicia lo investiga. Por lo pronto, están en la mira todos los que tuvieron acceso a las tarjetas que emite el banco Provincia para la carga de combustible de los vehículos oficiales.

Esta historia, que podría tener fuertes derivaciones de distinto tipo, comenzó el miércoles con un control vehicular que personal de la Policía Local y de Narcocriminalidad hacía en la ruta 36, a la altura de 44.

Como parte de la rutina, detuvieron la marcha de una camioneta Jeep Grand Cherokee negra que conducía un joven de 29 años, que viajaba acompañado por su hijo, de aproximadamente 10.

“Sin motivo aparente, el muchacho se puso nervioso y mientras buscaba la documentación del vehículo se le cayeron fajos de billetes y varias tarjetas de débito”, informó un vocero judicial.

Así le descubrieron 15 tarjetas que con la inscripción Bapro Copres tenían distintas fechas de emisión y vencimiento, pero todas el mismo destinatario, la Dirección General de Cultura y Educación además de 50 mil pesos en efectivo que el sujeto no habría podido justificar en ese momento, informaron fuentes oficiales.

Enterado de esa novedad, el fiscal en turno Juan Cruz Condomí Alcorta dispuso que este hombre identificado como Walter Cejas (29) quedara aprehendido. También pidió un allanamiento en su casa de la zona de Abasto y en la estación de servicio Axion que funciona en 44 y 31, donde Cejas trabajaba como playero a cambio de un sueldo que no superaría los 30 mil pesos mensuales, estimaron los voceros. ¿Cómo compró esa camioneta?

“Antes tenía un Mercedes Benz, que aparentemente vendió para cambiarlo por este vehículo”, comentó a este diario un investigador, seguro que “de ningún modo cierran los números”.

De esa casa en la que el acusado vive solo (está recientemente separado) los pesquisas se llevaron, entre otras cosas, una computadora para analizar, mientras que en la expendedora de combustible secuestraron filmaciones de cámaras de seguridad, recibos y el posnet, con el objetivo de avanzar en la reconstrucción de algunos movimientos y aclarar la maniobra.

Pocas horas después de ese procedimiento más policías desembarcaron en la misma estación de servicio, aunque entonces por un incidente mucho más dramático.

UN TIRO 9 MILÍMETROS

Maximiliano Normann (44) llegó ayer bien temprano a la Axion donde trabajaba desde hacía 25 años, actualmente como gerente general.

“Saludó a todos, como siempre, pasó por el minishopp, le dijo ‘buen día’ a la empleada, y se metió en el bañito que está al lado”, contaron los testigos, quienes instantes más tarde se sobresaltaron con el estruendo de un disparo.

La carga de combustible en los autos oficiales es un gasto millonario y difícil de controlar

 

Cuando fueron a ver encontraron a Normann tirado al lado del bidet, con una herida de bala en la cabeza y una pistola calibre 9 milímetros pegada a su cuerpo. Un llamado al 911 movilizó hasta la escena a los patrulleros del Comando y a una ambulancia del Same, cuyo personal apuró el traslado del hombre al hospital San Martín, ya que todavía estaba con vida.

Murió a poco de ingresar en la guardia del policlínico.

El fiscal Condomí Alcorta le dio intervención al gabinete de Homicidios de la DDI La Plata para despejar cualquier duda, pese a que todos los indicios y testimonios relevados por los investigadores apuntaron en una sola dirección: el suicidio.

El arma estaba a nombre de Normann, quien tenía dos hijos de 10 y 17 años y no dejó ninguna carta que explicara el motivo que lo impulsó a tomar semejante decisión.

La causa, por ahora, se caratuló como “averiguación causales de muerte”, por lo menos hasta que el informe de autopsia confirme la hipótesis inicial.

Los investigadores creen que el suicidio de este empleado administrativo guarda relación con la captura de Cejas: “Por su trabajo no podía desconocer esas maniobras”, especuló un vocero.

Mientras tanto, el por ahora único imputado sigue detenido y ayer se negó a declarar ante el fiscal, aunque en los primeros momentos del procedimiento atinó a justificarse argumentando que “las tarjetas se las dieron” y que él hacía “esto” para “los de arriba”, sin mayores especificaciones. Esos dichos no tienen validez legal, excepto que los repita en sede judicial

Condomí Alcorta pidió que Cejas quedara detenido por el delito de “malversación de caudales públicos”, aunque la jueza Marcela Garmendia decidió procesarlo por “defraudación”, que es una figura más leve.

Las tarjetas Bapro Copres que tenía el joven al momento de la captura son las que utilizan todas las reparticiones públicas de la Provincia para cargar combustible en sus vehículos oficiales.

Solamente la cartera educativa tiene alrededor de 600 autos que demandan, para mantenerlos en movimiento, un flujo de dinero tan importante como difícil de controlar. “Los patrulleros tienen un GPS que indica por dónde circulan y se puede verificar, hasta cierto punto, la cantidad de kilómetros que recorren, pero con los otros vehículos oficiales es imposible”, concluyó una fuente judicial. Los organismos se proveen de combustible con tarjetas magnéticas precargables “Bapro Copres”, de las que deben rendir cuentas.

No está claro aún cómo sacaban provecho de los plásticos que tenía Cejas, aunque es posible que los utilizara cada vez que un cliente que cargaba combustible en la estación de servicio le pagaba en efectivo, quedándose con el dinero y abonando la carga del ocasional automovilista con alguna de las tarjetas que tenía en su poder.

Otra posibilidad es que los responsables de la expendedora cobraran por un servicio que no se hacía, o directamente que se lavara dinero a través de esa facturación.

Los abogados de la firma fueron el jueves a la fiscalía de Condomí Alcorta para presentarse como particulares damnificados de una maniobra que, según ellos, podría haberlos perjudicados en muchos miles de pesos (por lo menos), ya que las operaciones por débito les demandan una erogación del 5%

Cejas, dijeron fuentes oficiales, se habría quedado con el 10% de cada operación.

LOS MONTOS

La causa, que avanza con sus primeros pasos, tiene muchos asuntos por aclarar. Por lo pronto, en la cartera educativa ya ordenaron la apertura de varios sumarios para determinar quienes emitieron esas tarjetas y controlaban la rendición de los gastos.

También hay que precisar los montos que precargaban en cada una de ellas y desde cuándo se utilizaban, para calcular, aproximadamente, el monto de la defraudación.

“Se puede estimar la magnitud de la misma partiendo del dato que un playero tenía una Grand Cherokee y, tres años antes, un Mercedes”, observó un pesquisa.

Por el lado del organismo las sospechas apuntan a empleados infieles en uno o más sectores, mientras que no se descarta la participación de más empleados vinculados con la estación de servicio donde trabajaban Cejas y Normann, y, eventualmente, de otras expendedoras de combustible de La Plata y alrededores.

“Esto recién empieza”, concluyó una fuente, que tiene pendiente investigar en filmaciones y análisis de documentación que podría echar luz sobre esta nueva estafa a los fondos que son de todos.

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