Inversiones y mercados, claves de Vaca Muerta

Advierten empresarios por la necesidad de estabilidad regulatoria, impositiva y cambiaria, más allá del partido que esté gobernando.

Vaca Muerta es la gran esperanza de los dirigentes políticos que aspiran a gobernar el país. El yacimiento de hidrocarburos no convencionales tiene una riqueza potencial equivalente a una “pampa húmeda”, se dice. Con ello se podrían prácticamente resolver los problemas fiscales y de deuda. Pero para que sea realidad empresas y funcionarios advierten que se tienen que atacar varios problemas de forma rápida y coordinada para que la gran fuente de riqueza no se torne inservible en el mediano plazo.

Por un lado, avanzan las energías no convencionales que tienden a reemplazar a los hidrocarburos, pero por otro, la gran producción de gas que puede generar Vaca Muerta requiere de mercados. Si no se resuelven esas dos dimensiones en los próximos años, el yacimiento podría perder sentido, según advirtieron en el marco del Precoloquio de IDEA en Neuquén.

Actualmente se afirma que Vaca Muerta está explotada a un nivel de entre 3% y 4%. Son aproximadamente unos 1.000 pozos. Lo que indicaría que para estar al 100% de su potencial deberían ser unos 25.000. Del área total de 35.000 km cuadrados, ya se concedió el 23%. Datos oficiales indican que Vaca Muerta es el segundo recurso de gas no convencional más importante del mundo y el cuarto en petróleo. Hay 31 empresas operando en la región.

Los recursos representarían 23.720 millones de toneladas equivalentes de petróleo (TEP), superior a 300 veces el actual consumo anual de hidrocarburos. Valuadas a 60 dólares el barril de petróleo y a 4,5 dólares por millón de BTU de gas el valor sería superior a 10 veces el PBI del año 2017, dice un informe del economista Ricardo Arriazu.

Para avanzar en la explotación, el esquema de mesa sectorial que ideó el gobierno en 2017 para encarar el tema mediante acuerdos entre el Estado nacional, las provincias, las empresas y los sindicatos ha probado ser más útil. Recientemente la petrolera BP anunció que abandonaba un proyecto en China para radicarse en la cuenca neuquina. Una de las razones fue el entorno de acuerdo multisectorial que hay en Argentina. No se pudieron entender con los chinos. Nidia Álvarez Crogh, presidente de Equinor plantea que para invertir las empresas “necesitan previsibilidad independientemente del partido que esté gobernando”. Álvarez Crogh explica que las inversiones de esta clase de emprendimiento son a 20 o 30 años, y que para ello “tiene que haber estabilidad regulatoria, impositiva y cambiaria”. Además plantea el problema de cómo colocar en el exterior la producción de gas del yacimiento: “los mercados regionales no van a ser suficientes. Vaca Muerta ubica a Argentina en una posición única e impostergable como exportador de energía”.

Los empresarios estiman que las condiciones están dadas para que el gas de Vaca Muerta se exporte hacia países del sudeste asiático. Pero allí va a tener competencia con la producción de Estados Unidos y Canadá, los otros dos grandes jugadores, que ya corren con ventaja porque hace años que desarrollan sus propios yacimientos.

Daniel De Nigris, Argentina lead country manager de Exxon plantea la necesidad de la estabilidad de reglas: “En este negocio no es que se ‘entierran’ u$s2.000 millones al principio y luego uno explota por 20 años. Acá todos los años hay que poner u$s2.000 millones” al marcar las diferencias que hay entre las explotaciones convencionales y el shale. El empresario relativiza la idea de que el avance de la motorización eléctrica de autos puede poner en desuso a los combustibles líquidos. Sostiene que “la electricidad hay que generarla” y eso generalmente se hace con gas.

Marcos Bulgheroni, el CEO de Panamerican Energy, afirma que Argentina “tiene que cambiar la dinámica y conectarse con el mundo”. Plantea la necesidad de contar en el país con una planta de licuefacción de gas, una tecnología relativamente nueva que permite transformar al gas en un líquido y mandarlo por barcos. Para el empresario eso es hacer del gas un commodity. “Hacia 2030 va a haber un punto de inflexión en la demanda”, explica al señalar que China comenzó a cambiar su matriz de generación basada en carbón. “El gran competidor va a ser Estados Unidos que va a poder mandar 60 millones de toneladas”, estimó, y opinó que “podemos competir mano a mano”. Al respecto, el gobierno tiene en carpeta una ley para asegurar por 30 años condiciones de estabilidad para el desarrollo del gas de Vaca Muerta. Se apunta a facilitar la inversión en plantas de licuefacción que cuestan entre u$s 4.000 y u$s5.000 millones.

Carlos Ormaechea, de Tecpetrol, indica que “para el desarrollo total del gas de Vaca Muerta el desafío es el mercado” y agrega que “hay que ser capaces de exportar gas licuado al mundo”. De hecho, el planteo de los empresarios es que no va a alcanzar con venderle a los países vecinos como Chile, Uruguay o Brasil, a quienes se les puede exportar mediante gasoductos. Según señala el presidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, de la mano de Vaca Muerta Argentina va a entrar al “club de los 20 exportadores de gas”. Estimó que se van a requerir inversiones por entre u$s15.000 y u$s20.000 millones durante los próximos 10 años.

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