El impuesto a las grandes fortunas ayudará al Gobierno a llevar el déficit fiscal de 2021 abajo del 4,5%

El impuesto a las grandes fortunas ayudará al Gobierno a llevar el déficit fiscal de 2021 abajo del 4,5%

Esperan que los fondos ingresen durante el próximo año. De aprobarse, recaudaría el 18% de rojo presupuestado, aunque no iría en su totalidad a bajar el agujero fiscal. En el Ejecutivo no descartan que en la reglamentación una parte se destine a IFE u otra asignación similar

 

De confirmarse su aprobación en ambas cámaras legislativas, el Aporte Solidario y Extraordinario ayudará al Gobierno a achicar el déficit primario del próximo año a menos del 4,5% del PBI proyectado en el Presupuesto 2021, que obtuvo este martes sanción definitiva. Lograr una reducción del rojo fiscal más importante que la prevista, como exige el Fondo Monetario Internacional ( FMI) y reclama el mercado, es uno de los objetivos que dejaron trascender distintos funcionarios. El llamado impuesto a las grandes fortunas abriría la posibilidad de hacerlo sin incrementar el ajuste y financiarlo a través del 0,04% más rico de la población.

Aún no se conoce en qué momento se tributará. Pero distintos analistas consultados por BAE Negocios coincidieron en que, a falta de poco más de un mes para que termine 2020 y reglamentación mediante, es casi seguro que los recursos ingresarán a las arcas públicas en el ejercicio del próximo año. Como este aporte extraordinario no estaba contemplado en el Presupuesto, esos fondos incrementarán la recaudación proyectada.

Según cálculos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) en base a la información de la AFIP, el aporte de las grandes fortunas diseñado por los diputados oficialistas Carlos Heller y Máximo Kirchner afectaría a menos de 10.000 personas con patrimonios declarados al 31 de diciembre de 2019 por más de $200 millones y permitiría recaudar unos $307.000 millones. Ese monto equivale al 18% del déficit primario presupuestado para 2021 ($1,7 billón).

Si ninguno de los fondos recaudados por esta vía fuera destinado a una ampliación del gasto, esto implicaría que Martín Guzmán podría recortar el rojo desde el 4,5% al 3,7% del producto sin ajustar más el gasto a niveles que ahogaría el rebote esperado para la actividad. Por la eliminación del paquete asociado a la coronacrisis, como el IFE y el ATP, el presupuesto ya prevé una inversión social 14% menor a la de este año en términos reales, como contó este diario, para reducir en más de 3 puntos el déficit.

Sin embargo, al tener el aporte extraordinario un destino predefinido, no puede extrapolarse de forma automática el cálculo. Según el proyecto que hasta el cierre de esta nota estaba cerca de ser aprobado en Diputados, lo recaudado se distribuirá en un 25% para programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural administrados por las estatales Ieasa e YPF; un 20% para comprar equipamientos de salud para atender la pandemia; un 20% para subsidios y créditos a pymes; un 20% para relanzar el plan Progresar; y un 15% para la urbanización de barrios populares.

Al tener afectación específica, no necesariamente va 100% a cerrar el déficit. Pero en cada uno de esos ítems, ya había gastos presupuestados, por lo que con este tributo el déficit podría ser menor”, señaló el director del CEPA, Hernán Letcher.

Con todo, con la pandemia aún en curso e indicadores sociales que están lejos de dar señales de mejora, distintos sectores –algunos incluso dentro del Gobierno- consideran que no puede desmantelarse todo el paquete de emergencia. Es por eso que, según supo BAE Negocios de una alta fuente oficial, en el Ejecutivo no descartan que en la reglamentación del impuesto a las grandes fortunas una parte se destine a IFE u otra asignación similar.

En esa línea, Letcher expresó: “Hoy hay un déficit arriba de 8 puntos por el gasto de pandemia. El presupuesto no lo incluye. Si la pandemia siguiese y hubiera que aplicar IFE y ATP, el presupuesto deberá sufrir modificaciones. En ese contexto el aporte también ayuda”.

Así, tras el llamado "giro ortodoxo" que inlcuyó distintas señales del Gobierno al mercado para intentar contener la presión devaluatoria, el aporte extraordinario de los millonarios del país abre la puerta a una variante del "ordenamiento de las cuentas públicas": que no sean los sectores populares quienes financien, al menos una parte, del recorte del déficit récord desatado por la coronacrisis.

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