La Iglesia santiagueña se pronunció por un “sí rotundo y fuerte a la vida”

La Iglesia santiagueña se pronunció por un “sí rotundo y fuerte a la vida”

La Iglesia santiagueña, a través de un mensaje conjunto de los obispos de Santiago del Estero, Vicente Bokalic; de Añatuya, José Luis Corral; y auxiliar de Santiago del Estero, Enrique Martínez Ossola, manifestó un “sí rotundo y fuerte a la vida”.

 

En el mensaje que lleva como título “Sí a las Mujeres, Sí a la Vida”, los pastores señalan que “este domingo 8 de marzo, junto a la celebración de nuestra beata Mama Antula, mujer cuidadora y servidora de la vida, nos adherimos a la Iglesia en Argentina que convoca a dar su Sí a la Mujer, Sí a la Vida en la Basílica de Nuestra Señora de Luján”.

“Queremos decir un sí a la vida en todas sus expresiones y fases, expresar que la vida del niño por nacer y la de su madre son sagradas y merecen de toda atención y cuidado”, manifiestan. Además, expresan el deseo de dirigirse “directamente a cada mujer, para manifestar nuestra gratitud y reflexionar con ella sobre sus problemas y dificultades”.

En otro tramo, señalan que “en este sí a la vida queremos agradecer a ‘la mujer-madre, que se convierte en seno del ser humano con la alegría de una experiencia única, la cual la hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y en guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida’’.

‘Pero esta gratitud -continúan- se convierte en una llamada apremiante, a fin de que por parte de todos, se haga lo necesario para devolver a la mujer el pleno respeto de su dignidad y de su papel”. Y remarcan: “Precisamos ser audaces, creativos y sabios para cuidar absolutamente toda vida, sin descartar a nadie; para ello tenemos que encontrarnos y dialogar entre todos los actores sociales, para poner en el centro de la atención amorosa y de la acción solidaria a los más indefensos y vulnerables”.

“Nuestro sí a la vida debe ser un sí a la vida amenazada de diversos modos, víctimas de la violencia, adicciones, miseria, desnutrición, abandono, trata de personas, falta de condiciones y oportunidades de salud, educación, trabajo, contaminación ambiental o ecocidio, etc.”, resaltan. Agregan: “Como cristianos queremos defender la dignidad y los derechos de todos, acompañar a la mujer en sus gozos y angustias, apreciar y agradecer su presencia y aporte en la vida diaria”.

“Acompañémonos -indican- para dar juntos nuestro Sí rotundo y fuerte a la Vida, imploremos a la Virgen María, la mujer del sí pleno y sin vueltas, que nos entrega al Autor de la Vida, para contribuir a la construcción de un mundo más humano y más fraterno”.

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